sábado, 5 de enero de 2008

Un año de alto riesgo / José Hervás Garcés*


Pese a que las entidades financieras españolas han marcado récord de beneficios por quinto año consecutivo con más de 33.400 millones de euros (unos 5,5 billones de pesetas), el 2007 va a ser recordado como un año de alto riesgo. Las hipotecas basura, hipotecas subprime según la denominación de EEUU, ha generado una gran desconfianza e inseguridad en los mercados que ahora están pendientes de las consecuencias que pueda tener en el crecimiento económico y en la liquidez necesaria para seguir realizando nuevas inversiones.

A estas incertidumbres que se han generado sobre el crecimiento económico y el empleo, se une también el alto riesgo asumido por las entidades financieras de los países occidentales. Bien es cierto que pese a los meses que han pasado desde que se iniciaran las turbulencias en los mercados, no hay consenso sobre el alcance y las consecuencias de las mismas.

Su explosión en el mes de agosto llevó al Financial Times a titular en primera Los mercados sufren un ataque al corazón.En Francia el ex primer ministro Michel Rocard y el ex consejero de François Mitterrand, Jacques Attali apelaron al espectro de la crisis del 29 para comparar lo que estaba ocurriendo en el mundo financiero y acusaron a los fondos especulativos de jugar a aprendices de brujo al agravar la dependencia de la economía de lo que han dado en denominar su “financiarización”.

En España inicialmente casi se ignoró el alcance que la misma podría tener, sobre todo por la preocupación que tiene el Gobierno de los efectos electorales que puedan suponer sus consecuencias en la pérdida de calidad de vida de los ciudadanos, a los que cada día les cuesta más llegar a final de mes.

Son precisamente los representantes de las patronales de la banca y de las cajas de ahorro los que han puesto más claro el parecer enfrentado que tienen de lo que puede ocurrir en el 2008 debido al alto riesgo asumido en los años precedentes.

¿Pecan unos de imprudentes, y otros se pasan por tremendistas? El hecho es que mientras que la patronal de las cajas estima que los mercados financieros necesitarán al menos un año para "normalizarse" y asegura que las cajas tendrán menos beneficios, la Asociación Española de Banca, la patronal de la banca califica la crisis como "externa y extraña" al sector español, y su secretario general, Pedro Pablo Villasante, se muestra optimista frente al futuro de los resultados de las entidades.

El enfrentamiento se traduce en hechos. El presidente de la patronal de las Cajas, Juan Ramón Quintás, recomienda dotarse de más provisiones ante la posibilidad de que la crisis empeore en 2008. Por el contrario, el secretario de la patronal bancaria no ve "tantos fantasmas como otros" e insiste en que el año próximo, no será, necesariamente, negativo para el sector.

Quintás apela a que ‘contra los hechos no valen argumentos’ y recuerda que Caja Madrid había multiplicado por seis hasta octubre su volumen de provisiones ante el aumento del riesgo de morosos, en tanto que La Caixa los había duplicado. No hace falta decir que las dos primeras cajas españolas empiezan a atisbar posibles nubarrones que el mercado bursátil ya ha reflejado.

Frente a bancos americanos y europeos, cuya cotización bursátil se ha visto muy perjudicada por la crisis, en España sólo el Santander ha mostrado su solidez. Ha cerrado el año a 14, 79 euros, el 8,75 por ciento por encima del cierre de 2006. BBVA lo ha hecho a 16,76 el 4,61 por ciento por debajo del año anterior y el Popular, seleccionado como uno de los bancos más rentables del mundo ha cerrado a 11,70 un 13,30 por ciento por debajo del año anterior y el 27,19 por ciento por debajo de la cotización máxima del año.

A principios del 2008 podemos concluir que la crisis que estalló en agosto de 2007 en Estados Unidos todavía no se ha superado. Que las repercusiones internacionales están siendo importantes y pueden ser duraderas atendiendo a las advertencias del FMI, la OCDE y el presidente de la Reserva Federal. La crisis inmobiliaria se suma a una crisis de la deuda privada en los países más industrializados. Lo peor puede ser lo que todavía no ha llegado.

Tomaré para ello un ejemplo ilustrativo publicado en el Wall Street Journal en una serie de artículos entre el 12 y el 14 de octubre.

Según el primer diario financiero del mundo en el 2006, el 29 % de los préstamos hipotecarios eran de alto rendimiento, es decir con un tipo de interés alto. Entre 2004 y 2006, de los 40,3 millones de préstamos concedidos, 10,3 millones lo habían sido con tipos de interés alto. Se llama tipo de interés alto en EEUU cuando supera al menos en 3 puntos porcentuales al de los bonos del Tesoro americanos de igual duración.

Muchos de los préstamos con tipos de interés alto concedidos en 2006 empezarían a sufrir un fuerte incremento de sus tipos de interés en 2008. Aproximadamente afecta a unos 600.000 millones de dólares en créditos hipotecarios. La banca para convencer a los clientes de que tomaran una hipoteca a tipo de interés alto y variable, fijaba los dos primeros años a interés fijo.

Por eso el Wall Street Journal aventura que lo peor de la crisis está por llegar. Pone el ejemplo de la gerente de una tienda de fotocopiadoras que se compró una casa en Las Vegas por 460.000 dólares en 2006. En los años 2006-2007 debía pagar mensualidades de 3.700 dólares, con un tipo de interés del 8,2 %. El año que viene, en 2008 las mensualidades subirán a 8.000 dólares, con un tipo del 14 %. Difícilmente podrá acometer semejante cuota.

Mientras tanto, a causa de la crisis, su casa ya no vale nada más de 310.000 dólares. ¡El valor inmobiliario ha bajado más del 30 % en 2007! Esta mujer dejó de pagar la hipoteca y perderá inexorablemente la casa de sus sueños.

Con estos ejemplos, la investigación del Wall Street Journal demuestra que el subprime market mortgage, mercado de hipotecas basura, con tipos de interés alto no está restringida a las familias estadounidenses con bajos ingresos, también afecta a la clase media, como muestra el caso precedente.

Las entidades financieras que concedieron los créditos los vendieron a sus grandes bancos en forma de títulos que las grandes entidades compraron masivamente y se encuentran ahora con paquetes de papeles que no valen sino para empapelar sus sedes. En 2004, el 63 % de los créditos hipotecarios fueron comprados por los banqueros de Wall Street, que, para financiar esta operación, emitieron y vendieron papel comercial a los “inversores” en la bolsa. En el año 2006, ya el 73 % de los nuevos créditos hipotecarios con intereses elevados estaban colocados en Wall Street. No cabe duda de que ha sido la culminación de un año de alto riesgo.

La actuación conjunta de los bancos Centrales de la Unión Europea, EEUU, Canadá, Reino Unido y Suiza para inyectar la liquidez que necesitaban las entidades financieras para abastecer de los recursos necesarios frente al temor del estrangulamiento de las economías occidentales ha sido una decisión extraordinaria que nunca jamás se había adoptada con anterioridad. Ejemplo final de que un año de alto riesgo no cierra las puertas a que 2008 también lo siga siendo.

* Director de "Estrella Digital"

No hay comentarios:

Publicar un comentario