lunes, 17 de septiembre de 2007

Francia sorprende por el tono radical en su ofensiva diplomática contra Irán al más alto nivel


PARÍS.- Francia lanzó en las últimas horas una ofensiva diplomática para hacer que Irán ceda sobre su programa nuclear, provocando una dura reacción de Teherán, pero también la desaprobación de varios de sus aliados y de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) por mencionar el riesgo de una guerra si Irán se dota de armas atómicas.

El ministro de Relaciones Exteriores francés, Bernard Kouchner, causó sorpresa el domingo al declarar que había que prepararse "para lo peor", es decir, para una posible "guerra" con Irán si se dota de armas atómicas, y reclamar sanciones europeas contra Teherán por fuera del marco de la ONU.

Este lunes fue secundado por el primer ministro François Fillon, quien sin utilizar el término de "guerra" estimó que Kouchner tenía "razón", y juzgando que la tensión con Irán había llegado "a su extremo", especialmente en relación a Israel. Los dos responsables franceses insistieron, no obstante, en la necesidad de seguir negociando.

La tensión con Irán es "extrema" debido a la crisis en torno a su programa nuclear, declaró este lunes el primer ministro francés, François Fillon, quien aseguró sin embargo que todavía queda espacio para la diplomacia.

"Los iraníes deben entender que la tensión es extrema, en particular en la región, en la relación entre Irán y sus vecinos, en la relación con Israel", dijo Fillon en una visita a la ciudad de Angulema (centro-oeste). "Estamos en una situación de una tensión muy grande", insistió.

"Una confrontación con Irán sería lo más extremo que pudiera desear cualquier responsable político", aseguró Fillon, que estimó en particular que "las sanciones (impuestas a Irán) no se han llevado hasta las últimas consecuencias".

El ministro francés de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner, estimó el domingo que el mundo debía "prepararse para lo peor", es decir, para la posibilidad de una "guerra" con Irán, y pidió sanciones europeas si las autoridades de ese país persistían en su negativa a suspender su programa nuclear.

Kouchner "tiene razón", afirmó Fillon, pues "todo el mundo ve que la situación en Oriente Medio es extremadamente tensa y que se va agravando". "Debe hacerse todo para evitar la guerra si Irán se dota de armas atómicas. El papel de Francia es llevar hasta una solución pacífica una situación que sería extremadamente peligrosa para el resto del mundo", agregó. Fillon llamó a "escuchar al pueblo iraní" que no es unánime partidario del régimen de Teherán, dijo.

Kouchner obtuvo un primer respaldo europeo al recibir en París a su homólogo holandés, Maxime Verhagen, quien dijo ser partidario de aplicar sanciones europeas contra Irán si el Consejo de Seguridad de la ONU no se pone de acuerdo sobre medidas adicionales.

Sin embargo, las críticas fueron más abundantes. La agencia de prensa oficial iraní Irna criticó violentamente a los dirigentes franceses. "El nuevo inquilino de El Elíseo (el presidente Nicolas Sarkozy) quiere copiar hoy a la Casa Blanca", escribió Irna agregando que "este europeo se ha metido en la piel de los estadounidenses e imita sus alaridos".

Para Irna, órgano oficial de la República Islámica, estas declaraciones hacen de los líderes franceses "los traductores de la voluntad de la Casa Blanca". La agencia los acusó de haber adoptado "un tono todavía más duro, más encendido y más ilógico que el de Washington".

Los medios estatales iraníes arremetieron duramente contra el Ejecutivo y presidente francés, Nicolas Sarkozy, a quienes acusa de hacerse "convertido en traductor de la política de la Casa Blanca".

Sarkozy y su equipo han apoyado una línea más dura que su predecesor Jacques Chirac para resolver el contencioso iraní, al negarse el régimen de los ayatolás a renunciar a su programa de enriquecimiento de uranio.

En este sentido, Francia apoya la propuesta de Estados Unidos de aprobar la tercera ronda de sanciones contra Irán, a pesar del acuerdo de cooperación suscrito recientemente entre Teherán y la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) para aclarar cuestiones pendientes del programa atómico iraní.

"Los ocupantes de El Elíseo se han convertido en traductores de las políticas de la Casa Blanca en Europa y han adoptado un tono más agresivo e incluso más incendiario y más ideológico que el de Washington", critica el editorial de la agencia estatal de noticias iraní "Irna".

Asimismo, añadió que "mientras que la cuestión del caso nuclear de Irán está cerca de resolverse, gracias a las medidas adoptadas por Irán y la AIEA, el extremismo de los líderes franceses está creando un obstáculo en este camino".

Más mesurado, un portavoz de la diplomacia iraní, Mohammad Alí Hosseini, reaccionó a las declaraciones de Kouchner diciendo que "afectan la credibilidad de Francia".

"El hecho de que las declaraciones de los dirigentes franceses concuerden con la posición de la potencia dominante afecta la credibilidad de Francia ante las opiniones públicas mundiales", estimó en un comunicado.

En Viena, el director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), Mohamed ElBaradei, rechazó la perspectiva de recurrir a la fuerza contra Irán para resolver la crisis nuclear, estimando que no se habían agotado todavía las "otras opciones".

"Tenemos que recordar siempre que sólo se puede recurrir a la fuerza cuando (...) se han agotado todas las otras opciones. No creo que estemos para nada en ese punto", dijo a la prensa en el primer día de la asamblea general de los 144 países miembros de la AIEA.

Presente en Viena, la ministra austriaca de Relaciones Exteriores, Ursula Plassnik, criticó severamente a su homólogo francés: "el colega Kouchner es el único que puede explicar lo que quiso decir. Es incomprensible que recurra a una retórica marcial en estos momentos".

El representante de Estados Unidos en la asamblea de la AIEA, el ministro de Energía Samuel Bodman, evitó por su parte atizar el fuego, al afirmar que su país deseaba seguir privilegiando la diplomacia en el caso del programa nuclear iraní. "Tengo la esperanza de que Irán acepte las resoluciones del Consejo de Seguridad, y por eso seguimos presionando sobre ellos en ese sentido", dijo.

En Berlín, un portavoz de la diplomacia alemana, Martin Jager, relativizó las declaraciones de Kouchner: "sería falso hablar de amenazas de guerra: por el contrario es una prueba de que nuestros amigos franceses toman en serio la situación y se esfuerzan activamente en impedir, junto a nosotros, que las cosas evolucionen en ese sentido", declaró.

Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia) deben reunirse el 21 de septiembre en Washington para estudiar eventuales nuevas sanciones contra Teherán.- (AFP/AP)

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