sábado, 20 de octubre de 2007

El G7 eleva la presión sobre China y pide una apreciación 'acelerada' del yuan

WASHINGTON.-El Grupo de los Siete (G-7) países más industrializados ha aumentado la presión sobre China y ha pedido la "apreciación acelerada" del yuan, después de que el dólar alcanzara valores mínimos frente al euro pero apenas se moviera respecto a la moneda china.

En su primer encuentro tras la reciente crisis financiera, los ministros de economía y gobernadores de los bancos centrales de EEUU, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Canadá quisieron calmar a los mercados al reafirmar que la economía mundial tiene unas bases "robustas".

No obstante, en su comunicado conjunto reconocieron que existen "condiciones desiguales" en los mercados, que "probablemente persistirán durante algún tiempo y requerirán una estrecha vigilancia".

El secretario del Tesoro, Henry Paulson, fue más explícito y en una rueda de prensa posterior a la cumbre señaló que los mercados hipotecarios primarios y secundarios "aún no operan de forma normal" en Estados Unidos.

La crisis inmobiliaria en la mayor economía del mundo fue el detonante de la reducción de crédito que atenazó a los mercados entre julio y septiembre. El voto de confianza del G-7 a la economía mundial llegó después del cierre de los mercados en Estados Unidos, en un viernes aciago en el que el Dow Jones cayó un 2,7% después de que los gigantes empresariales Caterpillar, Honeywell y 3M rebajaran sus perspectivas de beneficio.

La debilidad de la economía estadounidense es un peso muerto que ha llevado al hundimiento del valor del dólar, especialmente frente al euro, que equivale a casi 1,43 billetes verdes.

Algunos gobiernos europeos han expresado el temor de que la apreciación del euro perjudique a la economía de la zona y los analistas estaban pendientes de si el comunicado apuntaba a algún tipo de acción por parte del G-7 sobre el tema.

No obstante, la declaración no menciona ni la debilidad del dólar, ni la fortaleza del euro. La ausencia de esta referencia en un borrador que se filtró a la prensa hizo que el dólar se derrumbara respecto a una canasta de monedas.

Paulson reiteró la política estadounidense de que "un dólar fuerte" beneficia a la economía estadounidense, pero al mismo tiempo subrayó que los mercados deben determinar el valor de las divisas.

El mayor cambio en la declaración del G-7 en relación a comunicados previos del Grupo fue la referencia a la tasa cambiaria china, como reconoció el propio Paulson.

Los Siete dijeron acoger positivamente "la decisión de China de incrementar la flexibilidad de su divisa". No obstante, dado el aumento de su superávit por cuenta corriente y la inflación interna, enfatizaron "la necesidad de permitir una apreciación acelerada de su tipo de cambio".

En su comunicado de abril, el G-7 había dicho que era "deseable" un ajuste de las tasas de cambio, especialmente la de China, para reducir los desequilibrios por cuenta corriente.

El Grupo mantuvo sin cambios el resto de su lenguaje al reafirmar que el valor de las monedas debería reflejar los "fundamentos" de las economías y que la "volatilidad excesiva" y los movimientos "desordenados" de las tasas de cambio "no son deseables para el crecimiento económico".

Mientras los Siete hablaban en el departamento del Tesoro, el barril de crudo de Texas tocó el valor récord de 90 dólares, aunque posteriormente retrocedió hasta los 88,6 dólares.

En su comunicado, el G-7 dijo que el alto precio del petróleo probablemente reducirá el crecimiento mundial, junto con la turbulencia financiera y la crisis inmobiliaria en Estados Unidos.

Sin embargo, no trató el tema en mayor detalle. Paulson señaló que el diálogo sobre el petróleo en la cumbre fue corto, pues los miembros del Grupo entienden que la economía mundial es "más resistente" que en el pasado a los repuntes del crudo, en parte debido a la mayor eficiencia en el uso de la energía.- (EFE)

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