jueves, 6 de diciembre de 2007

Españoles cargados de euros se lanzan a conquistar Manhattan

NUEVA YORK.- Carmen Valls es una barcelonesa que viajó por primera vez a Nueva York hace 11 años. Recuerda perfectamente el cambio de entonces --"un dólar, 180 pesetas"-- y la sensación con que se movía por la Gran Manzana: "Iba tiradísima", cuenta "El Periódico".

Esta semana, Valls ha vuelto por segunda vez en su vida a la ciudad. Pero ahora lleva en el bolsillo una moneda, el euro, que ayer se cotizaba a 1,46 dólares (unas 111 de las antiguas pesetas). Y así las cosas son distintas, mejores. "Te da sensación de tranquilidad --explica la joven en la puerta de la tienda de Apple en el Soho--, de poder ir adonde quieras, con tu euro p'alante".

Valls puede jurarlo. Manhattan es un hervidero de turismo durante todo el año, pero entra en ebullición en diciembre, y coincidiendo con el puente, es el destino elegido por muchos españoles.
Un sondeo informal entre algunos de los que pasean estos días por la ciudad confirma que la fortaleza del euro frente al dólar ha cambiado la forma en que muchos se plantean y disfrutan de las vacaciones.

Sirve de ejemplo el caso de otro barcelonés, Paco González, que está desde el domingo y por una semana en Nueva York. González se casó hace unos días con Patricia Nieva y decidieron regalarse el viaje. "Ella no estaba convencida de venir aquí, pero lo del dólar ha ayudado a decidir, hace que salga mucho más a cuenta", explica.

El nuevo matrimonio es válido también para hacer un retrato robot de los visitantes. Aunque en su caso se reconocen "gastadores", aseguran que "lo de Nueva York es la locura" y con una moneda fuerte en el bolsillo se han "relajado mucho más" a la hora de gastar. Sus principales dianas comerciales han sido las secciones de "electrónica y textil", y lo demuestran la bolsa con el iPod en las manos de ella y la que lleva él con unas cuantas orejeras.

Estos días no se privan de visitar zonas de moda, como el distrito Meat Packing, ni de cenar en restaurantes que les han sorprendido favorablemente. "Pensábamos que sería más caro, pero estamos gastando una media de 90 dólares, que son como 60 euros, y estamos comiendo muy bien y hasta con vino, que es lo más caro, con botellas de 45 dólares y más", dice González.

En lo que saben que no ahorran es en el hotel, uno de los elementos que más sube las facturas para los visitantes. Lo dice Nieva: "Son más caros y la relación calidad precio es peor, pero es que es difícil encontrar la calidad de los hoteles españoles fuera, incluso en Europa". Lo confirman datos de compañías especializadas como Smith Travel Research: la media del precio de una habitación en Nueva York estas fechas es de 325 dólares por noche (222 euros).

Los elevados precios de la estancia (un 10% más altos que el año pasado) no son contrapeso suficiente en la balanza. En el 2006, visitaron Nueva York 43,8 millones de turistas internacionales. Este año, se calcula que la cifra alcanzará los 45,5 millones. Ese número representa un 17% de las visitas totales a la ciudad, pero el porcentaje asciende al 50% cuando se trata de analizar cuánto se dejan los turistas en las tiendas.

Se entiende a la perfección que el alcalde, Michael Bloomberg, haya puesto en marcha una intensa y costosa campaña de promoción --presupuestada en 30 millones de dólares-- para atraer a visitantes de 10 países, incluyendo España.

Y son en buena parte los españoles que se lanzan a la conquista de Manhattan los que llevan a la agencia de turismo NYC & Co. a estimar que el número de europeos occidentales que habrán pasado por la ciudad en noviembre y diciembre alcanzará el millón de personas, un 5% más que en el 2006.

Aunque el atractivo cutural, arquitectónico y social de Nueva York como destino turístico es el mismo de siempre, el poder del euro es un nuevo y poderoso imán para los europeos. En tiendas como la juguetería FAO Schwarz calculan que un tercio de sus compradores este mes serán extranjeros.

Y en una zapatería de lujo como la de Manolo Blahnik, son los europeos los que arrasan con el producto. Podrían hacerlo en la sucursal en Londres, pero el mismo zapato que allí cuesta el equivalente a 563 euros en Manhattan se vende por 410.- (GZ)

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