domingo, 20 de enero de 2008

Antes de que acabe enero / Primo González


Los mercados siguen expectantes ante la prometida batería de medidas destinadas a enderezar la economía norteamericana o cuando menos a impedir que se acerque al precipicio de la recesión. La semana bursátil ha sido una de las peores de los últimos diez años. Se recuerda una peor hace casi seis años, en septiembre del año 2002.

La economía de Estados Unidos bordea la recesión y la operación salvamento suscita incertidumbres y esperanzas en los mercados. La primera etapa de este intento puede ser una rebaja agresiva de los tipos de interés, asunto sobre el que se manejan previsiones que oscilan entre el 0,50% y el 0,75%, hipótesis esta última que llevaría los tipos de interés de Estados Unidos al 3,50%.

En cualquier caso, la bajada prevista que se adoptará en los últimos días de este mes de enero dejará los tipos de interés norteamericanos por debajo de los europeos, lo que puede tener su importancia de cara al dólar. Es decir, antes de que acabe el mes de enero contaremos con un nuevo marco de referencia en la vertiente monetaria. Falta por ver qué medidas adoptan los políticos desde la Casa Blanca, ya que una bajada de tipos de interés a secas no parece que pueda resolver el principal problema que tiene la mayor economía del mundo, necesitada de estímulos al consumo privado y a la inversión.

Los mercados de renta variable se encuentran en todo caso en uno de sus peores momentos de los últimos seis años y los inversores empiezan a mirar con ansiedad hacia la renta fija como tabla de salvación. Los fondos de inversión de renta variable están prácticamente todos en pérdidas, algunos por encima del 10% de retroceso acumulado desde principios de año. Los inversores parecen sentir la tentación de huir hacia los depósitos bancarios o hacia los fondos de renta fija, en donde por el momento se gana algo de dinero, aunque sea poco.

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