domingo, 23 de septiembre de 2007

Los amigos del poder / Francisco Murco de Iscar


El poder siempre tiene más amigos que la oposición, aunque algunos prefieren empezar desde la nada para doblar los beneficios de la apuesta. Y hay, incluso, quien juega a dos barajas porque su mano derecha no sabe lo que hace la izquierda, o, por lo menos, hacen como si no se conocieran.

La construcción, la banca, la energía, la cultura, las telecomunicaciones y los medios de comunicación son los sectores más proclives a hacer amigos desde el poder o a favorecer a los poderosos para que sean amigos y den oportunidades. Una foto con Botín vale lo que no está escrito. El conocimiento adelantado de una reforma educativa permite ganar mucho tiempo y el tiempo es oro. Una barrera a una OPA hostil se mide en decenas de millones de euros en el corto plazo y en planes estratégicos en el largo.

Pasar de ser una empresa normal a un "campeón nacional" que juega en la Champions, es algo que se puede conseguir con inversiones arriesgadas, todas lo son, o con apoyos políticos. El Estado de las Autonomías ha abierto grandes oportunidades y el poder autonómico, unos más que otros, ha favorecido mucho esta situación.

Pero donde se juegan más guerras, sucias más que limpias, es en los medios. Está claro que ningún partido va a querer ceder la televisión pública para que sea plural. Cada uno, y más en vísperas electorales, la quiere activa, militante, partidista y denigradora del contrario. Se puede hacer con inteligencia o sin ella, pero todos hacen lo mismo. Aznar trató de formar un grupo privado potente y el tiro le salió por la culata.

Cuando manda la derecha, hay medios que tienen ventajas. Cuando manda la izquierda, lo mismo. Ahora estamos asistiendo al fuego cruzado de la guerra del fútbol televisado y a la consolidación de un nuevo grupo mediático situado en la izquierda, donde hasta ahora sólo había un grande. Y ahí puede arder Troya.

Los amigos del poder, en este caso los amigos de Zapatero, están en todas las batallas. En las de mantenerse prometiendo lo que haga falta y en la de consolidar su opción ganando la batalla de los medios. Lo curioso es que algunos estuvieron en un bando y ahora se han pasado al otro y su nombre apenas sale en los medios. Son los más peligrosos. Esta guerra promete sangre y la victoria no está clara.

Las amistades peligrosas pueden estar en el poder y en la oposición, pero algunos cambian de bando porque es más rentable siempre ser amigo del que escribe en el Boletín Oficial del Estado que de cualquier otro editor o escritor. Y el poder no tienen memoria ni corazón: acaba con los amigos cuando dejan de serle útiles. Sólo que la mayoría de los políticos son interinos. Siempre son sustituidos por otros.

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