sábado, 12 de enero de 2008

Las cajas foráneas multiplican por seis sus sucursales en la Comunidad Valenciana

VALENCIA.- La Comunidad Valenciana se ha convertido en un objetivo preferente para las cajas de ahorro de otras regiones de España, hasta el punto de que, por primera vez en la historia, su red de oficinas en la región prácticamente iguala al de las entidades autóctonas (Bancaja, CAM y Caixa Ontinyent).

De acuerdo con los últimos datos del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), las cajas locales disponen de 1.192 oficinas en la Comunidad Valenciana, menos incluso de las que contaban en 1991, cuando arranca la serie estadísticas facilitada por el Banco de España.

Por contra, las cajas foráneas han alcanzado una presencia de 1.129 oficinas, tras haber multiplicado por seis su red, que hace dieciséis años apenas alcanzaba las doscientas sucursales.

El sistema financiero valenciano consta de 4.841 oficinas, por las 3.842 de 1991. Las cajas de ahorros -con 929 más- y las cooperativas de crédito -con un crecimiento de 329- explican este incremento.

Por contra, las cajas autóctonas se han dejado por el camino 18 puntos de venta, mientras que los bancos, pese al repunte iniciado en 2003, tienen 241 sucursales menos que hace dieciséis años.

Aunque en términos cuantitativos, la Caixa y Caja Madrid han sido las dos entidades que más han extendido su red en la región, en este fenómeno han contribuido entidades de menor tamaño, como las cajas comarcales catalanas, las vascas o las baleares.

Todas ellas han hallado en el desarrollo inmobiliario valenciano un filón, ya que ligaban la apertura de sus oficinas al inicio de las promociones de viviendas. De ahí surgían las primeras hipotecas y arrancaba su periplo.

A pesar del frenazo que sufre en la actualidad el sector, estas entidades consideran que todavía existe un margen de crecimiento.

El tejido económico de la Comunidad Valenciana, basado en una estructura de pymes muy similar al de las comarcas industriales catalanas, explica la irrupción de Caixa Sabadell -con cuatro oficinas- o Caixa Penedés -que ya dispone de una red de 26 sucursales en Valencia y Castellón-.

Los analistas financieros también advierten de que el auge demográfico que está experimentado la Comunidad Valenciana constituye otro de los atractivos de las cajas foráneas, que buscan en los inmigrantes nuevos clientes para la captación de depósitos y, fundamentalmente, la concesión de créditos.

Además, se trata de una de las regiones de España en la que mayor diferencia existe entre el capital prestado por las entidades financieras (174.629 millones de euros) y los ahorros acumulados (97.832).

Así, se explica la expansión de cajas como la guipuzcoana Kutxa, que ya cuenta con veinticuatro oficinas en la Comunidad -esta semana abrió la última en Burjassot-. Además, en el caso de las cajas del País Vasco ha resultado determinante la elevada concentración de ciudadanos naturales de esta autonomía en provincias como la de Alicante, donde la BBK cuenta con quince sucursales, repartidas entre la capital, Benidorm, Calpe, Denia, El Campello, Elche, Jávea, Alfaz del Pí, San Vicente del Raspeig, Santa Pola y Torrevieja.

La entidad vasca también dispone de otras quince oficinas en Valencia y cinco en la provincia de Castellón.

El factor de la cercanía con los residentes en la Comunidad Valenciana nacidos en los lugares de origen de las entidades financieras también ha sido explotado por Caja Castilla-La Mancha (56 oficinas) o Caja Murcia (con 125 sucursales, 92 de ellas en la provincia de Alicante).

Por su parte, entidades que nunca habían salido de su ámbito, como la balear Sa Nostra, también han cruzado el Mediterráneo para buscar negocio y esta semana abrió su sexta oficina en tierras valencianas.

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