sábado, 24 de noviembre de 2007

Un crucero naufraga y se hunde en el Antártico al colisionar con un iceberg, igual que el "Titanic"

BUENOS AIRES.- Un crucero canadiense que transportaba a un centenar de turistas se escoraba ayer 25º cerca de la Antártida tras chocar con un iceberg, aunque todos sus pasajeros y la tripulación abandonaron el barco en ocho botes neumáticos y seis balsas salvavidas. Más tarde fueron rescatados sanos y salvos. Más de doce horas después el M/S Explorer se hundía sin remisión en las gélidas aguas del Ántártico. Todo recordaba demasiado a la tragedia del "Titanic".

Cuando el capitán de la nave siniestrada comprobó que los daños sufridos ponían en grave riesgo el barco, lanzó un mensaje de auxilio que fue captado por las autoridades navales británicas que disponen de un notable contingente militar, tanto en las Malvinas como en otras islas del Atlántico Sur, entre ellas las cercanas Shetland. Se arriaron los botes salvavidas, que fueron ocupados por el pasaje, y acto seguido botados en las oscuras y frías aguas antárticas.

Tras el aviso se dirigió hacia la zona el navío Endeavor que llegó al lugar del siniestro un par de horas después del accidente. El Endeavor logró evacuar al pasaje que, encaramado en los botes, esperó con ansiedad el rescate. Desde allí, pasajeros y tripulación fueron trasladados al buque de bandera noruega "Nord Norge", que los llevó hasta tierra firme en la Antártida.

El capitán del Explorer, relató el naufragio de su barco y señaló que lo primero que pensó que habían colisionado con una ballena, cuando la nave chocó con un témpano de hielo.

"Primero pensé que habíamos chocado con una ballena, luego por la radio, escuchamos que había desesperación en el barco" dijo Bengt Witman, el capitán sueco de 49 años. El agujero "era un poco más grande que un puño", señaló Witman.

Cuando la embarcación comenzó a inclinarse, el capitán dio la orden de que todos debían abandonar el barco. El fue el último en descender.

"Cuando al fin logre bajar al bote salvavidas nos sentamos y comenzamos a abrazarnos" relató Witman, quien agregó su satisfacción acerca de la bien lograda operación de salvamento donde no hubieron ni muertos ni heridos.

Peter Svensson, primer oficial de la embarcación, dijo que "algo golpeó al barco, tuvimos una pequeña filtración abajo, entró algo de agua y tratamos de tapar el agujero. Lo logramos al principio pero luego tuvimos un pequeño apagón, comenzó a entrar más agua y después del apagón ya no teníamos motores."

"Luego, el barco comenzó a escorar y decidimos sacar a los pasajeros y tripulación, porque si el barco se acerca mucho al hielo luego no podemos bajar los botes salvavidas. Nadie estaba histérico, sólo estaban sentados y calmados porque sabían que venían barcos en camino," agregó en una entrevista telefónica.

Tanto el capitán como el primer oficial del Explorer decidieron quedarse a bordo, pero cinco horas después del choque optaron por abandonar la nave, que flotaba a la deriva cada vez más escorada a unos 1.000 kilómetros de la ciudad argentina de Ushuaia.

Los ocupantes del buque, que había partido la semana pasada del patagónico puerto argentino de Ushuaia para recorrer el Atlántico Sur alrededor del continente blanco, fueron inicialmente evacuados en botes salvavidas reglamentarios para después ser recogidos inicialmente por el "Endevor", de la Royal Navy británica, de patrulla por aquellas latitudes.

La Armada Argentina dijo en un primer momento que había 154 personas a bordo del crucero, pero después la empresa dueña del M/S Explorer, la canadiense GAP Adventures, indicó que en total eran 100: 85 pasajeros y 15 tripulantes.

La colisión con el iceberg ocurrió a las 05:24 hora española a 48 millas de la Antártida, dijo GAP Adventures en un comunicado. La firma agregó que nadie sufrió heridas y que se estaba telefoneando a los familiares de los náufragos para tranquilizarlos.

“El buque en este momento esta sólo, pero hay otro buque que está acudiendo a la zona para evaluar los daños (...) La avería puede llegar a causar el hundimiento, pero la escora es de 25 grados y si se mantiene así es bastante optimista”, según dijo Juan Pablo Panichini, portavoz de la Armada Argentina, poco después del naufragio.

Los pasajeros rescatados fueron llevados en el barco noruego a una base naval chilena y luego en avión irán, de nuevo, a Punta Arenas en el extremo sur de Chile, según fuentes de la Prefectura argentina. Los náufragos del crucero fueron socorridos rápidamente en una operación apoyada y coordinada por la Marina y la Fuerza Aérea chilena,

Imágenes previas al naufragio mostraron a la nave, de 75 metros de eslora, 14 de manga y casco rojo, recostada en estribor rodeada de hielo sobre las aguas de un azul profundo, mientras que botes y chalecos salvavidas naranja se veían como diminutos puntos flotando en el inmenso océano.

La Armada chilena dijo que el M/S Explorer se hundió cerca de las 15.30 hora local (18.30 GMT) y que el rompehielos Viel intentaba recuperar algunos restos de la nave, mientras dispersaba mecánicamente una mancha de petróleo de 180 por 20 metros, aproximadamente. El "Viel" llegó al lugar del accidente, principalmente con el objeto de tomar medidas ante una eventual contaminación del área por hidrocarburos.

Testimonio

«Yo estaba en el bar con otros viajeros. Era medianoche, se sentían los golpes del hielo contra el barco, pero parecía algo normal porque estábamos desplazándonos entre témpanos. Pero poco después el capitán alertó que un iceberg se acercaba y que esperaba que "el viento lo alejara", lo que no ocurrió y se produjo la colisión. De repente la gente comenzó a subir mojada de las cabinas gritando 'hay agua'!», relató Andrea Salas, una tripulante argentina rescatada del buque. "Allí sí que tuvimos que evacuar inmediatamente, porque el barco ya estaba bastante inclinado del lado derecho" explicó, y añadió que la evacuación se hizo en orden.

Fue una historia muy parecida a la del 'Titanic', el majestuoso crucero inglés que se hundió en 1912 llegando a Estados Unidos, solo que esta vez tuvo un final feliz. Del total de 100 ocupantes, hubo apenas dos que padecieron una hipotermia leve.

Sin embargo, la angustia vivida durante casi cuatro horas en los botes salvavidas, con un oleaje agresivo y un frío helado, será un recuerdo imborrable para todos. «Había viento, hacía mucho frío y el oleaje nos mojaba», contó Salas.

El buque 'M/S Explorer' fue construido en Finlandia y era operado por la firma turística canadiense GAP Adventures. La Marina chilena indicó que los pasajeros del "Explorer" tienen entre 40 y 70 años y viajaban 10 australianos, 2 belgas, 23 británicos, 10 canadienses, 1 chino, 3 daneses, 17 holandeses, 1 francés, 1 alemán, 2 hongkoneses, 3 irlandeses, 1 japonés, 4 suizos y 13 estadounidenses, según indicó un portavoz de GAP Adventures.

Habían zarpado el 11 de noviembre de Ushuaia, capital de la provincia argentina de Tierra del Fuego, hacia las islas Shetland del Sur, un archipiélago que está al norte de la Península Antártica y 1.000 kilómetros al sur del continente. Se proponían volver el lunes 26.

La pesadilla comenzó en la madrugada. La nave, de bandera liberiana, se movía con elegancia en el mar helado mientras la luz del día se negaba a despedirse. Al sur del paralelo 60, casi no existe la noche cerrada en el verano austral. De repente, un golpe pareció más fuerte que los anteriores. El crucero había chocado con un iceberg que desafió a la nave, exactamente como ocurrió con el 'Titanic' en el Atlántico Norte.

Según la ejecutiva de GAP, Susan Hayes, el buque «golpeó un trozo de hielo de la isla King George y el impacto dejó al barco un agujero del tamaño de un puño». Fue entonces cuando los pasajeros que dormían en sus camarotes notaron que había agua bajo sus pies. «Enseguida nos informaron por el altavoz de que el buque había chocado, pero que la situación estaba controlada», contó Salas.

«No hubo pánico, pero notamos que el barco se inclinaba hacia la derecha y ahí tuvimos que evacuar inmediatamente», relató la mujer. «Por suerte no llovía ni nevaba. Estaba amaneciendo», añadió la pasajera.

Los náufragos cogieron los botes neumáticos. A diferencia del 'Titanic', en el que murieron 1.500 personas por falta de suficientes salvavidas, aquí hubo lugar para todos. Pero la demora del rescate los hizo temer por su destino. «Fue lo peor, todo ese tiempo ahí en los botes, mojados, con frío, con ese oleaje, viendo que el barco se hundía», recordó la testigo en diálogo con una radioemisora.

La alta frecuencia de viajeros en la Antártida en esta época del año permitió que el auxilio llegase relativamente pronto. Los pasajeros fueron recogidos por el crucero noruego 'Nord Norge' cuatro horas después. Los nuevos tripulantes atendieron a los accidentados, de los cuáles dos tenían síntomas leves de hipotermia.

El buque, que no pudo desembarcar a sus rescatados en la antártica Bahía Sydney debido a una tormenta de nieve, ya ha depositado a los náufragos del crucero Explorer, desembarcándolos en la base chilena Eduardo Frei y se encuentran en buen estado de salud, según fuentes de la Marina chilena.

El Nord Norge, que rescató a los pasajeros y tripulantes del barco accidentado, recaló pasadas las 20:00 hora española del viernes en la bahía Fildes, frente a la base chilena Frei, pero las malas condiciones del tiempo en la zona hicieron, en un principio, imposible su desembarco.

Desde el "Nord Norge" los náufragos fueron trasladados más tarde a la base científica chilena y a otra uruguaya cercana, desde donde un avión los llevará de regreso al continente, a la localidad de Punta Arenas, en el extremo sur chileno.

"Ya tenemos la cocina con chocolate caliente, bebidas calientes. El médico preparó los implementos para atender en casos de hipotermia o en una crisis de nervios," dijo Waldemar Fontes, jefe del destacamento militar uruguayo.

El teniente Carlos Palacios Vera, de Relaciones Públicas de la III Zona Naval de Punta Arenas, en el sur de Chile, precisó que fueron 84 los rescatados y han sido alojados en tres lugares de la base chilena Frei: el gimnasio, la hostería y la base Escudero, mientras que los restantes se quedarán en la base uruguaya de Artigas.

Destacó Palacios que los náufragos "están bien y sin mayores problemas", y explicó que el desembarco fue posible gracias a que mejoraron las condiciones del tiempo.

Mientras tanto, el barco M/S Explorer se inclinó luego en un ángulo crítico antes de desaparecer bajo las aguas.

Los náufragos permanecerán hasta mañana domingo en las bases chilena y uruguaya y, dependiendo de las condiciones del tiempo, aviones de la Fuerza Aérea llegarán desde Punta Arenas para evacuar a los náufragos a la misma ciudad.

El "Explorer", a diferencia del "Titanic", pudo ser evacuado en su totalidad porque tenía los botes salvavidas necesarios y según el jefe de la base uruguaya, el teniente coronel Waldemar Fontes, la circulación marítima que se registra en la zona durante esta temporada permitió que fuera "más accesible llegar al lugar del accidente".

Además, las comunicaciones han mejorado mucho desde abril de 1912 y el "Explorer" no se hundió tan rápido como el transatlántico inglés, que en tan solo dos horas y 42 minutos arrastró consigo a 1.523 personas, cifra oficial de muertos en el naufragio del "Titanic".

El buque había sido acondicionado para realizar travesías polares. Especialistas de la revista marítima de la aseguradora Lloyds comentaron que habían sido detectadas cinco deficiencias en la última revisión del Explorer.

El M/S Explorer fue construido en 1969 y reacondicionado en 1993. Tenía planeado culminar el viaje el 26 de noviembre. El barco suele realizar travesías de dos semanas por la Antártida y cada pasaje cuesta unas 4.000 libras esterlinas (alrededor de 8.000 dólares) por cabina.

Argentina es actualmente un importante centro de recepción de cruceros tras el ‘boom’ de turismo que desató la devaluación de su moneda en 2002. La Prefectura Naval Argentina informó de que en el puerto argentino de Ushuaia se espera que 52 cruceros circulen por la zona entre octubre y abril, con 393 entradas de barcos en ese período.- (Agencias)

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