domingo, 9 de diciembre de 2007

El Gobierno prevé que el PIB crezca un 3,6% en el cuarto trimestre y rechaza las tesis de la OCDE

MADRID.- El Gobierno prevé que la economía crezca un 3,6% en el cuarto trimestre, dos décimas menos que en el trimestre anterior, con lo que terminará el año en la tasa prevista del 3,8%. Así lo avanzó el director de la Oficina Económica de Presidencia, David Taguas, tomando como base los indicadores adelantados de actividad.

Tras resaltar que España "sigue creciendo por encima de su potencial", Taguas reafirmó la previsión de crecimiento del 3,3% para 2008 y expresó su "respeto", pero también su "profunda discrepancia" con las estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que ha rebajado su previsión de crecimiento del PIB español del 3,6% al 2,5% el próximo año.

"Discrepo de las previsiones que hacen las instituciones multilaterales como la OCDE, porque subestiman el crecimiento potencial de la economía española", subrayó Taguas, quien precisó que el organismo que agrupa a una treintena de países se ha quedado "anclado" en una estimación de crecimiento para España del 2,9%, "un dato que está mal, porque todavía hoy crecemos a ritmos del 3,8%", dijo.

El asesor económico de José Luis Rodríguez Zapatero afirmó que en primavera, antes de que las turbulencias financieras sacudieran los mercados a raíz de la crisis 'subprime' estadounidense, el Gobierno ya tenía calculado el impacto de la desaceleración del sector inmobiliario en el crecimiento económico (seis décimas del PIB) y afirmó que el diagnóstico "cíclico" hacía prever un declive del crecimiento potencial.

Taguas resaltó que España va hacia un patrón de crecimiento "más equilibrado", con la demanda más impulsada ahora por la inversión en bienes de equipo, que crece a tasas de doble dígito, algo que, según destacó, sólo es comparable a lo que pasó en Japón en la década de los 60, y una favorable evolución de las exportaciones. "La reacción del sector exterior es muy buena noticia", subrayó.

Dado que la construcción es un sector "en desaceleración", reconoció que se perderá empleo, a un ritmo que algunos estudios cifran en 2,4 empleos por cada vivienda que se deja de hacer. "Eso quiere decir, según la estimación máxima, que si se dejaran de construir 100.000 viviendas en 18 meses, el sector podría perder 200.000 puestos de trabajo, pero nadie dice que hay otras actividades muy dinámicas en las que se puede crear empleo, como obra pública, industria, servicios o turismo. Instituciones como la OCDE se olvidan de que hay otros sectores con gran dinamismo que generan empleo", se lamentó.

Por ello, tras señalar que España "no puede seguir construyendo 700.000 viviendas al año", expresó su convicción de que el sector "volverá a medio plazo al nivel razonable" de 500.000 viviendas anuales.

Con todo, afirmó que el crecimiento del PIB se está desvinculando cada vez más del precio de la vivienda, de modo que el impacto de un descenso de los precios sería limitado.

En cuanto a los salarios, afirmó que el poder adquisitivo está aumentando gracias al incremento de la productividad, y abogó por comenzar a ligar su comportamiento no a datos de inflación pasados, sino a las expectativas futuras de inflación tanto del país como de sus principales socios comerciales (la Unión Europea).

A este respecto, David Taguas alabó el "comportamiento muy responsable" que han tenido los agentes sociales en la última década, que han propiciado que "se quebrara" la espiral inflacionista.

En materia de tipos de interés, y después de que el Banco Central Europeo (BCE) los haya mantenido en el 4% en su reunión del pasado día 6, Taguas pronosticó que la institución que dirige Jean Claude Trichet no llevará a cabo en los próximos meses nuevas subidas de tipos, y en línea con lo pronosticado por el Servicio de Estudios del BBVA, afirmó que "marzo es una fecha muy adecuada para que el BCE estudie posibles bajadas".

En su opinión, no tiene sentido un endurecimiento de la política monetaria cuando el euro está en máximos frente al dólar, cuando la economía de la zona euro no está actualmente en una fase expansiva y cuando el Banco de Inglaterra ha bajado los tipos al 5,25% y la Reserva Federal (Fed) los bajará previsiblemente en un cuarto de punto, hasta el 4,25%, la próxima semana.

En cuanto a la evolución del Euríbor, el tipo de interés medio de contado para las operaciones de depósito de euros a plazo y tipo al que se conceden la mayoría de las hipotecas en España, expresó su convicción de que "en la medida en que vayan cambiando las expectativas de lo que va a hacer el BCE, la caída del interbancario será más intensa".

En lo referente a la crisis de liquidez asociada a la mayor incertidumbre financiera, reconoció que "aún no ha logrado disiparse", pero los mercados "han localizado ya dónde están los problemas", por lo que se está transformando en una "crisis de solvencia".

Afirmó que esta situación afecta más a las entidades anglosajonas, algunas de las cuales ya han rebajado sus previsiones, y afirmó que en Wall Street se descuenta que el sector pueda tener pérdidas de aproximadamente 200.000 millones este año.

En cualquier caso, abogó por esperar a que las firmas auditoras examinen las cuentas de los bancos americanos, y no descartó que puedan detectar algún problema grave sobre el mes de febrero. "Los problemas se pueden intensificar en el mercado americano", advirtió.

En cualquier caso, insistió en que la banca española está perfectamente protegida de la crisis, y sólo se verá afectada "relativamente" y en la medida en que se trata de una crisis global de liquidez. Además se felicitó de que, a día de hoy, las economías emergentes, donde algunos bancos españoles tienen fuertes posiciones, no se han visto afectadas en ninguna medida por esta crisis.

"Sabemos a ciencia cierta que no vamos a tener problemas de solvencia en nuestras entidades, y el sistema financiero también lo tiene claro", incidió.

Respecto a si esta crisis de liquidez puede traducirse en un endurecimiento de los créditos, Taguas reconoció que se "han demorado algunas operaciones", pero en general no ha habido problemas significativos al respecto.

"Los bancos viven del crédito", enfatizó, y se mostró convencido de que "las principales inmobiliarias españolas están ahora más tranquilas que hace dos meses".- (EP)

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