viernes, 10 de agosto de 2007

Los estragos del declive del mercado subprime en la banca europea: IKB Deutsche Industriebank

DÜSSELDORF— Un banco relativamente desconocido de Düsseldorf, que se dedicaba a otorgar préstamos a compañías alemanas, quería diversificarse. Así que hace cinco años empezó a comprar complejos bonos, inventados en Estados Unidos, a los mayores bancos del mundo.

Los ejecutivos del banco se jactaban de su estrategia y, el año pasado, Moody’s Investors Service alabó su "exitosa diversificación".

Hoy, el apetito por esos bonos ha dejado a IKB Deutsche Industriebank AG en necesidad de un rescate de US$ 4800 millones además de garantías de liquidez de US$ 20.100 millones. Los reguladores financieros de Alemania han sostenido reuniones de emergencia con otros bancos de ese país para rescatar a IKB. Para convencerlos de que provean alivio a IKB, el principal regulador financiero de Alemania les advirtió que debían contrarrestar el riesgo de enfrentar la peor crisis financiera desde la década de los 30.

El caso de IKB ilustra cómo el riesgo crediticio está causando estragos alrededor del mundo. Una filial de IKB, Rhineland Funding Capital Corp., había comprado 14.000 millones de euros (US$ 19.300 millones) en valores de renta fija, incluyendo algunos respaldados por hipotecas subprime de EE.UU. (préstamos otorgados a clientes con un perfil de alto riesgo crediticio).

El desplome de IKB se inició luego de que Rhineland no lograra encontrar compradores para sus papeles comerciales con el fin de repagar a prestamistas de largo plazo. Y los bancos que tenían compromisos para prestarle a IKB (se sede central, en la imagen) comenzaron a echarse atrás. Así, IKB acumulaba cuentas multimillonarias que no podía pagar. Si no fuera por el rescate, "el banco habría entrado en cesación de pagos", dice Sabine Bauer, una analista de Fitch Ratings en Francfort. IKB está usando parte del dinero de su rescate para repagar a los tenedores de su papel comercial.

La ayuda de emergencia que requirió el banco alemán muestra el amplio alcance que está teniendo la crisis de las hipotecas subprime de EE.UU. A medida que los dueños de viviendas en ese país no pagan sus hipotecas, su incumplimiento perjudica a instituciones como IKB, que pidió prestado para comprar bonos respaldados por fajos de estas hipotecas.

Los tres principales ejecutivos de IKB, incluyendo el presidente ejecutivo Stefan Ortseifen, dejaron la compañía, cuyas acciones han caído 34% en los últimos días.

Según gente cercana a IKB, el banco fue cortejado por firmas como Lehman Brothers Holdings Inc., J.P. Morgan Chase & Co. y Deutsche Bank AG, que buscaban vender obligaciones de deuda colaterizada. Conocida como CDO, esta deuda se compone de varias partes para ofrecerle a los inversionistas varios niveles de rendimiento y riesgo.

IKB es sólo uno de muchos bancos que crean empresas fuera de sus balances, como Rhineland, las que piden prestado a tasas bajas y de corto plazo para invertir ese dinero en bonos de largo plazo que tienen tasas de retornos más altas.

El papel comercial, la principal fuente de dinero de Rhineland, es percibido como una de las inversiones más seguras después de los bonos del gobierno de EE.UU. El papel de Rhineland era considerado particularmente seguro porque estaba respaldado no sólo por una promesa de repago, sino también por activos, los bonos que la empresa compraba.

Sin embargo, esta garantía ha tambaleado en semanas recientes junto con el resto del mercado global de deuda debido al temor de los inversionistas por los valores que puedan estar ligados de alguna forma a las hipotecas subprime.

Hasta hace poco, Rhineland era una historia de éxito. En el año fiscal terminado el 31 de marzo, IKB ganó casi 180 millones de euros (US$ 248 millones), con 108 millones provenientes de cuotas y comisiones. Rhineland contribuyó con casi la mitad de las comisiones. Al final del año fiscal 2007, la capitalización de mercado de IKB superaba los 2600 millones de euros (US$ 3580 millones).

Poco después de su creación en 2002, Rhineland ganó el premio "Conducto del año" otorgado por la revisa Banker. En 2004, Dirk Röthig, el banquero y abogado al mando de Rhineland, dijo en una entrevista a la revista Risk que "esta construcción aventurera de portafolio es el resultado de una estrategia planeada con cuidado. Queríamos diversificar los tipos de activos así como la geografía, porque éramos muy dependientes de la economía alemana".

Pero el 27 de julio de este año sonaron las alarmas. Algunos de sus papeles comerciales estaban madurando y necesitaba pagar a los inversionistas. Pero no podía emitir más papeles, ya que los compradores se estaban esfumando.- (TWSJ)

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