martes, 30 de octubre de 2007

La desaceleración crediticia se ceba con los establecimientos financieros

MADRID.-La senda alcista iniciada por los tipos de interés a finales de 2005 y su incidencia en las hipotecas han mermado significativamente las posibilidades de gasto de las familias españolas, cuyo nivel de endeudamiento se había disparado, precisamente, por la laxitud de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) hasta ese año.

Como consecuencia de ello, el negocio crediticio del sistema financiero se ha desacelerado, pasando de tasas de crecimiento que llegaron a rozar el 30% a ratios 10 puntos inferiores.

A esa ralentización ha contribuido la crisis de liquidez vivida por la banca tras el pinchazo hipotecario de Estados Unidos y el propio temor del sector a un notable repunte de la morosidad -los hogares tienen menos margen para afrontar sus deudas-, ya que las entidades han decidido ser más selectivas y endurecer las condiciones de acceso al crédito.

Las principales víctimas de esa pérdida de fuelle en la actividad prestamista han sido los establecimientos financieros de crédito (EFC), que cerraron agosto -justo cuando estalló la crisis hipotecaria estadounidense- con un saldo de 50.677 millones de euros, 3.151 millones menos que a principios de año y 1.150 por debajo de lo registrado en el mismo mes de 2006.

En términos relativos, y según los datos del Banco de España, la cartera crediticia de los EFC -realizan operaciones crediticias de toda índole, emiten tarjetas, conceden avales y garantías, pero no pueden captar depósitos- se redujo entre enero y agosto casi un 6 por ciento.

Este comportamiento contrasta con el de las otras instituciones financieras españolas, pues lograron mantener una tónica ascendente. Especialmente acentuada resultó la de las cajas de ahorro, que, con un saldo de 804.858 millones de euros, repuntaron un 12,10%. Las cooperativas de crédito (cajas rurales) avanzaron un 10,7%, mientras que los bancos lo hicieron un 12,10 -ver cuadro adjunto-.

Si la comparación se circunscribe a julio y agosto -para ver el incipiente efecto que pudiera haber tenido la crisis hipotecaria-, el patrón es similar. La cartera de los EFC pierde 129 millones de euros, pero la de las cajas de ahorros incorpora 5.212 millones, la de los bancos 706 y la de las rurales, 601.

Lo que sí tienen en común todas estas entidades es que, en los últimos meses, han experimentado un empeoramiento en su tasa de morosidad. Pese a ello, la distancia de los EFC respecto a sus competidores es bastante importante, ya que los créditos de dudoso pago supusieron el 3,26% de su cartera en agosto, casi nueve décimas más que en enero.

Frente a esa tasa, la de los bancos se colocó en el 0,70% (ocho centésimas más), en tanto que en las cajas de ahorros y las cooperativas de crédito se situó en el 0,77 y el 0,92%, ocho y cuatro centésimas más, respectivamente. En todos los casos, el grueso de la subida del ratio se produjo entre julio y agosto.

En España operan 77 EFC, siendo Andalucía la segunda región con más oficinas de estos establecimientos (77), tras Madrid (88).- (Agencias)

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