jueves, 15 de noviembre de 2007

Capitalismo disfuncional y Alvin Toffler / Julio Suárez Anturi


Que las economías ya no son, prácticamente, nacionales, sino corporativas, es un hecho que uno puede percatar. Es decir, las naciones se nutren de inversionistas extranjeros, quienes son los que en realidad mueven esas economías.

Un ejemplo: Citicorp, Shell, Google, Esso, ITT, Santander, Claro, Bayer, Sony, Chevrolet, McDonald’s, Castrol, Toshiba, Hyundai, Kia, Caterpillar, Cencosud, Melón, Arauco…

Aunque muchos lo saben, algunos lo ignoran y otros quieren ignorarlo, no sobra decir que el mundo se mueve hacia las economías corporativas, más que las economías nacionales.

Dicho de otra manera, las corporaciones son capaces de impactar una economía nacional. Entendiendo esto, es cada vez más tonta la idea de los "nacionalismos", y en la visión planetaria más estúpida aún la "xenofobia".

¡Hay que despertar!

Alguien que visualizó, muchos años antes de que ocurriera, este fenómeno de las corporaciones y su digitalización, es el estadounidense Alvin Toffler, autor entre otros libros de "El shock del futuro", en el que analiza los cambios vertiginosos producidos por el desarrollo tecnológico, y "La tercera ola", texto que anticipa la "era del conocimiento".

Pues bien, Alvin Toffler estuvo en Santiago de Chile recientemente y visualizó la crisis del capitalismo, en términos de una cada vez mayor carencia de sincronización –o disfuncionalidad– entre el desarrollo de las corporaciones que generan riqueza y las estructuras formales de la sociedad.

Gráficamente, Alvin Toffler dice que las empresas van a 160 km/horas, la sociedad civil va a 140 km/hora, la familia como institución va a 100 km/hora, los sindicatos como organismos de la estructura social van a 40 km/hora y el sistema escolar a 15 km/hora.

"Disfuncionalidad sistémica de las instituciones", lo llama el señor Toffler.

Y, en tanto vivimos la Era del Conocimiento, "el aprendizaje se convierte en un proceso de flujo continuo". Y explica, entonces, que corporaciones, como Google, valgan una fortuna, pese a que solo procesa intangibles.

Para concluir, expresó que tanto los individuos, como las naciones, son cada vez más dependientes de la base global del Conocimiento, y el actual sistema de generación de riqueza, basado en ese conocimiento, terminará poniendo en duda el concepto de propiedad.

Y ya sabemos que la propiedad privada es la piedra angular del Capitalismo.

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