jueves, 27 de septiembre de 2007

El Banco de España advierte de la caída del consumo privado y la construcción residencial

MADRID.- El gobernador del Banco de España , Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha advertido hoy que aunque es pronto para conocer las consecuencias de las turbulencias internacionales, lo "más probable" es que en España el consumo privado y la inversión en vivienda no se desvíen "bruscamente" de su "gradual desaceleración".

Con todo, el gobernador del Banco de España aseguró que "la demanda exterior neta desempeñará un papel crucial para que la moderación del gasto no conduzca a una desaceleración excesiva de la actividad".

Durante su comparecencia ante la Comisión de Economía y Hacienda del Senado, a petición del Grupo Parlamentario Popular, Fernández Ordóñez ha añadido que todo ello se producirá en un entorno de "previsible" mantenimiento de un ritmo "robusto" de creación de empleo y de aumento de la población.

A su juicio, el cambio de ciclo inmobiliario, "que parece estar ya en marcha", moderará la inversión en construcción, si bien los otros componentes de esta variable (obra civil y edificación no residencial), "podrían mantener cierta pujanza, lo que aliviaría el impacto negativo de la vivienda sobre el crecimiento".

Fernández Ordóñez cree que previsiblemente la inversión empresarial siga siendo el elemento "más dinámico" de la demanda interna, aunque considera que es difícil que mantenga los ritmos tan elevados de crecimiento que ahora muestra", por lo que "difícilmente va a poder contrarrestar la ralentización del gasto familiar.

Por otro lado, el gobernador del Banco de España aseguró que, en un contexto de "cierta moderación del crecimiento", a la vista de los indicadores disponibles correspondientes al tercer trimestre del año, se está produciendo un reequilibrio del crecimiento de la economía, con una menor aportación de la demanda interna y una mejora de la contribución del sector exterior.

Incluso, advirtió, dentro de la ligera moderación de la demanda nacional se perciben algunas "señales positivas", puesto que la inversión empresarial se ha mantenido "muy pujante".

Asimismo, el gobernador del Banco de España destacó dos factores que han imprimido en los últimos meses un "renovado dinamismo" a la economía. Por un lado, citó la inversión productiva de las empresas --pese al endurecimiento de las condiciones financieras--, por la recuperación de la zona euro, y, por otro, la mejora de la aportación de la demanda exterior neta al crecimiento.

El gobernador del Banco de España ha insistido en la posición de fortaleza con la que las entidades de crédito españolas se enfrentan a estas turbulencias, con sus altos niveles de rentabilidad, confortables niveles de solvencia y una amplia cobertura de los créditos dudosos.

En cualquier caso, ha aclarado de que todo ello no quiere decir que la economía española y su sistema financiero puedan evitar las repercusiones que puedan derivarse del proceso de inestabilidad.

Ordóñez sostuvo que "no sería prudente decir que todo irá bien", ya que, "algo ha pasado", aunque aún no se puedan valorar sus consecuencias.

No obstante, apuntó que los efectos de las turbulencias financieras sobre la economía de EE.UU. y sus repercusiones sobre el tipo de cambio son, probablemente, el "canal fundamental" por el que la inestabilidad financiera podría afectar al crecimiento de la economía española.

"El hecho de que estos factores quedan fuera de nuestra área de influencia no hacen sino subrayar la importancia de mejorar los mecanismos que permitan a las empresas españolas incrementar su capacidad para competir en los mercados internacionales", añadió.

Por otro lado, Ordóñez reseñó que la calidad crediticia de las hipotecas españolas es elevada, sin que exista un segmento de alto riesgo en los mercados hipotecarios similar al norteamericano. Además, dijo, las ratios de morosidad "son reducidos".

Asimismo, apuntó que la exposición a las hipotecas de alto riesgo en los balances de las entidades españolas, tanto directa como indirecta, es "completamente marginal".

Una vez más Ordóñez especificó que todas estas cuestiones no quieren decir que "la economía española y sus sistema financiero puedan sentirse a salvo", ya que "si este episodio se prolongara excesivamente podría acabar afectando a la confianza de los inversores y a la negociación de los mercados financieros".

Más aún, señaló, si esto llegara a ocurrir "el hecho de que la economía española necesite financiarse en los mercados internacionales podría llegar a actuar como obstáculo para el mantenimiento de los elevados ritmos de crecimiento de los últimos años".

Asimismo, ha abogado por mantener la orientación actual de la política presupuestaria, "que está siendo tan beneficiosa para la estabilidad de la economía".- (Agencias)

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