miércoles, 12 de diciembre de 2007

El presidente de CEOE arremete contra las administraciones públicas por su ineficacia

MADRID.- El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Gerardo Díaz Ferrán, arremetió contra las administraciones públicas por su ineficacia, a la vez que subrayó que el principal problema del país es el descontrol de los precios que erosiona la competitividad en el ámbito europeo.

A su juicio, España vive «sin duda una desaceleración económica» pero se encuentra lejos de «entrar en un proceso de recesión». Aprovechó la ocasión para dejar claro que en las elecciones generales de marzo de 2008, CEOE no pedirá el voto para ningún partido.

Las declaraciones de Díaz Ferrán tuvieron lugar tras la asamblea general de la organización, en la que se aprobó el plan estratégico, con los retos a cumplir desde 2008 a 2011. El plan con las propuestas empresariales para las reformas a abordar en los cuatros años que se avecinan permitirá a CEOE tener «perfectamente centrados sus objetivos y los medios para alcanzarlos» y conseguir «una España próspera».

Esta hoja de ruta de la patronal busca en definitiva una mejor competitividad empresarial que avance en la creación de riqueza, puestos de trabajo y bienestar para la sociedad y desempolva antiguas demandas. Se trata de un compromiso «abierto al intercambio de argumentos, basado en el diálogo social» y «flexible para poderlo adaptar a las circunstancias y a la coyuntura económica».

El texto será remitido a Gobierno, grupos parlamentarios, comunidades autónomas, Federación de Municipios y Provincias y sindicatos.

Díaz Ferrán insistió en que «la competitividad es la gran asignatura que debe aprobar España en el futuro inmediato». Resaltó la importancia de «una política de estabilidad macroeconómica, profundizar en la unidad de mercado, fomentar el ahorro de familias y empresas, y aumentar la productividad».

Y subrayó que el primer obstáculo son las administraciones públicas que «dificultan la vida de las empresas» por su ineficacia e instó a las autoridades pertinentes a establecer «una política por encima de posiciones partidistas y electoralistas» que termine con los problemas que impiden el desarrollo.

Abogó por la desregulación de la economía, la externalización de la gestión de los servicios públicos, la liberalización de los sectores y la mayor formación de los recursos humanos, «acciones imprescindibles para incrementar nuestras posibilidades de competir».

Defendió una política fiscal que fomente el crecimiento económico y el empleo. «A menos impuestos más actividad, más desarrollo, más puestos de trabajo y, por consiguiente, una mayor recaudación», dijo.

Para el presidente de CEOE es importante también la reducción de los tipos del Impuesto de Sociedades, la supresión de los Impuestos de Sucesiones, Donaciones, Patrimonio, y Actividades Económicas así como la recuperación de los incentivos a la inversión, desarrollo e innovación, y un mercado laboral sin rigidez.- (Agencias)

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