martes, 30 de octubre de 2007

La mayoría de empresas industriales prevén frenar la subcontratación

BARCELONA.- La subcontratación parece tener límites. Frente a algunas opiniones que pregonan que cualquier actividad se puede subcontratar, con lo que se crearían empresas casi virtuales, la mayoría de las compañías industriales catalanas no tienen intención de desprenderse de más departamentos, según informa "El Periódico".

Esa es una de las conclusiones de una encuesta realizada por el Centro de Investigación Económica y Social (Cresc), vinculado a la UGT.

La segregación de algunas tareas en empresas ajenas ha alcanzado un elevado desarrollo en Cataluña, donde el 47,6% de las compañías manufactureras cuentan con alguna subcontrata.

Ésta es una de las claves que explican el trasvase de actividad de la industria a los servicios, según el estudio, realizado por encargo del Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial (Cidem) de la Generalitat para profundizar en la terciarización de la economía.

El 62,7% de las empresas encuestadas que ya cuentan con proveedores de servicios aseguran que no subcontratarán más actividades. El motivo principal es que consideran que han llegado a un punto óptimo de segregación. Otras causas son evitar una reestructuración en las pymes o que ya fabrican un producto muy especializado.

En cuando a las compañías que todavía no han segregado alguna actividad, el rechazo a la subcontratación alcanza el 72,9%.

El resultado de esta encuesta ya se aprecia en las empresas, según Josep Montoya, de UGT. "En algunos casos se recuperan ciertas actividades que habían sido subcontratadas debido a un servicio deficiente o por estrategia empresarial", indicó el dirigente sindical.

En el freno a la segregación también influyen los límites negociados en los convenios colectivos. Por ejemplo, Nissan se comprometió a reducir en un 15% el nivel de subcontratación y a integrar a 70 empleados externos, así como a no superar el 20% de la plantilla en la segregación. En la negociación en marcha, la compañía quiere eliminar esas limitaciones.

Las empresas manufactureras, que sí quieren segregar actividades, se decantan por alguna fase de producción, seguida del mantenimiento y reparación de maquinaria y la limpieza de las factorías. "En general, las empresas valoran más el conocimiento o la tecnología punta, que asumen directamente y evitan externalizar", afirmó Romina García, la autora del estudio.

Los altos costes de la maquinaria y las dificultades para encontrar personal cualificado son dos motores de la subcontratación, según Josep Maria Gomes, responsable de la bolsa especializada de la Cámara de Comercio de Barcelona. Pone como ejemplo las empresas de corte por láser con una máquina que cuesta un millón.

Sin embargo, las empresas subcontratistas se enfrentan con frecuencia a una excesiva atomización y dependencia de muy pocas compañías, que en caso de tener problemas acaban arrastrando al proveedor, según el estudio.

Entre los últimos casos se encuentran los de SAS, Tecnoconfort y Sysmo, que han cerrado o pretenden hacerlo tras perder un contrato con Seat.- (Z)

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