jueves, 13 de diciembre de 2007

Lisboa alumbra un Tratado "para una Europa más moderna, eficaz y democrática"

LISBOA.- La ciudad de Lisboa ha alumbrado hoy el Tratado que regirá los destinos de la Unión Europea en las próximas décadas, el texto que sustituye a la fracasada Constitución Europea. Un tratado que "recoge lo mejor del patrimonio europeo" para conseguir "una Europa más moderna, más eficaz y más democrática", como ha dicho el primer ministro portugués y presidente de turno de la UE, José Sócrates, al abrir la ceremonia solemne de la firma, que ha tenido lugar en el magnífico Monasterio de los Jerónimos de Lisboa, frente a la desembocadura del Tajo.

Los líderes de los Veintisiete se han reunido en el monasterio lisboeta, donde Portugal rubricó en 1975 su entrada en la UE, para estampar su firma en el nuevo Tratado de la UE, un acuerdo fraguado tras siete años de negociaciones plagadas de escollos. Con el nuevo texto, la UE intenta agilizar el funcionamiento de la institución tras la entrada de 12 nuevos socios, sobre todo en lo tocante a la toma de decisiones.

También remodela la estructura de algunas de sus instituciones, estableciendo una presidencia permanente y no rotatoria, como hasta ahora; remodelando la Comisión, su órgano de Gobierno, y creando un responsable permanente de Política Exterior, para dotarse de una personalidad propia y unitaria de cara al exterior.

Con la firma se pone fin a siete años de duras negociaciones, desde el encargo de la Comisión Europea a un grupo encabezado por el ex primer ministro francés Valéry Giscard D'Estaign para que elaborara una Constitución para Europa.

En medio, los debates en la redacción del texto, con la inclusión o no de un reconocimiento de la influencia cristiana en el nacimiento de Europa, su aprobación en la cumbre de Roma de 2004 y los procesos de ratificación en los distintos estados, con los referendos que dieron el visto bueno, en España y 17 países más, y los 'noes' de franceses y holandeses que echaron por tierra el proyecto, que debió retomarse con ambiciones reducidas.

También este Tratado deberá ser ratificado por los estados antes de su entrada en vigor en 2009, pero esta vez sólo Irlanda lo someterá a referéndum. Los demás lo harán pasar por sus Parlamentos.

Nuevo sistema de decisión

El nuevo texto incorpora un nuevo sistema de decisión llamado de doble mayoría, que combina población y miembros. Para aprobar algo, será necesario el apoyo del 55% de los estados miembros que representen al menos el 65% de la población.

Era necesario un sistema de este tipo que eliminara la unanimidad, que haría casi imposible el funcionamiento de una institución con 27 miembros. Además, el Tratado elimina el derecho de veto en 40 áreas, entre ellas las políticas de inmigración y cooperación policial y judicial.

Pretenden también dotar a la UE de una mayor cohesión y personalidad propia a la hora de actuar en la escena internacional, incorporando la figura de un presidente permanente y de una especie de ministro de Asuntos Exteriores, que formalmente seguirá llamándose alto representante, cargo que en la actualidad ejerce Javier Solana.

Todos los jefes de Gobierno de los países comunitarios, con la excepción del británico Gordon Brown, asistieron a la ceremonia de la firma en el claustro del Monasterio de los Jerónimos de Lisboa.

El primero en rubricar el nuevo Tratado fue el primer ministro belga, Guy Verhofstadt, acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, Karel de Gucht.

La firma comenzó tras la interpretación del Himno a la Alegría por el coro infantil Academia de Amadores de Lisboa, y después de que el primer ministro portugués, José Sócrates, anfitrión de la ceremonia, y los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y de la Eurocámara, Hans-Gert Pottering, pronunciaran sendos discursos.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, pidió a los Gobiernos de la Unión "valentía" en el proceso de ratificación que debe seguir a la firma del Tratado.

Para el presidente de la Eurocámara, Hans-Gert Pottering, el documento rubricado hoy es el instrumento que permitirá que Europa entre plenamente en el siglo XXI y pueda hacer frente a los desafíos del mundo actual.

La cantante portuguesa Dulce Pontes puso el broche final musical a la ceremonia con la interpretación de "Canción do mar" y "Amar Portugal".

La ceremonia tuvo un marco histórico y majestuoso en el claustro del Monasterio de los Jerónimos, decorado en blanco y azul "comunitario", con la proyección de la bandera europea en sus arcos y el reflejo, sobre la mesa de la firma, de la imagen de las banderas nacionales en el momento en el que los mandatarios rubricaban el Tratado.

Tras depositar sus firmas, los líderes posaron para la foto de familia delante de la fachada principal del monasterio y luego se trasladaron en uno de los clásicos tranvías lisboetas al cercano Museo de Carruajes, donde la Presidencia portuguesa les ofreció un almuerzo.

Se preveía que el primer ministro británico, en su país por una sesión parlamentaria, se sumase entonces a los demás dirigentes y firme el Tratado.

La firma de hoy pone fin a siete años de tensas negociaciones en las que el proyecto inicial de dotar a la UE de una Constitución fracasó tras el "no" de franceses y holandeses en sendos referendos, a los que se unieron las resistencias de países como el Reino Unido y Polonia.- (EFE)

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