lunes, 28 de enero de 2008

Las grandes Bolsas mundiales pierden más de 850.000 millones / M. Tortajada

La crisis financiera estaría empujando a la economía de EE UU a enfrentarse a la mayor recesión del último cuarto de siglo y los expertos consideran insuficientes los esfuerzos de la Administración Bush por evitarla. Ante esta situación, la Bolsa se ha convertido en un manojo de nervios y los días se suceden entre el pánico y las subidas sensacionales. Así, en tan sólo cinco sesiones hemos asistido a la mayor caída y subida de toda la historia de la Bolsa española.

Y es que, según muchos expertos, el mundo afronta el fenómeno económico más adverso de los últimos 30 años. A la crisis subprime, sumamos ahora las monoline, las aseguradoras financieras de origen estadounidense afectadas por la falta de liquidez. Todo apunta a que el horizonte del final de la actual situación sigue siendo lejano y de profundidades aún desconocidas.

Incertidumbre y volatilidad son los conceptos más repetidos por los analistas para explicar la evolución reciente y, sobre todo, el futuro inmediato de las inversiones en Bolsa.

Y no es para menos, puesto que a los mensajes tranquilizadores de la semana pasada siguió la debacle, que se extendió como una mancha de aceite, de los mercados asiáticos a los europeos, agudizando el ruinoso comienzo de año para los inversores de todo el mundo. El lunes negro fue general: únicamente Wall Street se salvó de la quema. Y sólo porque cerraba por festivo, para conmemorar el nacimiento de Martin Luther King, el líder negro asesinado en 1968.

La mayoría de los expertos recelan del actual escenario bursátil. Un vistazo a los últimos años muestra que la secuencia de esta semana se parece peligrosamente a lo sucedido tras la explosión de la burbuja tecnológica, al rebote posterior a las caídas del 11-S en 2001 o a la resaca del caso Enron.

Además, a la crisis de las hipotecas baratas se une ahora el problema de las monoline, aseguradoras financieras de origen estadounidense. Ha bastado un plan de apoyo a estas compañías anunciado por el Estado de Nueva York para que los mercados europeos se recuperaran, a rebufo de lo que hizo Wall Street el martes. Las aseguradoras financieras, con serios problemas por los efectos secundarios de las hipotecas tóxicas, podrían causar un nuevo estropicio en las cuentas de resultados de la banca internacional, ya muy castigadas. Ante esa posibilidad, el mercado aplaudió los planes anunciados en Nueva York.

En esta situación, el presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás Seoane, ha pedido calma a los inversores y considera que lo sucedido en estas jornadas no debe llevar a la "histeria", aunque se generara una situación de "pánico", y atribuyó la situación de la economía bursátil a un "reajuste" del mercado.

Actitud surrealista

A su juicio, resultaba "surrealista" que frente a una crisis financiera, "la peor de los últimos 30 años", las bolsas experimentaran un continuo ascenso. Así, en la economía norteamericana, según explicó, la crisis ya se anticipaba hace meses, cuando se supo que su crédito iba a descender en dos billones de dólares. Y considera que a consecuencia de que en el mercado norteamericano "no se hayan contemplado medidas que pudieran atajar la situación", se están "simplemente reajustando" las expectativas de la economía real a la evolución de la propia crisis financiera.

Respecto a las denominadas monolines, Quintás ha quitado trascendencia, puesto que "afortunadamente a España no han llegado los activos tóxicos, que son las 'subprimes', pero sí nos llegan los efectos secundarios, los daños colaterales. Se han cerrado los mercados internacionales financieros, así que los bancos y las cajas ya no nos podemos traer ahorro del resto del mundo, como hacíamos cuando la economía española crecía mucho más rápido que su ahorro interno", apuntó.

Por su parte, Emilio Ontiveros, socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI), recomienda tranquilidad, que es lo mejor que se puede transmitir a estas alturas. Reconoce que ha habido dos jornadas consecutivas en los mercados caracterizadas por una intensa volatilidad, pero recomienda a los inversores y ahorradores que analicen la situación lo más objetivamente posible. Así, Ontiveros cree que las autoridades no tienen mucha más información que el inversor medio y por ello la recomendación de tranquilidad es sensata.

Banif, por su parte, cree que se evitará la recesión y que la renta variable remontará, especialmente a partir de la segunda mitad del año, pese al fuerte varapalo sufrido ayer por las bolsas. Europa tendrá un mejor recorrido que España, donde el Ibex subirá un 7% en 2008, según sus previsiones. El banco privado del Santander infrapondera la renta variable y la renta fija frente a la gestión alternativa en sus recomendaciones de inversión.

Lo cierto es que, todos los activos de riesgo en general han tenido un terrible comienzo de año con los temores a una recesión en EEUU lastrando a los mercados. Además, los inversores se han percatado de que las aseguradoras monoline, que tienen unos 2,5 billones de dólares en bonos municipales y títulos con garantía en acciones (ABS), podría quebrar. Esto ha incrementado los temores de los inversores, según Dominic Rossi, jefe de renta variable internacional de Threadneedle.

La economía estadounidense se encuentra en una situación de debilidad, pero “ya hemos visto a la Fed ser proactiva al recortar los tipos de forma agresiva”. La caída de las presiones inflacionistas, ayudada por un menor precio del crudo debería permitir que los tipos reales caigan.

Algunos expertos consideran ya que las aseguradoras monoline podrían recibir algún apoyo del gobierno para prevenir los daños que pudieran provocar la morosidad. Esto sería bien recibido por el mercado. El analista espera que el PIB sea inferior a la tendencia pero todavía positivo en 2008 y que los beneficios del mercado se muevan en los niveles de 2007.

La punta del iceberg

El máximo responsable de la patronal del casi medio centenar de cajas de ahorros españolas aseguró que las entidades financieras mundiales han comunicado ya unas pérdidas por valor de 133.000 millones de dólares (unos 90.000 millones de euros) por los fallidos vehículos de inversión vinculados a las problemáticas hipotecas estadounidenses.

No obstante, añadió que eso es sólo la parte que se divisa del iceberg por encima del nivel del mar, ya que los expertos conservadores calculan que bajo el agua las pérdidas estarán entre los 200.000 y los 400.000 millones de dólares, mientras que los más pesimistas llegan a hablar de 800.000 millones de dólares.

Esos datos se irán conociendo hasta junio, cuando todos los bancos hayan presentado sus resultados del 2007, momento en que se debería recuperar la confianza y la liquidez empezaría a fluir con más naturalidad entre las entidades financieras de todo el mundo.

Quintás destacó una vez más la gran solvencia financiera de las entidades españolas, gracias a las estrictas normas del Banco de España, y calificó de 'época fascinante' lo que le espera al sector español, ya que podría convertirse en una oportunidad para España por no estar directamente intoxicada por las 'subprime'.

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