domingo, 7 de octubre de 2007

La CAM se blinda frente al riesgo inmobiliario y aporta el 40% de las nuevas provisiones del sector

MADRID.- La Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) ha decidido blindarse frente al cambio de ciclo inmobiliario. La entidad presidida por Vicente Sala ha incrementado de forma drástica las provisiones destinadas a cubrir créditos impagados. La caja alicantina se hace así con un colchón financiero suficiente para amortiguar un hipotético repunte brusco de la morosidad en los próximos meses, ha revelado "El Mundo".

La decisión de la entidad se produce en un momento de profunda incertidumbre para el sector. No sólo por las turbulencias que azotan los mercados financieros desde principios de agosto. También por el elevado riesgo contraído en los últimos años con los promotores inmobiliarios, que deben a las instituciones crediticias la friolera de 282.081 millones de euros (151.673 millones a las cajas y 118.104 millones a los bancos). La cifra equivale a un tercio todo el dinero que las entidades financieras tienen prestado en la actualidad.

Con su millonario apunte contable, la institución alicantina acapara el 40% del incremento de provisiones efectuado por la totalidad del sector entre junio de 2006 y junio de 2007. Estas partidas, creadas para amortiguar la morosidad, figuran en los balances de las entidades como Inversiones Crediticias. Las provisiones son anotadas en el epígrafe correspondiente a Pérdidas por Deterioro de Activos en la cuenta de pérdidas y ganancias no consolidada de cada caja.

Al cierre del segundo semestre de 2006, Caja Mediterráneo había reservado una partida de 109,5 millones de euros. Un año más tarde, esta cifra ascendía a 294,1 millones. La diferencia supera los 184,5 millones, un 168% más.

Según la estadística de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), al término del primer semestre, el conjunto del sector se había anotado 1.874 millones de euros en concepto de provisiones, 461 millones por encima de los 1.413 millones registrados en las cuentas de junio de 2006.

La mayor parte de la partida desviada por la CAM al saco de las provisiones proviene de las plusvalías obtenidas por la venta de su participación en Metrovacesa. Es decir, la caja alicantina ha optado por armarse de prudencia en lugar de convertir en beneficios contables parte de las millonarias ganancias generadas por la operación (168 millones de euros).

La CAM confirma que ha depositado las plusvalías de la venta de Metrovacesa en el fondo genérico de reserva, si bien negó que esta medida se deba a que prevea afrontar un aluvión de impagos. Además, aseguró que sólo ha pretendido evitar "un desequilibrio en las cuentas para seguir una línea de estabilidad" en los resultados.

Fuentes de la entidad liderada por Sala defendieron la fortaleza de la CAM frente a la desaceleración hipotecaria y se consideraron a salvo de una posible crisis en el mercado inmobiliario, ya que sólo el 17% de su cartera de préstamos está dedicado a la segunda residencia.

De hecho, estas fuentes afirmaron que, hasta junio de 2007, el crecimiento de la caja se sostenía alrededor del 22%, y que sus recursos propios se situaban en un 10,64% frente al 6%. La entidad sí que reconoció un incremento de la morosidad, inferior en cualquier caso al 0,9%. No obstante, fuentes de la caja estimaron que este índice no "ofrece ninguna señal de alarma".

La dirección de la CAM aportará este y otros muchos datos al Banco de España en las próximas semanas. La entidad será sometida a un examen exhaustivo por parte del supervisor, ya que ha solicitado la emisión de cuotas participativas (una iniciativa pionera en el sector) para obtener liquidez.
(Roberto López, director general, y Vicente Sala, presidente de la CAM)

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