La Bolsa española resiste algunos envites. Los chartistas dirían que la pérdida de los 14.600 es importante. El soporte se ha perdido y habrá que ver cómo se desarrollan los acontecimientos en los próximos días. En Estados Unidos hay máxima expectación, a pesar del buen dato de crecimiento económico, por observar el mercado de hipotecas.
En España, también la Bolsa ha vivido algún día convulso por la influencia negativa del mercado inmobiliario. La noticia el jueves fue la revalorización de Astroc una vez que su presidente, Enrique Bañuelos, anunciaba su marcha e la compañía. El icono de la burbuja inmobiliaria en nuestro país, que había llegado a revalorizarse un 1000 por ciento caía a plomo después para acabar en una crisis que ahora intentará despejar.
La preocupación por la evolución del sector continúa, aunque pocos se atreven a prever una crisis financiera a cuenta de las inmobiliarias. Sin embargo, se construirá menos, los precios están bajando, incluso cayendo en Madrid en vivienda usada, y los tipos de interés de las hipotecas no dejan de subir y sobrepasan ya el 4,5%. Los prestamos se alargan en plazo, la media ya está en 26 años, para facilitar su pago y los morosos muy lentamente empiezan a florecer.
Además, desde el FMI se empieza a hablar de un sobrecalentamiento de la economía española que de fuelle a la inflación. Hay que anotar que el precio del petróleo no para de subir y que esto dificultará aún más las exportaciones, quizás impidiendo que el sector exterior tome el relevo a la construcción y al consumo como motores del crecimiento.
La Bolsa será en los próximos días escenario de miradas y ya se sabe que en verano con menos volumen aumenta la volatilidad. Esperemos que no se volaticen los índices.
En España, también la Bolsa ha vivido algún día convulso por la influencia negativa del mercado inmobiliario. La noticia el jueves fue la revalorización de Astroc una vez que su presidente, Enrique Bañuelos, anunciaba su marcha e la compañía. El icono de la burbuja inmobiliaria en nuestro país, que había llegado a revalorizarse un 1000 por ciento caía a plomo después para acabar en una crisis que ahora intentará despejar.
La preocupación por la evolución del sector continúa, aunque pocos se atreven a prever una crisis financiera a cuenta de las inmobiliarias. Sin embargo, se construirá menos, los precios están bajando, incluso cayendo en Madrid en vivienda usada, y los tipos de interés de las hipotecas no dejan de subir y sobrepasan ya el 4,5%. Los prestamos se alargan en plazo, la media ya está en 26 años, para facilitar su pago y los morosos muy lentamente empiezan a florecer.
Además, desde el FMI se empieza a hablar de un sobrecalentamiento de la economía española que de fuelle a la inflación. Hay que anotar que el precio del petróleo no para de subir y que esto dificultará aún más las exportaciones, quizás impidiendo que el sector exterior tome el relevo a la construcción y al consumo como motores del crecimiento.
La Bolsa será en los próximos días escenario de miradas y ya se sabe que en verano con menos volumen aumenta la volatilidad. Esperemos que no se volaticen los índices.
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