lunes, 16 de julio de 2007

Los hoteles alicantinos alertan de que el invierno ya no es rentable y exigen una reducción fiscal

ALICANTE.- La Confederación Española de Hoteles y Apartamentos Turísticos a la que pertenecen las dos asociaciones alicantinas -Hosbec y Asociación Provincial de Hoteles- ultima un documento en el que va a reclamar al Gobierno central que apruebe una serie de medidas fiscales para tratar de acabar con la estacionalidad que sufre el sector turístico.

Esta coyuntura se había logrado erradicar en la Costa Blanca pero se ha reactivado en los dos últimos años, hasta el punto de que en la pasada temporada baja -noviembre, diciembre, enero y febrero- en los hoteles de la provincia de Alicante se quedaron sin ocupar diariamente 25.000 plazas, debido a que la ocupación media no superó el 60% de la planta y hubo muchos establecimientos que cerraron ante la falta de clientes, según el diario "Información".

Los hoteleros piden al Ejecutivo una reducción del IVA hasta el 1,5% en invierno -actualmente el impuesto de los hoteles oscila entre el 7%, y el 16% de los establecimientos de cinco estrellas- y que Administración y empresarios compartan el pago de las cotizaciones a la Seguridad Social de los trabajadores durante el invierno. El turismo representa un 14% del Producto Interior Bruto de la Comunidad Valenciana, aportando 12.000 millones de euros al año, y da empleo al 14% de la población activa -cerca de trescientos mil trabajadores-.

El aumento de la estacionalidad y el descenso del mercado británico fueron dos de los temas clave trasladados por los hoteleros de Benidorm a la nueva consellera de Turismo, Angélica Such, durante la reunión mantenida para abordar la actualidad del sector. Los empresarios alertaron de que en el periodo noviembre-febrero se vuelven a registrar porcentajes de ocupación muy preocupantes, «por lo que hace falta plantear promociones específicas para reactivar la llegada de visitantes en estos meses».

«El invierno no es rentable». La frase del presidente de Hosbec, Pere Joan Devesa, resume el estado de ánimo de los hoteleros de la Costa Blanca que, junto a sus colegas nacionales, han decidido convencer al Gobierno y la Generalitat Valenciana de que el sector necesita una serie de ayudas administrativas para combatir la estacionalización.

El abaratamiento de los países de la zona dólar que trabajan el producto sol y playa (Caribe y África) y la flexibilidad laboral de rivales como Croacia, Turquía o Egipto, donde los costes de producción llegan a ser hasta un 50% más baratos que en España, ha hecho renacer el fantasma de la estacionalización, personalizada en una gran caída de la ocupación hotelera que, en invierno, alcanza con muchísimas dificultades el 60% de media.

«Quizá Benidorm sea uno de los municipios que mejor aguanta el descenso de la ocupación pero es cierto que llevamos muchos años realizando esfuerzos por mantener abiertos los hoteles en invierno aún sabiendo que no hay rentabilidad, por lo que si se aprueban medidas debemos ser incluidos. Ayudamos a reducir el desempleo por lo que espero que se premie a los hoteles que han arriesgado su dinero para abrir cuando no hay tantos clientes», dice Pere Joan Devesa.

Los hoteles cerraron la pasada temporada baja -concentrada en noviembre, diciembre, enero y febrero- con una ocupación media en torno al 65% sobre un total de 72.000 plazas. Un porcentaje que cae hasta el 50% si se añade el nivel que registraron el resto de los establecimientos de la Costa Blanca y los cierres programados. La Comunidad Valenciana cuenta con un total de 110.000 plazas, más de la mitad de ellas en la provincia de Alicante.

Los resultados de la pasada temporada baja fueron ligeramente superiores a los de la 2005-2006 pero aún así la alarma se ha instalado en un sector que, además, es consciente de que los mercados emisores tradicionales -fundamentalmente Gran Bretaña- no crecen y el turismo social -Imserso- no es rentable.

El próximo invierno los hoteleros de la Costa Blanca recibirán del Estado un total de 17,7 euros diarios por persona, cantidad con la que tienen que ofrecer alojamiento, programa de animación, pensión completa y cena de despedida. A muchos hoteleros no les salen las cuentas y hay cadenas que ya dan la espalda al programa, aunque el aumento de la desestacionalización puede hacerles rectificar.

«Estamos en un momento muy delicado porque lo que está claro es que si a los pocos clientes unimos el aumento de los costes y la congelación de tarifas que imponen muchos tour operadores, es fácil comprender no sólo la guerra de precios, sino el que a muchos empresarios les tiente el bajar la calidad del servicio, algo que resultaría letal», subraya José María Caballé, presidente de Servigroup.

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