martes, 28 de agosto de 2007

El accionista minoritario César Areces plantea la salida a Bolsa de El Corte Inglés


MADRID.- César Areces Fuentes, socio de El Corte Inglés con el 0,695% del capital, propuso el pasado domingo ante la junta de accionistas la salida a Bolsa del grupo, según informa en su edición de hoy el diario Cinco Días. Según él, éste es un paso necesario para que el mercado "determine" el valor de la sociedad, "sin parcialidad".

Fuentes de la empresa señalaron que, de acuerdo a la legislación vigente, contestarán a su pregunta en un plazo de siete días. Areces quiere conocer el valor real de las acciones después de que un juzgado estimara en marzo que El Corte Inglés debía pagar 98,5 millones de euros a su socio por los títulos que quería vender, frente a los 35 millones que le ofrecía la sociedad.

"¿Tiene previsto el consejo de administración de El Corte Inglés proponer a la junta en un futuro próximo que las acciones de esta sociedad coticen en Bolsa?", preguntó el heredero de uno de los fundadores de la compañía. Areces Fuentes señaló que "una forma indiscutible de determinar el valor de las acciones, alejada de toda parcialidad, es que sea el mercado quien lo determine".

La respuesta llegará en una semana y Areces tiene el visto bueno del grupo para hacerla pública. La compañia aseguró ayer que "pretende mostrar su respeto al accionista contestándole directamente y dejando a su criterio personal la decisión de hacer pública la respuesta".

Terminar con una "secta"

Si, finalmente, la compañía presidida por Isidoro Álvarez salta al parqué, contará con el apoyo de los sindicatos del grupo. "Sería perfecto, porque sería una forma de terminar con lo que hasta hoy es una secta", ha afirmado un miembro de la sección sindical estatal de CC.OO de El Corte Inglés.

Por su parte, un portavoz de la sección sindical estatal de UGT en la compañía ha declarado que entrar en el mercado variable "sería una buena oportunidad para los trabajadores y un cambio de filosofía dentro de El Corte Inglés". El responsable sindical ha reclamado además que reparta entre los más de 100.000 trabajadores parte de los beneficios obtenidos, porque "son los que ayudan a que el grupo salga adelante".

DOCUMENTACIÓN

Cuatro sobrinos del fundador de El Cortes Inglés, Ramón Areces, han roto en los juzgados la paz habitual de la que goza la mayor institución comercial de España. Sus historias son curiosas: uno vive como un rico y otros trabajan allí de empleados

César Arece pide 98 millones de euros por sus acciones y la compañía le ofrece 35 millones

Cargada de planos bajo el brazo, con un metro en una mano y un catálogo de suelos en la otra, María Jesús Areces podría haber visitado su casa para tomar las medidas de los muebles de la cocina, aconsejar el mejor sofá para el salón y buscar cómo encajar el plato de ducha . Todo con la máxima profesionalidad que caracteriza a los empleados de El Corte Inglés. Vamos, lo normal, si no fuera porque María Jesús es la sexta accionista del gigante de la bandera verde. Uno más de sus 105.000 empleados, pero con una fortuna en acciones que, como poco, supera los 35 millones de euros. ¿O será más? Pues dependerá de la sentencia que dicte en breve el Juzgado Mercantil número 3 de Madrid. Allí, se han visto las caras dos ramas de una de las familias más poderosas, y menos fotografiadas, del panorama empresarial español. De un lado, Isidoro Alvarez Alvarez, presidente del primer grupo de distribución español; del otro, sus parientes César, Ramón, María Jesús y María del Rosario Areces Fuentes, que han decidido romper con la tradición empresarial recogida en los estatutos por la que la entidad recompraba las acciones (ejercitando el derecho de tanteo) de quienes deseaban venderlas para adjudicárselas a la base de los trabajadores de la empresa. Los hermanos Areces, que siempre habían votado en la asambleas de accionistas a favor de esta norma de la compañía, han iniciado su particular rebelión llegando hasta los tribunales de justicia para saber cuánto valen sus acciones y liberarlas para su venta individual. Todo comenzó hace tres años cuando César Areces, con el objeto de poner en venta sus acciones, convenció a sus hermanos para repartirse los títulos de El Corte Inglés procedentes de la herencia del padre, Celestino Areces, hermano de Ramón, que falleció en 1999, y de paso disolver la sociedad de cartera Patrimonial Trust (creada en 1991 con el visto bueno del consejo de administración de El Corte Inglés), tenedora de dichos títulos. Celestino, que llegó a ser gerente y consejero del grupo, acumulaba casi el 2,6% del capital. Las había adquirido a lo largo de los años fruto precisamente de esa política empresarial de recompra y venta a los empleados de los títulos de antiguos accionistas así como la de premiar a sus cuadros directivos con acciones según sus responsabilidades. En el reparto, cada uno de los cuatro miembros del clan Areces Fuentes recibió el 0,695% del capital. Parece que César tenía una oferta de compra, o necesidad de deshacerse de ellas, y propuso en 2005 la venta de sus acciones a un precio que El Corte Inglés consideró especulativo. Pidió inicialmente 80 millones de euros. Y como los estatutos reconocían que las acciones se tenían que recomprar por la empresa por acuerdo mutuo o con un dictamen de valoración, los auditores de la compañía no pudieron realizar el informe por las limitaciones de la Ley Financiera vigente. De ahí que El Corte Inglés modificó sus estatutos, con la impugnación de César Areces, para que la valoración la pudiera hacer un experto independiente. Este dictamen concluyó que el valor real de la empresa coincidía básicamente con su valor teórico contable, es decir, el resultante de dividir el patrimonio entre el número de acciones existentes. En su demanda, César Areces pide 98 millones de euros por sus acciones (196,4 euros por cada una) mientras que la compañía le ofrece 35 millones (74,9 euros por cada título que tenga un nominal de 6 euros y 749,3 euros por cada uno de 60 euros de valor nominal). Estas cifras permiten tener, según cada una de las partes, una idea de lo que vale la primera empresa del país que no cotiza en Bolsa. Así, según las distintas valoraciones realizadas, para los peritos contratados por el demandante, el valor a precio de mercado de El Corte Inglés estaría en los 14.000 millones de euros en el más conservador de los escenarios; mientras que, para la compañía, el valor neto real de los activos sería de unos 5.600 millones de euros. Aunque aseguran que no tienen intención por el momento de vender sus acciones, a la demanda de César se han adherido sus hermanos. Según han reconocido Ramón y María Jesús, «no queremos salir del accionariado, pero queremos saber cuánto valen». Sin embargo, existe una segunda demanda de los tres contra El Corte Inglés que en medios jurídicos se interpreta como una segunda intención de conseguir una sentencia judicial que libere sus acciones si no prospera la de César. Vida de lujo Esta rama de los Areces ha seguido caminos dispares. A César no se le conoce actividad alguna. Quienes le frecuentan dicen que «se dedica a vivir». A sus hermanos les dijo que su vida no estaba en El Corte Inglés. Está soltero, vive en Barcelona y tiene una empresa que se dedica a la comercialización de artículos relacionados con el mundo del arte y las galerías. Se le conoce su entusiasmo por conducir buenos coches, de gran cilindrada. Ahora mismo, tiene matriculados a su nombre un parque de vehículos nada desdeñable, digno de cualquier jeque árabe: un Ferrari F1; un Hummer H2; un Masseratti, un BMW Z8; y una moto Harley-Davidson. Ha sido siempre el más independiente de los hermanos. Los otros tres han compartido negocios con sus padres (una empresa de promoción inmobiliaria). Rosario no trabaja. Sin embargo, María Jesús y Ramón son empleados de El Corte Inglés desde hace 18 y 15 años respectivamente. La relación con su pariente Isidoro siempre ha sido buena, cordial. Fue quien convenció a Ramón, que trabajó como auditor en Price Waterhouse durante un año, para que se incorporara al grupo cuando su padre, Celestino, sufrió una embolia. Ramón Areces Fuentes tiene 40 acciones además de las 400.000 que ha heredado porque tiene la condición de directivo en la entidad. Señala que «hemos intentado negociar y no exigimos que El Corte Inglés salga a Bolsa, queremos el justiprecio que pedimos». Está en el departamento de compras y su categoría laboral es la de «Interesado» con un salario, según fuentes sindicales, de unos 60.000 euros al año. Figura en el segundo nivel del escalón directivo empezando por abajo después de subjefe (tiene por encima a los jefes de grupo, adjuntos a la gerencia y a los gerentes). Por su parte, María Jesús es una empleada más de El Corte Inglés aunque, según Ramón, «es la sexta accionista y yo el quinto». María Jesús no tiene cargo alguno en el departamento de decoración, «quizá no me lo merezca después de tantos años trabajando aquí. César se quiere ir y hace con su dinero lo que quiere», comenta. Pertenecen a la tercera generación de los Areces. Y hasta ahora, salvo por su apellido, eran los menos conocidos. Proceden del extenso árbol genealógico de la estirpe de comerciantes asturianos de la familia Rodríguez Ordóñez, conocidos por los de Benitón progenitores de los fundadores de El Corte Inglés y también de Galerías Preciados. Hijo de Ramón Rodríguez Ordóñez, Ramón el de Benitón, fue César Rodríguez González, precursor de El Corte Inglés junto a su sobrino, fundador también del grupo, Ramón Areces Rodríguez. César se hizo multimillonario en Cuba y en Estados Unidos. Según fuentes familiares, «le pilló la crisis de la Bolsa de Nueva York (crack de 1929), pero en positivo, y ganó mucho dinero». En La Habana fue propietario de unos importantes almacenes, El Encanto. En esta tienda empezó a trabajar su sobrino Ramón Areces con dieciséis años antes de su estancia en Estados Unidos y Canadá, donde cursó estudios y acumuló experiencia en el negocio. Dos años antes de estallar la Guerra Civil adquirieron una modesta sastrería madrileña (fundada en 1890) denominada El Corte Inglés, origen del fenómeno empresarial que ha llegado hasta las escuelas de negocio de todo el mundo. Después de la guerra, El Corte Inglés se trasladó a la calle Preciados pasando a ocupar el local que explotaba la firma barcelonesa Almacenes El Aguila. Por primera vez, El Corte Inglés se situó frente a otro gran almacén, Galerías Preciados que había fundado Pepín Fernández (primo de César Rodríguez e hijo de María Rodríguez, María la de Benitón). César no tuvo descendientes de sus dos matrimonios. Su hermana Balbina se casó con Carlos Areces Fernández y éste, después de enviudar, se esposó con otra de las hermanas, Jesusa. Fueron padres de cinco hijos: Genoneva, César, Celestino (padre de los Areces Fuentes), Luis y Ramón Areces Rodríguez (presidente de El Corte Inglés hasta 1989). De ellos, sólo vive Luis, que tiene 95 años y cuatro hijos (Carlos, José Luis, Carmen y Carlota), y que en 2002 dejó la vicepresidencia del grupo por edad. Ahora su participación en El Corte Inglés, casi del 10%, está representada por una sociedad instrumental, Corporación Ceslar, que representa a la vez su hija Carlota. Del hermano y de las cinco hermanas de César Rodríguez deriva toda la descendencia de los clanes que han gobernado y gobiernan El Corte Inglés: Areces (hay dos ramas), García Miranda, González y Alvarez. Generosa, otra de las hermanas de César Rodríguez, se casó con Prim Alvarez. Uno de sus dos hijos, Dimas Alvarez, se esposó con Eustaquia Alvarez. Tuvieron tres hijos: María Antonia, César e Isidoro, que es el actual presidente de El Corte Inglés y de la Fundación Ramón Areces y que llegó a El Corte Inglés en 1953 con 18 años cuando se trasladó desde Asturias a Madrid para estudiar Económicas. La Fundación (que creó Ramón Areces en 1976) es el primer accionista del grupo e Isidoro Alvarez el segundo. Entre ambos controlan cerca del 60% del capital de El Corte Inglés. Accionistas representativos son las sociedades Ingondel (que pertenece a David González Fernández, descendiente de Narcisa, otra de las hermanas de César Rodríguez) y Cartera Mancor (de José Antonio García Miranda, descendiente de María Rodríguez, también hermana de César) así como a título individual los consejeros: José Manuel de Mingo, Manuel Gómez Pastrana, Florencio Lasaga, Miguel Martínez Iñiguez y Carlos Martínez Echevarria. Según fuentes del sector financiero los empleados, de forma global y nunca sindicada, tienen entre un 10 y el 12% del capital. Y cada uno de los hermanos Areces Fuentes tienen un 0,69%. El Corte Inglés comenzó su actividad con siete empleados y ahora tiene unos 105.000 repartidos en casi un centenar de centros. Desde sus comienzos, diseñó un estilo propio de gestión con la participación directa en la compañía del cuadro de directivos y mandos, convirtiéndolos en accionistas y estableciendo un compromiso para que las acciones estén siempre en manos de los trabajadores. Siempre ha empleado la misma fórmula para su crecimiento: la autofinanciación. Tiene centros en casi todas las comunidades autónomas y continúa su expansión internacional por Italia y Portugal. Recientemente ha comprado a la familia Reyzábal la totalidad de la inmobiliaria Asón, propietaria de los terrenos en los que se ubicó la Torre Windsor en Madrid, que se incendió en febrero de 2005, y del 20% de la Torre Picasso. Aunque no ha trascendido el precio de la compra, las estimaciones alcanzan los 480 millones de euros. Un grupo de empresas (financieras, de viajes, editoriales, de seguros, de alimentación e incluso de construcción) configuran la amalgama de este conglomerado que el año pasado registró una cifra de negocio de 15.855 millones de euros. El grupo obtuvo un beneficio neto razonable de 653,14 millones de euros, un 6,82% más que en el año anterior. Estirpe de comerciantes La saga más exitosa de comerciantes de España arranca en la vega asturiana del Cubia. Allí nació César Rodríguez González, uno de los siete hijos de los modestos agricultores Ramón Rodríguez y Antonia González. Las escasas posibilidades de progresar llevaron a César a emigrar a Cuba. Allí lograría el éxito profesional. Será su sobrino Ramón Areces, hijo de su hermana Jesusa y emigrante a Cuba como él, quien funde El Corte Inglés a su regreso a España. Ramón, casado con Dolores González, no tuvo descendencia, por lo que acabó delegando el timón del gigante empresarial en su sobrino Isidoro, hijo de su primo Dimas.
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