domingo, 25 de noviembre de 2007

Cristóbal Montoro: 'A España le perjudica especialmente la crisis 'subprime'

MADRID.- El ex ministro de Hacienda y actual eurodiputado del PP, Cristóbal Montoro, sigue preocupado por la economía española y, sobre todo, por su evolución en un 'mundo cambiante' con crisis de confianza como las de las hipotecas 'subprime' en EEUU que, a su juicio, 'la perjudican especialmente'.

Cristóbal Montoro, más como catedrático de Hacienda Pública que como ex ministro, es crítico con el actual vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, a quien recrimina no haber aprovechado los años de superávit económico para haber reducido el déficit por cuenta corriente en España, uno de los elementos que amplifica la 'contaminación' esta crisis de liquidez en España por estar en el 9 por ciento.

Montoro, además de más reformas liberalizadoras y laborales sin merma de empleos, pide que se modere el gasto público (con subidas no superiores al 4%, en vez de las del 7,2% actuales) y apoya, en línea con la reforma fiscal defendida por el PP, que se use la bajada de impuestos como 'palanca' para fomentar el crecimiento económico para quienes perdieron poder adquisitivo y sufren la subida de las hipotecas.

P.- Ahora vive a caballo entre Bélgica y España, ¿está satisfecho con la imagen que tiene España dentro y fuera de sus fronteras?

R.- Estoy muy satisfecho con la imagen de España, un país que en doce o trece años ha sido capaz de crear 7,7 millones de puestos de trabajo. Ahora el desafío es seguir hacia delante; sin tasas altas de paro hay que solucionar otros aspectos sociales como el de la mujer, y para ello hay que abrir España, colocarla en el mundo y venderla.

P.- Ahora tenemos un problema con los préstamos hipotecarios, la subida del euribor ha aumentado las cuotas y los bancos no dan préstamos, ¿qué se puede hacer?

R.- Efectivamente, desde noviembre de 2005 están subiendo los tipos de interés. Somos Europa y dependemos de una política conjunta, aunque está claro que hay que auxiliarla con las políticas presupuestarias, de impuestos, de liberalización económica, de reformas que contengan la inflación.

Esta subida se ha parado pero porque estamos viviendo una crisis financiera y estamos en momentos en Europa muy complicados, con motivo de la rescisión del crédito y la fortaleza del euro, que es completamente excesiva.

P.- ¿Compararía esta crisis con la de la burbuja tecnológica en el 2000?

R.- La comparación entre ambas es muy exacta. Esta es otra reedición de una crisis financiera. Con esas crisis España siguió creciendo y creando empleo.

Ahora estamos en la siguiente y es seria. En pocos días, ha sido capaz de cambiar de un mar a una restricción brutal de liquidez y está perjudicando el crecimiento económico de Europa. A España le perjudica especialmente porque tiene un déficit de cuenta corriente que es el más elevado de los países desarrollados (9 por ciento del PIB): eso quiere decir que estamos financiando el crecimiento económico con los recursos que nos dejan los demás. Y esto, en una crisis de liquidez es muy grave.

Tendríamos que estar respondiendo con políticas presupuestarias, con una aceleración de la reforma en términos de liberalización económica, para evitar la inflación y el déficit exterior tan abultado. No debería decirse 'aquí no pasa nada', ni tampoco suplir estas carencias diciendo a los bancos que den más créditos; cuando, además, hace dos días pedían que se dieran menos créditos al sector de la construcción, que, por ciento, han estrangulado.

P.- Pero hay quien dice que el modelo económico del Partido Popular de grandes infraestructuras y vivienda está agotado ya...

R.- Nosotros sólo queríamos que la gente trabajara e invirtiera en lo que quisiera; utilizábamos la hacienda pública bajando los impuestos, reequilibrando el presupuesto.

Las únicas características que definen al modelo del PP es la creación de empleo y de pymes, la internacionalización y, en definitiva, una financiación holgada por la reputación y la credibilidad que merece el país, que es lo que cambió, porque pasamos a la máxima calificación de los mercados. Hubo un boom de vivienda, porque nunca había habido tanto empleo.

P.- ¿Y si el crecimiento económico baja por debajo del 3 por ciento el próximo año como consecuencia de la crisis?

R.- Estaremos hablando, obviamente, de un estrés presupuestario y es un error por parte del Gobierno decir que no pasa nada. Estoy muy satisfecho de que, en estos casi cuatro años, la creación de empleo y la internacionalización hayan seguido, pero hay que trabajar para estar mejor preparado para esta crisis y otras.

La primera medida sería moderar el crecimiento del gasto público.

Es lógico que en un año electoral el gasto público crezca, pero al cuatro por ciento, que es lo que tenía que haber crecido durante toda la legislatura.

La segunda medida sería insistir en las reformas del mercado del trabajo, hacia una flexibilización concertada que no suponga pérdida de calidad ni de puestos de trabajo, sino al revés.

La tercera medida sería más libertad económica en los sectores estratégicos de la economía, porque ahí se ha desandado el camino en sectores claves como el energético y comunicaciones.

La cuarta medida sería insistir en una línea de reformas tributarias que, seguramente, impulsan la actividad económica en el país.

P.- Hablando de tributos, ¿qué le parece la reforma fiscal propuesta por el PP para aquellos que perciben menos de 16.000 euros al año? ¿Puede suponer una merma en el gasto social de 25.000 millones de euros como ha dicho el vicepresidente Pedro Solbes?

R.- En 1995 o en 1993, el lenguaje del PSOE era el mismo pues decían que no íbamos a pagar las pensiones, e incluso el vicepresidente primero dijo en el Congreso que nuestra reforma costaría un billón de pesetas.

Creo que es bueno que en España vayamos realmente haciendo una reducción de tarifas, sin perder la progresividad.

Proporcionalmente, quienes más ganan tienen que pagar más cuota que aquellos que menos renta tienen.

P.- ¿La política económica puede decidir por primera vez unas elecciones?

R.- Según la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, las principales preocupaciones son el paro, la vivienda y la inmigración, pero hay otra cosa: el sentido de España y de país que se va a jugar en estas elecciones.

Somos un país que ha hecho un esfuerzo formidable, de recuperación de poder adquisitivo, crecimiento económico sobre una base articulada de país, sobre una diversidad, con singularidad económica y ahora, para mí, el primer problema es llegar a convencernos de que juntos, desde la diferencia, hacemos las cosas mucho mejor.- (EFE)

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