lunes, 17 de diciembre de 2007

Los mercados quieren más / Primo González


A juzgar por la caída de la Bolsa durante esta semana, los inversores no se dan por satisfechos con ninguno de los dos movimientos que se han desarrollado estos días, uno la bajada de tipos de la Reserva Federal en un cuarto de punto, el otro la acción concertada destinada a garantizar un razonable grado de liquidez a los agentes financieros, de forma que ninguna buena idea quede sin financiación, como decían los clásicos.

En la realidad, los mercados se han mantenido más bien cautos y precavidos ya que la bajada de tipos les ha parecido pequeña e insuficiente y lo de facilitar liquidez no está del todo atinado, ya que la desconfianza que anida en los bancos frente a los proyectos que pasan por sus despachos no se resuelve sólo mediante garantías de liquidez sino que hace falta algo más que ahora mismo la economía no parece en condiciones de brindar. Es decir, una razonable confianza en el futuro, que permita convertir los proyectos en realidades con expectativas más o menos claras de éxito. Ahora mismo hay un buen puñado de iniciativas de este tipo paralizadas en las entidades financieras porque no se ve clara su viabilidad y algunas de ellas afectan a empresas españolas de primera fila.

Para los fondos de inversión, lo sucedido en la semana pasada ha aportado escasas modificaciones en la estrategia global de inversión, ya que la renta variable sigue aportando el diferencial de rentabilidad que ningún otro activo es capaz de garantizar en estos momentos. Sólo en las Bolsas se obtienen ganancias por encima del 10%, aunque para ello haya que recurrir a jugar en mercados emergentes, siempre con el riesgo que ello implica. Pero sin recurrir a inversiones de riesgo mayor, las inversiones en las Bolsas europeas ofrecen este año rendimientos razonables, entre el 8% y el 10% de promedio, que no están nada mal. Duplican la tasa de inflación, que ya es un buen decir.


La gran duda que late en el fondo de las preocupaciones de los inversores es ahora mismo el rumbo y el ritmo de la economía norteamericana. ¿Va realmente hacia una recesión? Cuesta creerlo, pero las señales, cambiantes según el día, van encaminadas en esa dirección, aunque con lentitud. Por ello, muchos son los que creen que las medicinas de la Reserva Federal (dinero abundante y barato) pueden llegar a tiempo y parar lo que a algunos les parece irremediable. Con esa duda entraremos, muy posiblemente, en el año 2008.

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