sábado, 19 de enero de 2008

Los garantes de crédito pueden agravar la crisis inmobiliaria en EEUU

WASHINGTON.- La crisis inmobiliaria de Estados Unidos puede agravarse con el desmoronamiento de las firmas de garantía de créditos, una actividad poco conocida hasta ahora, cuya posible quiebra podría acarrear conscuencias dramáticas para los mercados financieros.

Los principales actores de este sector en Estados Unidos, MBIA y Ambac, están sufriendo un fuerte castigo desde hace dos días en la bolsa de Nueva York, tras haber recorrido en las últimas semanas un verdadero vía crucis.

Hacia las 16H55 del viernes, el número uno estadounidense MBIA cedía un 20,50%, a 7,33 dólares, después de haber dejado por el camino un 31,19% en la sesión anterior. Su competidor Ambac subía en ese momento un 7,85%, a 6,73 dólares, pero esa subida estaba lejos de compensar su caída del jueves (-51,89%).

Sobre ambos pende la amenaza de perder su joya más preciada: la calificación que les han atribuido las principales agencias de notación. Esta nota 'AAA', la más alta posible, les permite emitir títulos para beneficiar a los prestatarios con condiciones más favorables. Pero las propias agencias que les otorgaron esas calificaciones están pensando bajarlas como consecuencia de la crisis de los créditos inmobiliarios de riesgo.

Inicialmente, estas firmas habían optado por no asegurar más que los préstamos sin riesgo de colectividades locales estadounidenses, pero en los últimos años se aventuraron en el terreno de la deuda privada. De esta forma, se convirtieron en garantes del reembolso de títulos complejos vinculados a créditos de hipotecas de riesgo 'subprime'. El derrumbamiento del valor de estos títulos, y el aumento de las probabilidades de que alguno de ellos se torne basura, ha fragilizado estas firmas, así como su calificación.

El jueves, Moody's anunció que reexaminaría las calificaciones de Ambac y de MBIA, en la perspectiva de una eventual rebaja. Otra agencia importante, Fitch, ya lo hizo con Ambac. Una decisión como esa tendrá por consecuencia automática una pérdida de valor de todos los títulos garantizados por ambas empresas, y ese movimiento afectaría de inmediato a todos los inversionistas que posean esos papeles en sus carteras.

Los grandes bancos estadounidenses, si bien redujeron su exposición a los créditos de baja calidad, pero no los eliminaron del todo, pueden verse obligados a nuevas depreciaciones de activos. Estas depreciaciones adicionales, después de que perdieran decenas de millones de dólares desde el estallido de la crisis, pesarán directamente sobre el resultado de los bancos.

Los mercados financieros temen que una simple y llana declaración de quiebra de ciertos garantes anule las garantías de los papeles garantizados por ellos, lo que desencadenaría una ola de pánico.- (AFP)

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