jueves, 9 de agosto de 2007

Fuertes heladas en el hemisferio sur reducen la importación de cítricos y disparan sus precios

VALENCIA.- Chile, Argentina, Uruguay y una parte de Suráfrica han sufrido este invierno austral severas olas de frío que han diezmado su oferta de cítricos y otras frutas-hortalizas aptas para su comercialización normal. Se han registrado temperaturas mínimas que no se conocían desde hacía mucho tiempo.

Fuentes del comercio importador de cítricos del hemisferio sur cifran en un 40% o 50% la reducción global de la oferta citrícola que queda con un mínimo de calidad exportable en aquellos países. En Suráfrica hay más a salvo y en Chile casi no se ha librado nada. En Argentina y Uruguay, según regiones y variedades.

Las importaciones del hemisferio sur (ahora es allí el fuerte de la temporada) se han reducido de forma drástica, el kilo se cotiza a casi un euro (0,85-0,95) en los puertos europeos y superan con facilidad los dos euros en venta al público. Los países productores del hemisferio sur destinan una gran parte de sus cosechas para exportarlas al mercado europeo, el de mayor demanda y el que mejor paga.

Como el mercado más rentable para los productores y exportadores del hemisferio sur es el europeo, lo mejor que tienen lo destinan para su envío, pero aun así, la oferta que llega se ve reducida en un 15%-20%, en parte porque hay menos disponible que mantenga la calidad y en parte porque lo sucedido ha movido una lógica subida general de los precios y eso contribuye enseguida a retraer el consumo.

Como consecuencia de todo esto, la mayoría de firmas comerciales del sector citrícola valenciano están comprando en el campo mandarinas y naranjas de las primeras variedades para la próxima campaña española, que empezará en septiembre-octubre. Algo que no ocurría en los últimos años. Nada extraordinario, pero han vuelto cotizaciones en campo de 2,5-3-4 euros por arroba para naranjas navelina, clementinas y satsumas precoces, según subvariedades y zonas.

Con la perspectiva de que no habrá existencias sobrantes del hemisferio sur cuando empiece aquí la temporada, y la evidencia de que también será menor la cosecha española y la oferta general en Europa, los comercios se aseguran el suministro de fruta, al menos para las primeras semanas.

Las importaciones citrícolas cada vez más rehúyen los puertos de la Comunidad Valenciana, porque los comercializadores prefieren evitar la dura inspección local contra plagas de cuarentena y sus posibles rechazos. Se desvían por puertos del norte de Europa y también de Murcia y Cataluña, donde, increíblemente, no hay igual rigor inspector pese a pertenecer también a la UE.

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