sábado, 19 de enero de 2008

El español Adolfo Nicolás, elegido en Roma nuevo Superior de los Jesuitas

ROMA.- La Compañía de Jesús ha elegido hoy al jesuita español Adolfo Nicolás, de 71 años, nuevo Superior General de la Orden, en sustitución del Padre Peter-Hans Kolvenbach, que renunció al cargo por razones de edad y tras casi 25 años de servicio. Nicolás fue elegido en un cónclave secreto "Papa negro" de los Jesuitas, nombre que recibe el superior de la mayor y quizás más influyente, polémica y prestigiosa orden católica.

Nicolás se coloca así al frente de la orden religiosa masculina de la Iglesia Católica con el mayor número de miembros, 19.126, según el último censo de los Jesuitas.

Los 217 electores, reunidos desde el pasado 7 de enero en su 35 Congregación General, han elegido en el segundo escrutinio a Nicolás, nacido en Palencia el 29 de abril de 1936.

Los superiores jesuitas son conocidos como "papas negros" porque, como el pontífice, ejercen influencia en todo el mundo y habitualmente mantienen el cargo de por vida, y porque su sencilla sotana es negra, frente a la vestimenta blanca del Papa.

Votación secreta tras cuatro días de 'murmuraciones'

Antes de la votación, que es secreta, los 217 jesuitas electores dedicaron cuatro días a las denominadas 'murmuraciones', durante las que, además de rezar y meditar, intercambiaron información sobre quién podría ser el próximo Superior de la orden, cuya elección debe llevarse a cabo sin candidaturas ni campañas.

A primera hora de esta mañana participaron en una misa en la iglesia del Espíritu Santo, que está situada a pocos metros de la Curia central de la orden y durante la que pidieron "luces" a Dios para realizar la mejor elección. Una vez en el aula de la votación, recitaron el 'Veni Creator Spiritus', tras lo que escucharon una exhortación y dedicaron una hora a la oración.

A continuación, cada elector escribió el nombre elegido en una papeleta. El Padre Peter-Hans Kolvenbach, el Secretario de la Congregación, el puertorriqueño Luis Orlando Torres, y su asistente, el español Ignacio Echarte, fueron los encargados de realizar el escrutinio.

Mensaje del Papa Benedicto XVI

Una vez el Papa Benedicto XVI supo el nombre del futuro Superior, el sustituido Padre Kolvenbach leyó el decreto de elección y, seguidamente, el Padre Nicolás recitó el credo, además de las palabras: "Yo, Adolfo Nicolás, creo firmemente todas y cada una de las verdades que contiene el Símbolo de la fe".

Finalizada la ceremonia, todos los electores, uno por uno, comenzando por el Padre Kolvenbach, el Secretario de la Congregación y su Asistente, se acercaron para saludar personalmente al nuevo 'Papa negro', conocido así debido al gran poder que esta orden ha tenido siempre en la Iglesia católica y a su hábito de color negro.

La congregación general que eligió a Nicolás reunió a 217 electores de todo el mundo en la sede de los jesuitas, muy cerca del Vaticano.

Pasaron cuatro días en oración y "murmuratio" sobre quién debería ser elegido. Está estrictamente prohibido ejercer presiones para el puesto y cualquiera que aspire activamente al cargo debe ser "entregado" por los otros delegados.

La elección se lleva a cabo mediante papeleta secreta y los delegados no pueden abandonar la habitación hasta que el Papa Benedicto XVI es informado de quién ha ganado, manteniendo la tradición de que el "Papa blanco" es el primero en saber quién es el nuevo "Papa negro".

Sin embargo, a diferencia del cónclave que elige al Pontífice, una congregación general jesuita puede durar semanas o incluso meses después de la elección para discutir futuros retos y prioridades.

Benedicto XVI aprovechó la ocasión para pedir que la 35 Congregación General sirva a los Jesuitas para reafirmar su "adhesión total a la doctrina católica", especialmente, sobre algunos "puntos neurálgicos", que están "fuertemente atacados por la cultura secular", como son "la relación entre Cristo y las religiones, algunos aspectos de la teología de la liberación y varios puntos de la moral sexual".

Jesuita de misiones

El nuevo Superior de los Jesuitas ha vivido desde hace 43 años en Asia, sobre todo en Japón, donde estudió y además trabajó como docente de teología en la Sophia University de Tokio.

Durante la Congregación General celebrada estos días, el español de Palencia, Nicolás, era el delegado para Asia Oriental y Oceanía.

Su vida eclesial comenzó en 1953 cuando entró en el noviciado de Aranjuez y se licenció en Filosofía en Madrid para trasladarse a Tokio, donde concluyó sus estudios de teología y fue ordenado sacerdote el 17 de marzo de 1967.

Entre 1968 y 1971 realizó un Master en Teología en la Pontifica Universidad Gregoriana, en Roma, y desde 1978 a 1984 fue director del Instituto Pastoral de Manila.

El 29 sucesor de San Ignacio de Loyola también ha sido rector del Escolástico de Tokio (1991-1993) y provincial de los Jesuitas en Japón (1993-1999).

Declive de las vocaciones

La historia de 468 años de la Compañía ha incluido a menudo tormentosas relaciones con el Vaticano. El predecesor de Benedicto XVI, el Papa Juan Pablo II, creía que la orden se había hecho demasiado independiente, izquierdista y política, sobre todo en Latinoamérica.

El holandés Kolvenbach recibió elogios generalizados por reconducir las relaciones con el Vaticano durante sus años en el puesto, tras los conflictos entre su carismático antecesor vasco, el padre Pedro Arrupe y el Papa Juan Pablo II.

Kolvenbach también tuvo que afrontar el declive de las vocaciones y el futuro de la Compañía fundada por San Ignacio de Loyola en 1540.

En los sesenta, la orden masculina alcanzó un máximo de 36.000 miembros en todo el mundo. Ahora tiene unos 19.200 miembros implicados en labores de educación, ayuda a los refugiados y otros servicios sociales.- (EFE/Reuters)

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