martes, 22 de enero de 2008

Nueva Zelanda despide a Sir Edmund Hillary

AUKCLAND.- Representantes de diferentes gobiernos asistieron hoy en Auckland al funeral de Estado de Edmund Hillary, el primer conquistador del Everest, ceremonia seguida por miles de personas a través de las pantallas de televisión gigantes colocadas en las principales ciudades de Nueva Zelanda.

Además de los cientos de personas que se dieron cita en la iglesia de St Mary, fueron también centenares los ciudadanos que se reunieron en la adyacente Catedral de la Santa Trinidad ("Holy Trinity"), donde el féretro de Hillary fue despedido el lunes por miles de neozelandeses.

Entre los presentes en el funeral se encontraban delegaciones de Australia, Rusia, Estados Unidos, Nepal e India, así como la primera ministra neozelandesa, Helen Clark, que acompañó en todo momento a la viuda del montañero, June Hillary, a sus hijos, Sarah y Peter, y a otros miembros de la familia.

En un ambiente emotivo, el funeral fue iniciado con el estridente sonido de la sirena del "HMNZS Endeavour", el barco en el que Hillary viajó en 1956 a la Antártida para crear la Base Scott.

Después, cinco sherpas colocaron pañuelos tibetanos de oración sobre el féretro, envuelto en la bandera neozelandesa y sobre el que se había depositado el piolet utilizado por Hillary para alcanzar en 1953 la cima del mundo.

En el turno de intervenciones, Clark destacó la modestia y humanidad que caracterizaron la vida de Hillary, fallecido el pasado 11 de enero a los 88 años de edad a causa de una ataque al corazón.

"La nación está de luto. Fuimos muy privilegiados de tener a esta leyenda viviente entre nosotros durante 88 años", dijo Clark.

Por su parte, Sarah y Peter Hillary recordaron la excitación que sentían cada vez que su padre volvía a casa después de una de sus aventuras y la batalla que se organizaba para recibir sus abrazos y escuchar sus historias.

Describieron las aventuras que toda la familia vivió en el Nepal y también la dureza y el dolor que su padre sufrió en marzo de 1975, cuando en un accidente de aviación en Katmandú perdió a Louise, su primera esposa y madre de sus hijos, y a Belinda, su hija menor.

"Mi padre era tan fuerte, tan capaz de solucionar todo tipo de problemas, y por eso fue un golpe terrible darnos cuenta de que también era tan frágil", explicó Sarah.

La ceremonia también contó con la presencia de Norbu Tenzing Norgay, el hijo de Tenzing Norgay, el sherpa que el 29 de mayo de 1953 acompañó al montañero neozelandés en la gesta para conquistar la montaña más alta del mundo.

"A pesar de que hoy lloramos su muerte, su espíritu estará siempre vivo y protegerá las montañas que tanto quiso", indicó el hijo del célebre sherpa.

Gracias a la fuerte amistad nacida entre Hillary y Tenzing Norgay, el primero creó una fundación caritativa para construir una escuela en el Nepal.

Su empresa nepalí se expandió y entonces estableció la sociedad Trust Himalayo, para ampliar su contribución humanitaria y construir escuelas, hospitales y llevar servicios básicos para la comunidad sherpa, que en 2002 se hizo cargo de la dirección.

El deseo de Hillary era que su cuerpo fuera incinerado y sus cenizas esparcidas en el puerto de Auckland.- (EFE)

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