lunes, 10 de septiembre de 2007

El favor de Botín / Antonio Jiménez


No se habla de otra cosa. La foto de los dos, frente por frente, distendidos, en mangas de camisa, o sea en un ambiente informal rayano en el "colegueo", ha sentado a cuerno quemado en Génova 13. "Oye lo nunca visto, tú, un banquero que apoya y le alegra el oído a un presidente radical de izquierdas; esto es de locos". Comentarios de este tenor se escuchan entre los populares tras la visita de Zapatero a la Ciudad Financiera del Santander con Emilio Botín ejerciendo de cicerone.

La oportunidad del encuentro, los discursos que no estaban previstos en la agenda inicial de la visita y la profusión de gestos entre los protagonistas , justo un día después de que el vicepresidente económico del Gobierno Pedro Solbes admitiera que la economía estaba peor que antes del verano y de definir la situación de "indefinición e incertidumbre", ha levantado suspicacias entre los populares.

Aunque la presencia de Zapatero en la sede social y financiera del Santander en Boadilla estaba lógicamente prevista desde hace tiempo, entre los populares no ha podido por menos que interpretarse como un favor o un balón de oxigeno que Botín le ha prestado a Zapatero cuando hasta su propio ministro de economía había echado por tierra el tradicional optimismo antropológico que aqueja al presidente. Y mucho mas después de leer algún titular de primera plana que subrayaba los elogios a la economía española del primer banquero del país en contraste con el "catastrofismo del PP".

En marzo último, con motivo de la publicación de una foto del líder del PP Mariano Rajoy en amigable y distendida conversación con Botín antes de un desayuno informativo, algunos analistas recordaron la habilidad intuitiva del banquero para advertir el tono y carácter del viento electoral con meses de antelación, hasta el punto de concluir que cuando Botín se "arrimaba" de esa forma a Rajoy es porque las municipales y autonómicas de mayo pintaban muy bien para el PP tal y como confirmaron después las urnas.

Ahora, las imágenes de Boadilla, con el "atrezzo" siempre entrañable y afectivo de los "peques" jugando en la guardería de la Ciudad Financiera, suscitan impresiones y comentarios parecidos pero con Zapatero como beneficiario. ¿Habrá olfateado Botín que a Zapatero le quedan aún cuatro años más, por lo menos, en la Moncloa?. Si de aquí a marzo próximo Rajoy no recibe un oportuno, evidente y muy visible aliento del presidente del Santander habrá que pensar que el viento electoral sopla decididamente a favor del actual inquilino de la Moncloa.

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