viernes, 21 de septiembre de 2007

Los críticos fustigan a Greenspan, pero su legado perdura /Alister Bull

La gestión de Alan Greenspan al frente de la Fed fue duramente cuestionada cuando el libro sobre sus memorias llegaba a las librerías esta semana, con críticos que lo acusaron de inflar las burbujas de los activos y poner en peligro la disciplina fiscal en Washington.

Pero su reputación como uno de los mejores banqueros centrales del mundo perdurará.

El columnista del New York Times Paul Krugman comentó con sarcasmo el reconocimiento por parte del ex jefe de la Reserva Federal de su desilusión por la política fiscal del presidente de Estados Unidos George W. Bush.

"Esa crítica llega seis años más tarde y con un billón de dólares menos," escribió Krugman en el Times.

Greenspan se esfuerza por señalar en su libro que mientras abogaba por menores impuestos, solicitaba combinar esa medida con una restricción en el gasto. En realidad, tal disciplina fiscal no fue seguida por la Casa Blanca, que establecía "poco valor" sobre las consecuencias a largo plazo de sus acciones, escribió.

Los críticos también dicen que las tasas de interés extremadamente bajas que tuvieron lugar durante la gestión de Greenspan son culpables en parte por llevar a la economía a los problemas actuales, donde la explosión de la burbuja inmobiliaria incrementó los riesgos de una recesión. Greenspan está en desacuerdo.

"Estoy muy consciente del hecho de que todo el mundo piensa que la Reserva Federal, cuando yo era su titular, infló a la economía. Bien, no lo hicimos," le dijo al canal de noticias CNBC.

"Estábamos respondiendo a lo que eran las fuerzas globales a las que cada banco central respondía. Experimentábamos una caída continua y gradual en la tasa de inflación," dijo.

La Fed liderada por Greenspan redujo las tasas tras el colapso en las acciones de las empresas de tecnología y los ataques del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos. Las tasas tocaron un nivel muy bajo de 1 por ciento en junio de 2003 y se mantuvieron ahí durante todo un año, aunque Estados Unidos sufrió sólo una tibia recesión en el 2001.

La escasa profundidad de la recesión del 2001 fue la clase de resultado que le permitió a Greenspan ganar el apodo de "maestro" en una biografía escrita por el periodista Bob Woodward.

Los críticos argumentan, y lo han hecho por años, que Greenspan fue un inventor serial de burbujas, que abogó por una política monetaria asimétrica que recortara las tasas de los créditos al caer los mercados estadounidenses o desacelerarse el crecimiento, pero que se mostró tardío en subirlas cuando la economía se consolidó.

"Cuando había anticipación de deflación, la Fed de Greenspan fue muy proactiva. Cuando había evidencia de inflación, u otras señales de recalentamiento, con frecuencia la Fed era un poco más desdeñosa," dijo Gregory Hess, profesor de economía de Claremont McKenna College en Claremont, California.

A este comportamiento -calificado como el "Toque Greenspan"- se le atribuyó el repunte de los mercados emergentes a mediados de los años 1990, la burbuja en el mercado de empresas puntocom desde 1997 hasta principios del 2000 y el avance del mercado de la vivienda estadounidense, cuyo acelerado enfriamiento ha desatado una crisis global de crédito.

"Estuvo en la oficina durante 18 años (...) Nos dirigió durante todo ese periodo -1987, 1998, principios de los años 1990 (crisis de ahorro y préstamos)- y pasamos todo eso con recesiones relativamente moderadas," dijo Alfred Broaddus, quien se retiró como presidente del banco de la Reserva Federal de Richmond en julio del 2004.

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