miércoles, 9 de enero de 2008

Presumir ¿de qué? / Carmen Tomás


Al Gobierno le ha dado por presumir de su gestión en materia económica. Habla con triunfalismo, utiliza las cifras como le viene en gana, retuerce las estadísticas.

Puede seguir por ese camino. Pero, no parece, a la luz de los datos ni del sentimiento negativo que expresan los ciudadanos, le vaya a servir de mucho. La credibilidad en materia económica se la ha cargado en poco tiempo y mayor peso tendrá en las elecciones cuanto más siga mintiendo a los españoles. Un Gobierno que no reconoce un problema está incapacitado para resolverlo. Y eso es lo que están percibiendo los ciudadanos.

Hasta ahora presumen de todo. Lo que es inapelablemente malo, como lo es la inflación, en tasas de hace años, asegura que se pasará en verano y que era previsible. Pero cómo creerlo. Cuando fallan los puntales del crecimiento, en nuestro caso el sector de la construcción y el consumo privado, se cae el andamio y el peor escenario es cuestión de tiempo que aparezca en su crudeza. Ese escenario es el paro. Y ya está dando su peor perfil. En las últimas horas hemos conocido un informe que asegura que España tiene la peor tasa de paro de la eurozona y la tercera peor de la Europa a veinticinco.

El sector de la construcción está perdiendo empleo cada mes y los expertos aseguran que por cada empleo que se pierde en este sector hay que sumar otros tres o cuatro en los subsectores que viven de la construcción, empleos indirectos que pueden llegar a sumar a las listas de empleo en torno al millón de trabajadores. Podemos superar unos precios disparados y una hipoteca mucho más alta, reduciendo gastos y apretándonos el cinturón. Pero la pérdida de un sueldo en una familia o en un hogar es el punto crítico.

Y los españoles saben que ese es el camino que nos espera y así lo han manifestado en las encuestas conocidas estos días. Lo saben, además, porque el Gobierno no está dispuesto a tomar ninguna medida, entre otras cosas, porque no reconoce que tengamos o vayamos a tener un problema. Es más algunos se han atrevido a asegurar que los datos del cierre del año son tan buenos que firmarían porque se repitieran. O que la tendencia que marcan es positiva.

Está claro que lo que se le venía diciendo al Gobierno sobre los problemas de fondo de la economía española acabarían pasando factura. La soberbia les ha llevado a la inacción y al país a la crisis. Iremos viendo su gravedad y valorando la medida en que afectará a las elecciones.

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