jueves, 26 de julio de 2007

Medio Ambiente investiga una plaga que deprecia hasta cien veces el valor del corcho de Castellón

CASTELLÓN.- El corcho, uno de los productos estrella de la Serra d’Espadà, en Castellón, respira más tranquilo. La Conselleria de Medio Ambiente se ha sumado a un proyecto de investigación a tres bandas con las instituciones homónimas de Andalucía y Cataluña para investigar las plagas que afectan a los alcornocales y que, en algunos casos, llegan a depreciar hasta cien veces el valor del corcho, según informa "Las Provincias".

Eduardo Pérez, del departamento de Sanidad Forestal de la Conselleria de Medio Ambiente, se refirió, entre otras, a la Limantria peluda –una plaga que llegó a defoliar 20.000 hectáreas de bosque en la provincia en 2001 y 2002–, pero que, sin embargo, en Espadà “está estabilizada gracias a la red de trampas que tenemos en el parque natural, que han logrado 4.000 capturas” del insecto que devora las hojas.

Otro problema es el generado por la denominada culebrilla del corcho. Estos escarabajos dejan sus huevos en el corcho y las larvas van excavando galerías que deprecian el valor del corcho unas 100 veces, tanto que a menudo esas porciones afectadas no sirven para fabricar tapones, sostuvo Pérez en el curso de verano de la UJI que durante tres ha analizado el futuro de la industria corchera en el parque natural de la Serra d’Espadà.

“Es un insecto con un ciclo de vida muy complicado, terriblemente raro del que sabemos muy poco. Los adultos, por ejemplo, sólo viven entre 15 y 21 días. A veces los alcornoques muestran algún signo externo de afección, pero lo normal es que los daños sólo se aprecien en el momento de descorchar”, lamentó.

La Conselleria de Medio Ambiente ha suscrito un convenio con el Ministerio de Medio Ambiente para colaborar con el Centro de Ecología Química de Barcelona, organismo del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), que se encargarán de sintetizar la feromona del insecto para combatir su expansión.

Atajar las plagas que afectan a los alcornoques de Espadà significa, en definitiva, evitar daños a la principal industria corchera: la de la elaboración de tapones. El hecho de que el corcho de los montes de Espadà tenga un crecimiento anual menor que el de Andalucía, Extremadura y Cataluña –principales zonas de presencia de alcornocales– le confiere una mayor dureza y es más compacto, por lo que los tapones extraídos “son de máxima calidad por sus peculiaridades” y se destinan a productos –vinos y cavas– de primera calidad.

Las empresas corcheras ubicadas en la Serra d’Espadà producen entre 10 y 15 millones de tapones al año. Una cifra modesta en comparación con las grandes áreas productoras de Extremadura y Andalucía, pero que permite mantener vivo un sector industrial dentro del espacio protegido.

Por ello, los productores de corcho de Espadà aplaudieron la decisión de las denominaciones de origen Rueda, la del Cava y las 11 de Cataluña –Alella, Cataluña, Conca de Barberà, Costers del Segre, Empordà-Costa Brava, Montsant, Penedès, Priorat, Pla de Bages, Tarragona y Terra Alta– y la Indicación Geográfica Protegida de los Vinos de la Tierra de Castellón de incluir en sus nuevos reglamentos la obligación de que el cierre de las botellas se haga con tapones de corcho natural o aglomerado de corcho.

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