lunes, 17 de septiembre de 2007

El Cid renace en Burgos en una exposición hasta el 15 de noviembre en la Catedral


BURGOS.- El Cid y su leyenda han resucitado hoy en Burgos, gracias la exposición iconográfica que acoge la Catedral de la capital burgalesa hasta el próximo mes de noviembre, bajo el título "El Cid, del hombre a la leyenda".

Esta gran exposición sobre El Cid da inicio oficial a los actos del VIII centenario de la primera edición de "El Cantar del Mio Cid". En la muestra se pueden contemplar planos, manuscritos, cuadernos de trabajo e, incluso, elementos escenográficos de la época.

Esta exhibición, que organiza el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, es posible gracias a la cesión de objetos por parte de instituciones como el Palacio Real y la Biblioteca Nacional, que prestará varios grabados, material escenográfico, algunos retratos de dramaturgos y un facsimil del Cantar de Mio Cid.

Entre otras actividades, el Instituto Catellano y Leonés ha organizado también la celebración de tres jornadas de estudio para especialistas donde se tratará la influencia árabe en El Cid, su figura histórica o la épica medieval, además de la publicación de un auto sacramental anónimo del siglo XVII.


Una visión amplia y completa, pues, de la figura de El Cid y su contexto histórico, la convulsa España medieval del siglo XI, que forma parte de los actos conmemorativos organizados por la Junta de Castilla y León a lo largo de 2007, con motivo del octavo centenario de la única copia escrita que se conserva del Cantar de Mio Cid, actualmente en la Biblioteca Nacional de Madrid.

La exposición cuenta con un total de 280 piezas cedidas por un total de 70 instituciones, entre las que se encuentra la supuesta Tizona, mítica espada del héroe que la Junta de Castilla y León compró al Ministerio de Cultura el pasado mes de mayo, envuelta en una polémica sobre su autenticidad.

El Ministerio aseguraba contar con varios informes que demostraban que no se trata de la espada que blandió El Campeador en sus campañas, mientras la Consejería de Turismo castellano leonesa se aferraba al Real Decreto 1414/2002, que la declara como Bien de Interés Cultural y reconoce su autenticidad.

Esta pieza forma parte de los documentos y objetos vinculados directamente a El Cid que se exponen en el primero de los cinco bloques que integran la exposición, dedicado enteramente a la figura del héroe bajo el título "Ego ruderico".

El segundo bloque repasa la vida cotidiana en las Españas de El Cid y del Cantar, para situar al visitante en el momento histórico en que coexistieron los diferentes reinos hispánicos, desde el momento en que vivió El Cid (siglo XI), hasta la redacción del Cantar (siglo XIII).

El Cantar de Mío Cid y los poemas épicos, de la voz a la letra, tercer capítulo de la muestra, profundizará en el terreno literario mediante varios manuscritos originales de la épica medieval, mientras que el cuarto apartado ofrecerá la imagen que ha trascendido de Rodrigo Díaz de Vivar, y cómo han quedado en la memoria colectiva personajes relacionados con él y que dieron origen a numerosos textos.

La Tizona, cuya compra por la Junta de Castilla y León y un grupo de empresarios por 1,6 millones de euros criticó el Ministerio de Cultura ante las dudas de su autenticidad, y un hueso que supuestamente corresponde al radio del antebrazo izquierdo de Rodrigo Díaz Vivar abren la exposición de este VIII centenario del ‘Cantar de Mío Cid’.

Dicha exposición puede verse desde hoy hasta el 15 de noviembre en el claustro bajo de la catedral de Burgos, donde tras la compra de La Tizona este mismo año se apuntó que podría quedarse de forma definitiva la espada de El Cid.

Sin embargo, el presidente del cabildo catedralicio, Matías Vicario, aseguró esta misma tarde que no ha recibido ninguna información en ese sentido y señaló que "estamos dispuestos a recibir La Tizona con los brazos abiertos si podemos aceptar las condiciones que nos propongan, aunque de momento no hay nada y por eso ni siquiera hemos pensado donde podríamos situarla".

En cuanto al hueso del antebrazo de El Cid, ha sido cedido por el Ayuntamiento de la ciudad, donde ha permanecido dentro de una hornacina desde el año 1921, cuando los restos de Rodrigo Díaz de Vivar fueron expoliados.

El comisario de la muestra y director del museo de Burgos, Juan Carlos Elorza, reconoció que hubiera sido "importante" contar con el ejemplar original del Cantar de mío Cid, depositado en la Biblioteca Nacional. Sin embargo, el propio Elorza, conservador de museos, reconoció que sería "una temeridad" sacar la obra del ambiente controlado en que se encuentra en la Biblioteca Nacional.

"Soy conservador y dispongo de los informes, no de políticos, sino de conservadores, restauradores y científicos de la Biblioteca Nacional y coinciden en que sería una temeridad sacar el ‘Cantar de Mío Cid’ del ambiente en que se encuentra", explicó Elorza.

El comisario de la exposición, que inauguró la muestra acompañado por el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y el presidente de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones, José García Velasco, recordó que el original de ese cantar de gesta sólo saldrá de su sala habitual durante unas horas el próximo sábado, precisamente con motivo de su octavo centenario.

Son precisamente el gobierno regional de Castilla y León y la Sociedad Estatal de conmemoraciones los que patrocinan la muestra, coordinada por Juan Carlos Elorza, ex presidente de las sociedades estatales para la conmemoración de Felipe II y Carlos V, con el apoyo de René Jesús Payo, profesor titular de Historia del Arte de la Universidad de Burgos.

Elorza afirmó que el objetivo de la exposición en la catedral bajo el título "El Cid, del hombre a la leyenda" es "dar una visión completa de Rodrigo Díaz de Vivar en el contexto de su época y cómo se le vio posteriormente".

Recordó que El Cid Campeador vivió en una época de una "España convulsa" y su imagen fue después retomada y releída en varias ocasiones.

Tras un primer espacio expositivo con los elementos más personales de El Cid, donde además de La Tizona y el citado hueso, se muestran documentos como las arras de su boda con doña Jimena o la donación al obispo de Valencia de la mezquita para convertirla en templo cristiano.

También se pueden ver diversos objetos de uso común en la época de El Cid, entre ellos armas, monedas, tejidos, vidrios y cerámicas, que pretenden situar al visitante en el momento histórico en que coexistieron los diferentes reinos hispánicos del siglo XI al XIII.

En otro apartado se muestran varios manuscritos originales de la épica medieval a través de un recorrido que comienza por el Cid Campeador, para seguir por Roncesvalles-Roldán, los Condes de Castilla, Don Rodrigo y la Reconquista y el Cid y otros héroes épicos en el Romancero.

Un cuarto apartado, titulado ‘La imagen del Cid Campeador. De la Edad Media a la Ilustración’, muestra la imagen de Díaz de Vivar que ha trascendido y cómo han quedado en la memoria colectiva personajes relacionados con él que dieron origen a numerosos textos.

El último espacio, ‘Lo cotidiano en las artes. De Goya a Dalí’, es el más alejado en el tiempo de la figura de El Cid, aunque no por ello menos llamativo, y comienza con el grabado de Goya de ‘El Cid lanceando un toro’, junto con una serie de pinturas españolas sobre diferentes episodios de la vida del héroe castellano.

La exposición se cierra con un interesante bloque de pinturas españolas que retratan diferentes episodios de la vida del héroe castellano, y realizan un recorrido cronológico por la visión cidiana en los siglos XIX y XX.

Con el grabado de Goya de El Cid lanceando un toro como apertura, este apartado de obras de artistas burgaleses como Marceliano Santa María y José Vela Zanetti, se acaba con un grabado de Dalí sobre El Campeador.- (Agencias)

(Estatua de El Cid en los jardines de la "Hispanic Society", en Nueva York)

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