martes, 27 de noviembre de 2007

Sarkozy hace gala de moderación en China y regresa con contratos récord

SHANGAI.- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, regresa de su primera visita de Estado a China con contratos récord en el sector nuclear y aeronáutico, tras haberse cuidado de no enfadar a los chinos con temas sensibles como la independencia de Taiwán o el Tíbet.

"El viaje fue bueno desde un punto de vista político", se felicitó Sarkozy, que insistió en la firma de una declaración sobre el medio ambiente, "una primicia" en un país considerado uno de los principales contaminantes del planeta.

Antes de partir hacia Shanghai, última etapa de su viaje de tres días, llamó este martes a China a asumir sus "responsabilidades" para combatir el calentamiento climático.

Francia logró en China contratos por 20.000 millones de euros, el mayor paquete comercial jamás firmado entre ambos países, según Sarkozy.

El fabricante de aviones europeo Airbus fue el mayor beneficiado con la venta de 160 aviones -110 A320 y 50 A330- por un monto de unos 12.000 millones de euros.

Según el Palacio del Elíseo, la partida no estaba ganada de antemano y las largas negociaciones para obtener este resultado culminaron poco rato antes de la ceremonia de firma de los contratos, el lunes, en presencia de Sarkozy y de su homólogo, Hu Jintao.

Otro gran beneficiado fue el grupo nuclear Areva, que vendió a China dos reactores EPR de tercera generación y se aseguró el suministro del combustible necesario para su funcionamiento hasta 2026, por unos 8.000 millones de euros.

Acuerdos menos importantes fueron concluidos también el lunes por el grupo de electricidad EDF, el gigante francés de transporte de contenedores CMA-CCM, el fabricante de equipamientos en telecomunicaciones Alcatel-Lucent y el laboratorio Sanofi-Aventis.

¿El secreto del éxito? "Todo funciona mejor con un poco de encanto presidencial", afirmó un allegado a Sarkozy, aunque los contratos se planeaban desde hace tiempo, varios años incluso en el caso de Areva, y que cada viaje presidencial a China se salda en general con una importante venta de aviones.

Para seducir a sus anfitriones, Sarkozy no escatimó elogios sobre un país que supo "conducir una inmensa nación por el camino del progreso en unas décadas".

China, habituada desde hace años a tratar con el antecesor de Sarkozy, Jacques Chirac, se mostraba algo inquieta por la visita del nuevo mandatario.

Pero hoy puede respirar aliviada. El hombre de la "ruptura" en Francia no se desmarcó de su predecesor en los temas que enojan a Pekín: Taiwán, Tíbet, el embargo europeo sobre las armas que quiere levantar.

"Me inscribo en la continuidad" de Chirac, reconoció Sarkozy. "Pero espero hacerlo mucho mejor", añadió.

Insistiendo en la "unicidad" de China, se declaró resueltamente opuesto a la independencia de Taiwán.

Sobre el Tíbet, "Francia no cambia de posición. Forma parte de China pero pedimos más libertad religiosa y cultural" en la zona, dijo Sarkozy.

El Dalai Lama es recibido a alto nivel en varios países, pero no aún en Francia.

No obstante, aunque no llevó consigo a China a Rama Yade, secretaria de Estado para los Derechos Humanos, Sarkozy no dudó en plantear el tema en público.

También se congratuló del "papel positivo" desempeñado por China en los conflictos de Darfur y de Corea del Norte. Aunque no habló mucho de Irán en público, dijo a los chinos que contaba con su "compromiso" y "firmeza" para impedir a Teherán de dotarse del arma nuclear, sin obtener una promesa.

Sarkozy regresará a China en agosto de 2008 para los Juegos Olímpicos de Pekín y Hu Jintao viajará a Francia el año próximo.- (AFP)

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