viernes, 26 de octubre de 2007

La subrogación, un grifo cerrado

MADRID.- Promoción de vivienda nueva. Sus responsables ofrecen una completa información: planos, servicios asociados, precios y, en tres de cada cuatro casos, según los más recientes estudios, una financiación hipotecaria específica.

Es lo habitual: las promotoras negocian con las entidades financieras unos créditos hipotecarios globales que posteriormente ofrecen particularizar a cada comprador (lo que se conoce como subrogación).

Hasta no hace demasiado tiempo, si el cliente abonaba, a lo largo de los dos años que duraba la construcción, la entrada y las letras mensuales (suelen corresponder al 20% del precio de la vivienda), la subrogación era inmediata.

Como se suele decir popularmente "se aplicaba el artículo 33" y, el particular, además de evitarse la tramitación de un crédito (presentar nóminas, declaraciones de renta, etcétera) se ahorraba los gastos de estudio, tasación y apertura que cobran muchos bancos y cajas en las hipotecas. La situación empieza a cambiar.

Responsables de diversas entidades recuerdan que cuando se le concede una financiación hipotecaria específica a una promotora, que luego recolocará entre sus compradores, los bancos se reservan el derecho de aprobar o no las correspondientes subrogaciones a los particulares. No sólo antes de la compra efectiva del inmueble, sino incluso un mes después.

Estos mismos responsables añaden que el aprobar hipotecas por el artículo 33 a todos los compradores de vivienda en promociones nuevas se ha acabado. En estos momentos, lo habitual es realizar, como en un crédito tradicional, un completo análisis del riesgo.

Al potencial cliente se le piden todo tipo de datos económicos y financieros para ver si se acepta o no su operación.

Perder la señal y renunciar

Tanto es así que incluso una conocida constructora de este país, con un parque en venta de unas 2.000 unidades nuevas, cerró el pasado trimestre con un saldo negativo de ventas de 20 unidades.

La razón es que en muchos casos, tantos que llegaron a superar el número de unidades vendidas, las entidades financiadoras denegaron las subrogaciones por exceso de riesgo y los particulares se vieron obligados a perder la señal que habían aportado al renunciar a la compra de la vivienda.

Desde bancos y cajas se va incluso más lejos en las advertencias: "Los potenciales compradores deben calcular bien si podrán hacer frente o no al pago de las letras hipotecarias en el futuro para no encontrarse con la desagradable sorpresa de que no se les concede el crédito.

Algunas de las promociones de vivienda nueva que se venden en la actualidad obligan únicamente durante el periodo de construcción a pagar una cantidad fija al mes: 300, 400 o 600 euros. En algunos casos, estas cantidades no cubren el 80% del valor del inmueble a adquirir.

En estas ocasiones, el grifo de la subrogación, salvo que se presenten avales o garantías específicas adicionales, está completamente cerrado desde hace ya varios meses", señala una fuente.

"Todo esto", reconoce, "en un clima en el que, además, las propias promotoras tienen dificultades para conseguir su financiación. Cada vez se conceden menos préstamos que financien la compra de suelo [bancos y cajas exigen proyectos concretos con la correspondiente licencia de obras] y los que cubren la construcción empiezan además a vincularse no sólo a la certificación efectiva de las obras, sino al ritmo de ventas de las viviendas".- (PRISA)

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