domingo, 16 de diciembre de 2007

La banca española, ¿a salvo de la crisis?

MADRID.- Los bancos y cajas españolas parecen haber salido indemnes de la crisis financiera, al mostrar, por el momento, unos buenos resultados y una adecuada solvencia, pero los expertos difieren sobre el futuro inmediato que les espera: un horizonte despejado u otro lleno de nubarrones.

¿Lo peor ha pasado ya, o está aún por llegar?. Las opiniones de los mayores conocedores del sector, las patronales, no pueden ser más dispares, pues parece que unos pecan de imprudentes, y otros se pasan por tremendistas.

Precisamente el secretario general de la Asociación Española de Banca (AEB), Pedro Pablo Villasante, y el presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), Juan Ramón Quintás, hablaron largo y tendido sobre sus impresiones, y previsiones, respecto de la crisis financiera internacional.

La dualidad de planteamientos no pudo ser mayor: mientras Quintás recomendó a las entidades dotarse de provisiones en sus balances, ante la posibilidad de que la crisis empeore en 2008, Villasante no vio 'tantos fantasmas como otros' e insistió en que el año próximo, no será necesariamente negativo para el sector.

No cabe duda de que el fenómeno de las hipotecas 'subprime' o basura es 'externo y extraño' para la banca española, tal y como señaló el representante de la AEB y como demuestran las positivas y saneadas cuentas del sector hasta la fecha -el beneficio conjunto de bancos y cajas en los nueve primeros meses del año superó los 21.730 millones de euros, casi un 21% más que en igual periodo de 2006-.

La cuestión ahora radica en que la crisis va más allá, al mutar de 'subprime' a crisis de desconfianza y de falta de liquidez, transformación que sí puede llegar a afectar a las entidades españolas, y mucho.

Y para evitar esta 'hemorragia no controlada que no se sabe como puede acabar', Quintás recomendó a las entidades que incrementen las dotaciones para protegerse 'de lo que nos pueda venir', aumento que para Villasante no es tan necesario, ni mucho menos tan urgente.

Por el momento, parece que las cajas están optando por la primera opción y prefieren prevenir antes que curar.

Según los últimos datos de la CECA, Caja Madrid, por ejemplo, había multiplicado por seis hasta octubre su volumen de provisiones, en tanto que La Caixa lo había duplicado, lo que confirma que las entidades empiezan a atisbar posibles nubarrones.

Esta discrepancia de quienes están en el mismo barco puede explicarse tal vez por el hecho de que las cajas están más expuestas a los promotores, y la desaceleración del sector inmobiliario no les beneficia precisamente.

El propio Quintás consideró que la crisis hará menos cómodo en España el cambio de ciclo del mercado de la vivienda, ya que las condiciones actuales pueden precipitar esa desaceleración que se esperaba suave y controlable.

Otro factor relevante para comprender estos planteamientos encontrados puede ser que mientras las cajas no cotizan en Bolsa, los bancos sí lo hacen, por lo que afirmar continuamente en público que no hay problema alguno se torna necesario para no alarmar a los accionistas.

De momento, frente a otros bancos estadounidenses y europeos, cuya cotización bursátil se ha visto muy perjudicada por la crisis, las entidades españolas han demostrado su solidez y sus acciones no han estado tan castigadas en Bolsa, puesto que todo lo perdido en el momento más candente de la crisis, lo han recuperado con creces.

En cualquier caso, aunque los bancos opten por presentar una situación inquebrantable, incluso Villasante reconoce que hasta marzo de 2008 no se aclarará la situación.

Será entonces cuando todas las entidades hayan presentado sus resultados anuales perfectamente auditados y cuando se rebaje la tensión en los mercados, fruto de la falta de confianza en unos bancos internacionales que han ido reconociendo 'con sacacorchos' y muy lentamente las pérdidas que les ha supuesto la crisis.

Algunos piensan que nadie está salvo, ni siquiera la banca española que tanto se ha esmerado en mostrar su buena situación, solvencia, dotación y adecuada gestión, así que será el tiempo y sólo el tiempo el que de la razón a unos, u a otros.- (EFE)

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