jueves, 30 de agosto de 2007

Unos 70 años de vida le quedan a la Amazonía brasileña, según el experto Philip Martin Fearnside

RÍO DE JANEIRO.- La selva amazónica brasileña tiene sus días bien contados y desaparecerá por completo en el año 2080 si se mantiene el ritmo de destrucción actual, alertó hoy un experto en el área durante un seminario organizado por el Congreso.

Según el coordinador de Pesquisas en Ecología del Instituto Nacional de Pesquisas de la Amazonía (INPA), Philip Martin Fearnside, este es el escenario previsible tomando en cuenta la actual tasa de deforestación e incendios en ese territorio del norte de Brasil.

Fearnside intervino en el seminario internacional "Calentamiento Global, la responsabilidad del poder legislativo en el establecimiento de prácticas ambientales renovables", organizado por la Cámara de Diputados del Congreso federal.

Creado en los años 50, el INPA es uno de los más reconocidos institutos científicos dedicados a estudios de ecosistemas amazónicos.

Brasil es uno de los países que más tiene que perder con el calentamiento global y por eso debe asumir un liderazgo internacional en el combate a la deforestación, dijo Fearnside, citado por la Agencia Cámara, de noticias.

Algunos estudios indican que con el calentamiento global la temperatura promedio de la Amazonía podría aumentar en 14 grados, lo que tendrá efectos adicionales devastadores en esa zona que ocupa más de la mitad de Brasil en un área equivalente a la de Europa occidental.

El seminario fue organizado por las comisiones de Cambios Climáticos (del Senado y Diputados), de Medio Ambiente y Relaciones Exteriores, entre otras.

Por su parte, el coordinador de Pesquisas del Instituto de Pesquisa Ambiental de la Amazonía (Ipam), Paulo Mputinho, señaló que Brasil es un importante emisor de gases que provocan el efecto invernadero y el 75 por ciento de estas emisiones se deben a la deforestación.

De ese total, el 70 por ciento está directamente relacionado a quemadas para abrir paso a pastizales dedicados a la cría intensiva de ganado. Brasil es hoy el principal exportador mundial de carnes bovinas.

Moutinho dijo que los países en desarrollo deberían recibir compensaciones por la conservación de sus selvas (una propuesta que es manejada en círculos diplomáticos por el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva)

Para reducir en 60 por ciento la emisión de gases, Brasil necesitaría entre 1.000 y 5.000 millones de dólares por año y para llevar a cero las emisiones asociadas a la deforestación harían falta de 3.000 a 8.000 millones de dólares, según el investigador.

Hace dos semanas la ministra del Medio Ambiente, Marina Silva, anunció que Brasil ha logrado reducir su tasa de deforestación de la Amazonía.

Según Silva, se espera que este año solo sean devastados ilegalmente unos 9.600 kilómetros cuadrados, comparado con los 14.000 kilómetros cuadrados destruidos entre agosto de 2005 y julio de 2006.- (EFE)

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