lunes, 16 de julio de 2007

España desea implicar a la UE para que la dieta mediterránea se declare Patrimonio de la Humanidad

BRUSELAS.- España ha recabado el apoyo de la Comisión Europea y de los países del sur de la UE -Italia, Portugal, Francia, Chipre, Malta y Grecia- para que la dieta mediterránea sea incluida en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.

Nuestro país ha obtenido el pleno apoyo del comisario de Sanidad, el griego Markos Kyprianou, y también otro expreso de todos los países mediterráneos en la reunión del Consejo de Agricultura de la UE en el que España presentó la candidatura. Ningún país de la Unión se opuso a la iniciativa.

La decisión de España de promover la candidatura de la dieta mediterránea se debe no sólo a su contribución positiva a la salud, reconocida por la OMS, sino también a que se trata "de cultura, de tradición, de respeto medioambiental y de una producción que afecta a gran parte de países europeos y, sobre todo, a los ubicados en la cuenca mediterránea".

Su inclusión en la lista de la UNESCO traería como beneficios una publicidad gratuita a nivel internacional y, a medio y largo plazo, una demanda mayor de productos mediterráneos y el beneficio de todo lo que es nuestra agricultura, nuestra ganadería, nuestra pesca, y nuestra industria agroalimentaria.

Tras lograr el apoyo de la UE, el próximo paso será buscar que se sumen a la candidatura países de todo el entorno del Magreb. En todo caso el procedimiento para la inclusión en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es complejo" y tardará como mínimo un año y medio.

La dieta mediterránea consiste en el uso del aceite de oliva como principal fuente de grasa, el consumo abundante de frutas y verduras así como de legumbres, pan y derivados de cereales, pescados, huevos, lácteos (especialmente queso y yogur) y frutos secos, aunque también el consumo moderado de vino y carnes.

El término fue definido por el profesor estadounidense Ancel Keys en los años sesenta del siglo XX, a raíz de una serie de investigaciones sobre la relación entre hábitos de alimentación de vida y enfermedades cardiovasculares en algunos países.

Detectó Keys que en aquellas regiones donde se seguía el patrón alimenticio mediterráneo, la prevalencia e incidencia de enfermedades cardiovasculares era más baja y la esperanza de vida más alta.- (Agencias)

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