viernes, 19 de octubre de 2007

El G7 Finanzas se reúne en Washington después de la gran turbulencia

WASHINGTON.- Los países ricos del G7 iniciaron este viernes en Washington su reunión para tomar el pulso de una economía mundial sacudida por la crisis financiera y por las cotizaciones récord del dólar, que hacen correr un sudor frío a los países europeos.

La reunión de ministros de Finanzas y de presidentes de bancos centrales celebrada bajo los mármoles y molduras de madera de la 'cash room' del Tesoro, que sirve de sede a las principales recepciones, debe concluir hacia la 01H00 con la publicación de un comunicado sobre el estado de la economía mundial.

El G7 reúne a los siete países más industrializados (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido).

La crisis del crédito que hizo temblar los mercados en el tercer trimestre y y sigue haciendo pesar una amenaza sobre el crecimiento, debe ocupar la mayor parte de esta reunión.

"Estamos percibiendo las primeras señales de calma en los mercados financieros internacionales, pero es muy temprano para bajar la guardia", estimó este viernes Alex Weber, presidente del Bundesbank.

El Fondo Monetario Internacional acaba de rebajar al 4,8% su previsión de crecimiento mundial para 2008, contra el 5,2% previsto anteriormente, una bajada que afecta particularmente a Estados Unidos, que no debe crecer más del 1,9% el año próximo debido a la caída del sector inmobiliario.

La reunión de este viernes será una buena oportunidad para aprovechar las enseñanzas de la crisis del verano y explorar los caminos para que no vuelva a ocurrir. El jueves en Washington, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, llamó a "una mayor coordinación internacional en materia de regulación de los mercados financieros".

Pero los europeos quieren hablar también de un tema para ellos ardiente: la apreciación inexorable del euro ante el billete verde. A pocas horas del comienzo de la reunión, el euro había batido un récord ante el dólar, por encima de 1,43 dólares.

Los empresarios europeos instaron nuevamente el jueves a los países de la zona del euro a exigir en el G7 una acción sobre las tasas de cambio. Pero parece poco probable que el comunicado final mencione claramente la debilidad del dólar. En primer lugar, porque no todos los europeos piensa exactamente lo mismo al respecto -Francia e Italia están más preocupados que Alemania, por ejemplo- y también porque no todos están de acuerdo con hacer valorizar el dólar.

"No todo el mundo cree que el dólar está demasiado alto, pero todo el mundo considera que otras monedas están demasiado débiles", declaró a la prensa el presidente francés, Nicolas Sarkozy este viernes durante la cumbre europea de Lisboa.

Estados Unidos mantiene una actitud ambigua al pregonar las bondades de un "dólar fuerte" y las de un mercado libre de toda intervención, mientras que el FMI acaba de afirmar que el billete verde está sobrevaluado con relación a los fundamentos de la economía.

Por otra parte, si se abordan los desequilibrios monetarios del mundo, ello ocurrirá sin duda de una forma más amplia, que incluya también la subvaluación del yuan chino, que preocupa a los estadounidenses.

Por otra parte, los países ricos difícilmente podrán ignorar los precios del petróleo, que baten un récord tras otro con el agravamiento de las tensiones geopolíticas en Oriente Medio. El barril de crudo superó esta semana la barrera de los 90 dólares en Nueva York.

Finalmente, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, se propone presentar la idea de un fondo para el desarrollo tecnológico.

El G7 concluirá con una cena en la que se hablará de los fondos soberanos (controlados por los estados), en presencia de representantes de los países que ya instauraron estructuras de ese tipo: Arabia Saudí, China, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Noruega, Rusia y Singapur.- (AFP)

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