jueves, 27 de diciembre de 2007

Los analistas auguran un año difícil para la Bolsa en 2008

MADRID.- La incertidumbre es tan elevada que son pocos los expertos que se atreven a vaticinar cómo va a acabar el 2008 en los mercados. Ni siquiera se muestran muy confiados de que vaya a terminar en positivo. Lo único que tienen claro es que la volatilidad va a poner a prueba hasta los nervios más templados.

A favor de un final feliz se exponen los argumentos de que la renta variable está barata en comparación con otras alternativas y de que los bancos centrales están dispuestos a echar una mano. En contra, la posibilidad de que la desaceleración de Estados Unidos se transforme en una recesión en toda regla y que la crisis crediticia global dé nuevos sustos.

El año 2007 -a falta de dos días para el cierre bursátil- es un buen ejemplo de lo que está por venir. Este ejercicio también ha sido de infarto como consecuencia del colapso de las subprime -las hipotecas de alto riesgo de Estados Unidos-, que ha suscitado tal nivel de desconfianza en el mundo que los bancos se resisten a dejarse dinero unos a otros.

Por si este golpe no fuera suficiente, el petróleo ha rozado los 100 dólares mientras el billete verde sufría un desplome histórico. Hay tanta inestabilidad que no es seguro que el año termine con ganancias -si lo consigue, sería el quinto ejercicio consecutivo con subidas-.

Al cierre del viernes, la revalorización del Ibex-35 apenas llegaba al 8%. Dentro del selectivo, las diferencias son abismales: constructoras e inmobiliarias son las más castigadas, mientras que Telefónica y las energías verdes -no tanto Renovables como Gamesa, Acciona y la matriz, Iberdrola- se sitúan en el otro extremo.

Para 2008 también se prevén fuertes divergencias, con las tecnológicas, las telecomunicaciones y algunos bancos como sectores favoritos. El consejo general es buscar empresas sólidas, sin problemas de deuda, con gran capitalización bursátil.

Mayor volatilidad

Según el BBVA, el entorno económico ha sufrido un cambio sustancial. La bonanza de los últimos años se ha apoyado en los bajos tipos de interés, que han permitido un alto nivel de endeudamiento, la falta absoluta de inflación y una reducida percepción del riesgo.

La crisis crediticia de este año ha echado abajo estos tres pilares: los tipos suben, hay tensiones inflacionistas y se ha disparado el temor al riesgo. Todo ello se ha traducido en «menor liquidez y un mayor coste de financiación».

En opinión del banco, la primera consecuencia de este nuevo escenario en los mercados es que «veremos una mayor volatilidad que en el pasado». La segunda es que la rentabilidad de las bolsas «va a ser más modesta» -estima unas ganancias de entre el 7% y el 10% para los principales índices occidentales- .

En estas circunstancias, la entidad recomienda sectores defensivos como telecomunicaciones y farmacia frente a los más ligados al ciclo económico. Para la renta fija, BBVA Mercados advierte de que las amenazas puntuales de inflación no beneficiarán a las inversiones a largo plazo. Por último, observa «una oportunidad de compra en el dólar a medio plazo», tras su derrumbe en 2007.

Para Diego Bareño, de Morgan Stanley, «o estamos muy positivos, sino más bien cautelosos». A su juicio, el panorama no es muy alentador: los riesgos de desaceleración mundial se han incrementado y la crisis de crédito «va a pegar sus últimos coletazos el año que viene».

Aunque defiende que la Bolsa no está cara, advierte de que se tendrán que cumplir las expectativas de beneficios de las compañías para que suba. En Morgan Stanley prefieren Europa a EE. UU. y, sobre todo, les gusta Alemania. Por sectores, apuestan por tecnológicas, telecomunicaciones, farmacia y utilities.- (Agencias)

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