jueves, 3 de enero de 2008

Rusia, un coloso petrolero, se enriquece y suscita desconfianza

MOSCÚ.- Rusia, exportadora de primer orden y rival de Arabia Saudí como primera productora mundial de petróleo, debe en buena parte al crudo su resurrección económica de los últimos diez años, pero también ha sido acusada con frecuencia de abusar políticamente de este poder.

El país más grande del mundo está considerado actualmente como el octavo del mundo por sus reservas probadas de petróleo (60.000 millones de barriles), situadas esencialmente en Siberia occidental, mientras que la parte más oriental de su territorio sigue estando poco explorada.

En 2006, Rusia produjo unos 9,7 millones de barriles diarios (mbd) de crudo y "líquidos" petroleros, 7 mbd de los cuales fueron exportados, según las estadísticas del ministerio norteamericano de Energía. Sus principales clientes son Europa oriental, central y occidental. Una parte de sus exportaciones transita también por San Petersburgo y el Mar Negro.

Con semejante potencia en las manos, Rusia está inundada de petrodólares y su economía se codea con las más dinámicas del mundo, con un índice de crecimiento previsto a más de un 7% este año, gigantescas reservas de oro y divisas, y una plaza bursátil en plena expansión.

"Si observa la evolución de Rusia entre el periodo soviético y ahora, existe una correlación apreciable con los precios del petróleo", subraya Roland Nash, economista jefe de la inversora Renaissance Capital, en Moscú. Ciertos observadores atribuyen en gran parte el desmoronamiento de la Unión Soviética a la caída de los precios del petróleo en los años 80, relata.

El esquema es similar en 1998, cuando Rusia se sumió en una grave crisis económica: los precios del crudo habían caído a "su nivel más bajo en 40 años", a unos 10 dólares el barril.

Por último, el renacimiento económico y político de Rusia después de 1999 siguió la misma pendiente que los precios del petróleo, dijo, y consideró que "sería falso deducir que el precio del petróleo fue el único factor importante, pero sí fue sin duda un elemento importante". A 100 dólares el barril, el precio del petróleo degenera en "peligro" para Rusia, la disuade de reformarse y diversificar su economía, subraya.

Y hoy, cuando la demanda mundial despega y la carrera de la seguridad energética se intensifica, Rusia da pie con frecuencia a acusaciones de abuso de posición dominante. Los antiguos países satélites de la URSS acusan sobre todo a Rusia de aprovecharse para imponer su política exterior, por ejemplo en los diferentes episodios de la "guerra del gas" con Ucrania y Bielorrusia, que también afectaron indirectamente a Europa occidental.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, deploró recientemente que Rusia jugase "con sus bazas con cierta brutalidad, en especial las petroleras y del gas".

La enérgica recuperación estatal del control de numerosos recursos privatizados apresuradamente en los años 90, pasando por las empresas públicas Gazprom y Rosneft, también fue criticada en el extranjero.

Valeri Nesterov, analista del banco Troika Dialog, estima que Rusia utiliza sus recursos energéticos "de la misma forma que los otros grandes países exportadores", pero la inquietud de sus clientes es proporcional a la importancia de su papel de exportadora.

Roland Nash piensa que, "comparado con otros productores, Rusia es a la vez un proveedor más fiable y un asociado más cercano, que tiene más puntos en común con Occidente que Oriente Medio o Nigeria".

Sea como fuere, y aunque el clima para las inversiones sea imperfecto en Rusia, los inversores extranjeros seguirán arremolinándose allí, vistos los recursos que tiene.- (AFP)

No hay comentarios:

Publicar un comentario