jueves, 22 de noviembre de 2007

Los estadounidenses inician hoy su puente más largo del año

NUEVA YORK.- Los aeropuertos, estaciones de trenes y carreteras están hoy, y desde ayer, más congestionados de lo habitual, ya que unos 38,7 millones de estadounidenses se están desplazando para asistir hoy a la comida de Acción de Gracias, festejada en todos los hogares del país, en medio de la escalada de los precios del petróleo, que ya están bordeando la simbólica cifra de los 100 dólares por barril.

La mayoría de esos viajeros, 31,2 millones, dijo la Asociación de Automóviles Estadounidense (AAA), prevé utilizar su automóvil para desplazarse, y eso que el precio del galón de gasolina ha experimentado un alza media de 85 centavos desde esa misma fecha de hace un año.

Si entonces el galón (3,8 litros) de gasolina normal se pagaba en torno a los 2,25 dólares, en este año hay que abonar una media de 3,10 dólares, pero muchos señalan que no por pagar 20 dólares más para llenar el tanque, van a dejar de volver a casa.

También se espera que la subida de los precios del petróleo empiece a repercutir ya en los billetes aéreos.

Las cadenas de televisión estadounidenses dejan en sus pantallas un lugar reservado para dar información en tiempo real de la situación de las carreteras y aeropuertos, donde muchos viajeros han preferido llegar a primera hora y esperar todo el día que perder el vuelo o los nervios por los embotellamientos de tráfico.

Pero en este puente festivo, el más largo del año, los estadounidenses también andan preocupados, además de por la influencia en el bolsillo de los precios del petróleo y por la congestión de los transportes, por el tiempo.

El Servicio Nacional de Meteorología pronosticó que las temperaturas bajarán en todo el país a partir de hoy, incluidas las nevadas en los estados del norte y cercanos a los Grandes Lagos, así como intensas lluvias en la costa este y en la zona del Golfo de México, aunque serán más benignas en la costa del Pacífico.

La nota de color en esta festividad, en la que en prácticamente todas las casas hacen una comida-cena con pavo, ha venido de la mano del presidente de EE.UU., George W. Bush, y del tradicional indulto que el ocupante de la Casa Blanca hace cada año de ese ave.

En esta ocasión los pavos "salvados" han sido dos, "May" y "Flower", ambos de Indiana y de unos 22 kilos de peso, que han sido enviados al parque de Disney World en Orlando (Florida) para que encabecen allí el tradicional desfile del Día de Acción de Gracias que se repite en prácticamente todas las ciudades del país.

Bush, con su sentido del humor, explicó que "May" y "Flower", que así recuerdan el nombre del barco en el que los padres fundadores llegaron a esta tierra a mediados del siglo XVII, eran más poéticos que los propuestos por su polémico vicepresidente, Dick Cheney, que había sugerido llamarles "Lunch" (comida) y "Dinner" (cena).

Cuando los colonos ingleses llegaron a bordo del "Mayflower" a tierras americanas y se encontraron con los indios nativos, tuvieron la idea de agradecerles su ayuda realizando un festejo con los productos de sus primeras cosechas, maíz, calabaza, batata, arándanos y con el pavo, la única proteína autóctona a la que tenían acceso.

Hoy, aunque esa es la tradición más vigente, en muchos hogares de EE.UU se han incorporado muchos platos mexicanos, como tamales (masa de maíz con relleno de pollo, cerdo o carne de res y cocinada envuelta en una hoja de ese mismo maíz o de plátano), tacos y otras delicias de la cocina del vecino del sur, que tiene a más de 15 millones de inmigrantes trabajando en este país.

No han faltado los diarios que ofrecen a sus lectores maneras más imaginativas de cocinar el famoso y soso pavo, añadiéndole ajo, aceite de oliva, cilantro, chiles serranos o chipotle.

Como parte de los excesos gastronómicos de esta festividad, están los concursos de comer pavo, y así en Nueva York el campeón ha sido Tim Janus, que en un cuarto de hora se devoró ayer un pavo de más de cuatro kilos, acompañado de puré de patas y más de un kilo de salsa de arándanos, sin olvidarse de un pastel de calabaza entero.

Los otros excesos que se cometerán estos días están en estrecha relación con el bolsillo, ya que desde el viernes las tiendas y grandes almacenes se disponen a hacer las mayores ventas del año dando el pistoletazo de salida a las rebajas.

En la mayoría de los escaparates neoyorquinos se anuncian rebajas de hasta el 70%, con las que los comerciantes esperan librarse de sus productos no vendidos en un otoño en que los consumidores no se han mostrado espléndidos en sus compras.- (EFE)

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