viernes, 16 de noviembre de 2007

El sector hortofrutícola de Almería se mantiene estable, según el análisis de Cajamar

ALMERÍA.- La crisis que afecta a otros sectores en el país, como el inmobiliario, parece no haber tocado a los productos hortofrutícolas de Almería. Al menos eso es lo que deja ver el análisis de la campaña 2006/2007 que ha realizado la Fundación Cajamar.

Jerónimo Molina Herrera, director del Instituto de Estudios de la Fundación Cajamar, ha dicho que “algunos se pensaban que la agricultura iba a desaparecer, que todo iba a ser ladrillo, pero una vez pasado el boom inmobiliario, se ha visto que la agricultura es el motor económico de Almería”.

Para Molina, desde el año 2000 asistimos a un momento de madurez y estabilidad del sector. La campaña anterior tuvo una menor producción y unos precios bajos, pero ésta ha supuesto unos valores inversos en ambos casos.

Jerónimo Molina ha hablado de “récord de producción”, con 2,84 toneladas de producción hortofrutícola, y 12% más en el valor de los productos, que han supuesto generar 1.483 millones de euros. A pesar del leve descenso en las exportaciones, los ingresos han podido aumentar gracias a otros destinos. El ingreso medio de los agricultores, a pesar de no conocer la renta agraria exacta, se estima en un 12,5 más que en la anterior campaña.

En cuanto al descenso de las exportaciones, hay un claro protagonista, la crisis del pimiento y los fitosanitarios. Molina ha insistido que “sólo ha sido el pimiento el afectado, y principalmente en Alemania”. Israel ha cubierto el hueco de Almería en este mercado “y ahora intentará consolidarse”, por lo que uno de los retos para la campaña 2007/2008 será intentar recuperar esa cuota de mercado.

De todas formas, “no hay mal que por bien no venga, se ha dado una reacción positiva, con una dedicación masiva de lucha biológica”. Molina espera que llegue a consolidarse, y, aunque no cree que la crisis esté totalmente zanjada, “el camino es el bueno, mientras no se baje la guardia todo irá bien. Hay que darle al mercado lo que éste demanda”.

Ana Cabrera, miembro del Instituto de Estudios de la Fundación Cajamar, ha detallado la evolución de los costes de producción, que incluyen distintos aspectos, desde gastos generales habituales, a mano de obra, las semillas, el agua, las distintas actuaciones de abastecimiento, los fitosanitarios, las materias activas autorizadas, las técnicas de control biológico, la depreciación del dólar, o los problemas relacionados con la crisis del pimiento. Por otro lado, han disminuido su coste los plásticos, transportes y energía.

Jerónimo Molina apuesta por la contratación en origen como solución a los problemas de regulación, sobre todo porque “el problema es que algunos inmigrantes son regulados para trabajar en un invernadero, pero cuando lo dejan y acuden a otro, vuelve a comenzar el problema”.

Ha dicho que era imposible que hubiera menos inmigrantes dados de alta en la Seguridad Social, “sólo hay que preguntarse si hay menos invernaderos que antes”. Otro motivo para apostar por la contratación en origen es que “a mayor tecnificación en los procesos de producción, se requiere una mayor especialización y formación”.- (Teleprensa)

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