miércoles, 26 de septiembre de 2007

La tecnología da al mundo una visión sin precedentes de Myanmar

BANGKOK.- Las redes secretas de periodistas ciudadanos de la disidencia que operan ante las narices de los espías gubernamentales en la militarizada Myanmar (antigua Birmania) están dando al mundo una visión sin precedentes de las mayores protestas contra la Junta Militar en dos décadas.

Dado que a los periodistas internacionales se les impide entrar en uno de los estados más cerrados del mundo, buena parte de la cobertura mediática mundial procede de los reporteros exiliados en países como Tailandia e India, y de sus contactos clandestinos desde el interior.

Tecnología como los aparatos con Internet, las transmisiones por satélite o los teléfonos con cámara están garantizando que las imágenes de las marchas masivas de monjes y civiles y la respuesta de las fuerzas de seguridad estén en las televisiones de todo el mundo en pocas horas.

El contraste frente a la represión de 1988 no podía ser más sombrío. Entonces, unas 3.000 personas murieron cuando los soldados abrieron fuego contra las multitudes pero las noticias tardaron días en difundirse, por no hablar de las fotos o los vídeos.

"La diferencia es como del día a la noche", dijo Dominic Faulder, periodista británico asentado en Bangkok durante la revuelta de 1988.

"Ahora, todos los habitantes son periodistas, equipados con todo tipo de aparatos que permiten captar información, desde teléfonos a videocámaras, que no se podían usar en 1988", añadió.

El miércoles, mientras los soldados disparaban como advertencia en Yangón, los "periodistas ciudadanos" enviaban sus ideas, fotos y vídeos a cadenas internacionales como CNN y BBC.

Y lo que es más importante, las noticias son difundidas por televisión por satélite y radio por parte de grupos de noticias en el exilio, como Democratic Voice of Burma (Voz Democrática de Birmania), que son en la actualidad una de las principales vías que tienen los 56 millones de habitantes para conocer los acontecimientos en su propio país.

El grupo tiene sede en Oslo y recibe financiación de países de la Unión Europea.

Aparte de las informaciones de los disidentes, las únicas fuentes de información dentro del país son las que ofrecen los medios controlados por la Junta, que según un hombre del estado Shan, difunden sólo "mentiras y canciones".- (Reuters)

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