MADRID.- El secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, se mostró hoy convencido de que las cuentas públicas cerrarán este año con un superávit que estará "décima arriba o décima abajo cercano" al del año pasado, en que fue de 18.000 millones de euros, equivalentes al 1,8 por ciento del Producto Interior Bruto.
En su intervención en el Foro Cinco Días, Ocaña añadió que en el futuro las cuentas públicas seguirán teniendo una situación "estable y saneada", incluso con la moderación prevista en el aumento de los ingresos.
Carlos Ocaña insistió en que la economía española está "bien preparada" y va a seguir creciendo a un ritmo importante, a pesar de que los principales organismos internacionales hayan rebajado sus previsiones de crecimiento para el año que viene tras las turbulencias financieras.
A este respecto, reiteró que el Gobierno mantiene su previsión de crecimiento del 3,3 por ciento para el año que viene porque sólo la revisa dos veces al año, y no toca hacerlo hasta diciembre.
En cualquier caso, Ocaña consideró que si en el "peor escenario" se cumpliese la previsión "sesgada a la baja" que ha dado el Fondo Monetario Internacional, de un crecimiento del 2,7 por ciento, "no estaría nada mal" y "no sería ningún desastre", por lo que insistió en "desdramatizar el debate de las décimas".
Aumento de ingresos públicos
En su intervención, Ocaña señaló que para el año que viene, la previsión de aumento de los ingresos públicos es "tan prudente" como siempre, y tiene en cuenta la previsible desaceleración de la economía , así como los efectos de la "segunda reforma fiscal", en alusión a la aplicación de la segunda fase en la rebaja del impuesto de sociedades y a la nueva deflactación de la tarifa del IRPF prevista en los presupuestos.
Reconoció que la previsión de un aumento del 5,6 por ciento de los ingresos es "modesta", y expresó su confianza en cerrar las cuentas "según lo previsto o incluso un poco mejor".
El secretario de Estado de Hacienda señaló que la recaudación impositiva es un "buen termómetro" de la marcha de la economía española, que sigue siendo "fuerte" y está en una posición "cómoda".
La salud de las empresas, dijo, también se mantiene, de acuerdo con los datos de recaudación del Impuesto de Sociedades, que ha crecido el 31,8 por ciento en los primeros nueve meses del año, aunque reconoció que "seguramente el año no acabará tan arriba" en lo que esta recaudación se refiere.
Por su parte, el Impuesto sobre el Valor Añadido mide la evolución del consumo, y su evolución "mucho más modesta", con un aumento de la recaudación del 2 por ciento, muestra la esperada desaceleración en el consumo.
Aumento del 4% del IVA
Ocaña vaticinó que la recaudación por IVA habrá aumentado al cierre del año un 4 por ciento, lo que demuestra que el consumo "sigue creciendo" aunque menos que el conjunto de la economía .
En cuanto a la recaudación del IVA para la compra de vivienda nueva, señaló que el Gobierno no ha detectado "efectos importantes", aunque sí hay cierta "desaceleración" en las cifras de recaudación de este tributo en el sector de la construcción.
En cualquier caso, concluyó, todos los economistas coinciden en que a España le conviene una moderación de la construcción para que no tenga tanto peso en el crecimiento, por lo que el ajuste del sector era previsible y "necesario".-(EFE)
En su intervención en el Foro Cinco Días, Ocaña añadió que en el futuro las cuentas públicas seguirán teniendo una situación "estable y saneada", incluso con la moderación prevista en el aumento de los ingresos.
Carlos Ocaña insistió en que la economía española está "bien preparada" y va a seguir creciendo a un ritmo importante, a pesar de que los principales organismos internacionales hayan rebajado sus previsiones de crecimiento para el año que viene tras las turbulencias financieras.
A este respecto, reiteró que el Gobierno mantiene su previsión de crecimiento del 3,3 por ciento para el año que viene porque sólo la revisa dos veces al año, y no toca hacerlo hasta diciembre.
En cualquier caso, Ocaña consideró que si en el "peor escenario" se cumpliese la previsión "sesgada a la baja" que ha dado el Fondo Monetario Internacional, de un crecimiento del 2,7 por ciento, "no estaría nada mal" y "no sería ningún desastre", por lo que insistió en "desdramatizar el debate de las décimas".
Aumento de ingresos públicos
En su intervención, Ocaña señaló que para el año que viene, la previsión de aumento de los ingresos públicos es "tan prudente" como siempre, y tiene en cuenta la previsible desaceleración de la economía , así como los efectos de la "segunda reforma fiscal", en alusión a la aplicación de la segunda fase en la rebaja del impuesto de sociedades y a la nueva deflactación de la tarifa del IRPF prevista en los presupuestos.
Reconoció que la previsión de un aumento del 5,6 por ciento de los ingresos es "modesta", y expresó su confianza en cerrar las cuentas "según lo previsto o incluso un poco mejor".
El secretario de Estado de Hacienda señaló que la recaudación impositiva es un "buen termómetro" de la marcha de la economía española, que sigue siendo "fuerte" y está en una posición "cómoda".
La salud de las empresas, dijo, también se mantiene, de acuerdo con los datos de recaudación del Impuesto de Sociedades, que ha crecido el 31,8 por ciento en los primeros nueve meses del año, aunque reconoció que "seguramente el año no acabará tan arriba" en lo que esta recaudación se refiere.
Por su parte, el Impuesto sobre el Valor Añadido mide la evolución del consumo, y su evolución "mucho más modesta", con un aumento de la recaudación del 2 por ciento, muestra la esperada desaceleración en el consumo.
Aumento del 4% del IVA
Ocaña vaticinó que la recaudación por IVA habrá aumentado al cierre del año un 4 por ciento, lo que demuestra que el consumo "sigue creciendo" aunque menos que el conjunto de la economía .
En cuanto a la recaudación del IVA para la compra de vivienda nueva, señaló que el Gobierno no ha detectado "efectos importantes", aunque sí hay cierta "desaceleración" en las cifras de recaudación de este tributo en el sector de la construcción.
En cualquier caso, concluyó, todos los economistas coinciden en que a España le conviene una moderación de la construcción para que no tenga tanto peso en el crecimiento, por lo que el ajuste del sector era previsible y "necesario".-(EFE)
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