WASHINGTON.- Desde Madrid a Miami, la caída de la vivienda agrieta los cimientos del gasto del consumidor, y si no se registra un avance de compras de última hora esta semana, la temporada navideña bien podría ser la última víctima.
Un consumo saludable es vital para la economía global, que ya se prepara para un menor crecimiento el próximo año. La conexión entre el mercado de la vivienda y el gasto del consumidor tiene raíces profundas, por lo que al extenderse más allá de Estados Unidos las heridas del sector inmobiliario, se ha ensombrecido el panorama del crecimiento mundial.
Los compradores españoles planean gastar menos esta Navidad, ya que los pagos hipotecarios más altos reducen el presupuesto familiar. En Reino Unido, algunos economistas advierten que crece el riesgo de recesión al desacelerarse el mercado de la vivienda y sentir los consumidores un golpe en sus ahorros.
Los ingresos impositivos por ventas en Estados Unidos están cayendo en más de una docena de estados, incluyendo California y Florida, debido a que el desorden de la vivienda limita la demanda por muebles y artículos de decoración de los hogares.
Datos recientes sugieren que los compradores estadounidenses se endeudaron más para lograr un gasto sorprendentemente fuerte en noviembre, ya que la tasa de ahorros personales cayó en negativo por primera vez en 15 meses, una señal particularmente preocupante al endurecerse las condiciones del crédito.
"En lugar de endeudarse, las familias estadounidenses harían mejor en preparar un colchón para amortiguar los meses venideros", dijo Harm Bandholz, un economista de UniCredit en Nueva York.
De hecho, las compañías que dan seguimiento a las ventas minoristas en Estados Unidos han destacado una fuerte desaceleración en la primera mitad de este mes y, a menos que mejore la tendencia, el gasto de diciembre no se verá tan robusto como el fuerte avance el 1,1 por ciento en el gasto de noviembre.
En Estados Unidos, el sábado antes de Navidad es tradicionalmente el día de más compras en el año, de manera que los informes sobre la salud del sector minorista recibirán una estrecha vigilancia.
En el nivel más básico, el vínculo entre la vivienda y el gasto es directo. Comprar una casa a menudo significa adquirir nuevos muebles y decorar el hogar, o gastar en un proyecto de remodelación.
En Reino Unido y España las hipotecas son típicamente variables y basadas en la tasa de interés prevaleciente, que ha estado subiendo.
Las tasas hipotecarias de España se basan en el Euribor, que ha alcanzado máximos en siete años, lo que agrega cientos de euros a la cuenta mensual hipotecaria del español medio.
En Estados Unidos, la conexión es aún mayor porque muchas familias sacaron préstamos por las plusvalía de sus hogares en años recientes para comprar de todo, desde acciones hasta televisores de pantallas grandes.
En los estados norteamericanos golpeados con mayor fuerza por la caída del sector vivienda, los impuestos estatales están encogiéndose.
Los incrementos impositivos son impopulares en cualquier momento, pero particularmente en un año electoral como 2008, de manera que presupuestos estatales débiles podrían traducirse en un menor gasto del Gobierno el próximo año -otro golpe para la economía estadounidense.- (Reuters)
Un consumo saludable es vital para la economía global, que ya se prepara para un menor crecimiento el próximo año. La conexión entre el mercado de la vivienda y el gasto del consumidor tiene raíces profundas, por lo que al extenderse más allá de Estados Unidos las heridas del sector inmobiliario, se ha ensombrecido el panorama del crecimiento mundial.
Los compradores españoles planean gastar menos esta Navidad, ya que los pagos hipotecarios más altos reducen el presupuesto familiar. En Reino Unido, algunos economistas advierten que crece el riesgo de recesión al desacelerarse el mercado de la vivienda y sentir los consumidores un golpe en sus ahorros.
Los ingresos impositivos por ventas en Estados Unidos están cayendo en más de una docena de estados, incluyendo California y Florida, debido a que el desorden de la vivienda limita la demanda por muebles y artículos de decoración de los hogares.
Datos recientes sugieren que los compradores estadounidenses se endeudaron más para lograr un gasto sorprendentemente fuerte en noviembre, ya que la tasa de ahorros personales cayó en negativo por primera vez en 15 meses, una señal particularmente preocupante al endurecerse las condiciones del crédito.
"En lugar de endeudarse, las familias estadounidenses harían mejor en preparar un colchón para amortiguar los meses venideros", dijo Harm Bandholz, un economista de UniCredit en Nueva York.
De hecho, las compañías que dan seguimiento a las ventas minoristas en Estados Unidos han destacado una fuerte desaceleración en la primera mitad de este mes y, a menos que mejore la tendencia, el gasto de diciembre no se verá tan robusto como el fuerte avance el 1,1 por ciento en el gasto de noviembre.
En Estados Unidos, el sábado antes de Navidad es tradicionalmente el día de más compras en el año, de manera que los informes sobre la salud del sector minorista recibirán una estrecha vigilancia.
En el nivel más básico, el vínculo entre la vivienda y el gasto es directo. Comprar una casa a menudo significa adquirir nuevos muebles y decorar el hogar, o gastar en un proyecto de remodelación.
En Reino Unido y España las hipotecas son típicamente variables y basadas en la tasa de interés prevaleciente, que ha estado subiendo.
Las tasas hipotecarias de España se basan en el Euribor, que ha alcanzado máximos en siete años, lo que agrega cientos de euros a la cuenta mensual hipotecaria del español medio.
En Estados Unidos, la conexión es aún mayor porque muchas familias sacaron préstamos por las plusvalía de sus hogares en años recientes para comprar de todo, desde acciones hasta televisores de pantallas grandes.
En los estados norteamericanos golpeados con mayor fuerza por la caída del sector vivienda, los impuestos estatales están encogiéndose.
Los incrementos impositivos son impopulares en cualquier momento, pero particularmente en un año electoral como 2008, de manera que presupuestos estatales débiles podrían traducirse en un menor gasto del Gobierno el próximo año -otro golpe para la economía estadounidense.- (Reuters)
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