viernes, 22 de febrero de 2008

El fisco alemán, contra los ricos contribuyentes que evaden impuestos

BERLÍN.- Las autoridades alemanas han lanzado una guerra contra los ricos contribuyentes que huyen de sus obligaciones fiscales y contra uno de sus principales refugios, Liechtenstein, al abrir la mayor investigación de fraude de su historia, que tiene en vilo al país desde hace una semana.

Unos 1.000 alemanes ricos, entre ellos varias "personalidades", son sospechosos de haber escondido al fisco hasta 4.000 millones de euros, invertidos en fundaciones del Principado europeo de Liechtenstein, donde los impuestos son prácticamente inexistentes.

En total, fueron emitidas unas 900 órdenes de registro, de las cuales 70 ya fueron ejecutadas en una semana, según la prensa. Casas particulares, oficinas y bancos que podrían haber aconsejado a sus clientes realizar maniobras fiscales turbias están especialmente vigilados.

Los investigadores de Hacienda y de la Policía, que trabajan junto a la brigada financiera de Bochum (oeste), la más experimentada del país en materia de crímenes económicos, aseguran que pescaron "peces gordos".

El primero fue Klaus Zumwinkel, director del Deutsche Post, los servicios de correos alemanes, cuyo domicilio y oficinas fueron registrados el 15 de febrero, primera etapa de una verdadera redada preparada en secreto durante meses. Zumwinkel presentó su dimisión, después de 18 años en el cargo, y es sospechoso de haber escondido varios millones de euros en Liechtenstein.

Lo mismo ocurrió con su hermano Hartwig. Muchas de estas personas investigadas podrían pasar 10 años en la cárcel y el país espera que se hagan públicos otros nombres.

El gobierno alemán está especialmente preocupado porque este escándalo sigue a otros asuntos poco claros en los que también estaba involucrado Liechtenstein.

Vaduz, capital del principado, hace esfuerzos desde que salió a la luz este caso pero no son suficientes, según Berlín, que quiere impulsar de nuevo en la Unión Europea el debate sobre los medios para combatir la evasión fiscal, tres años después de una ley considerada insuficiente.

La canciller de Alemania, Angela Merkel, pidió una armonización de la transparencia financiera en Europa, en un momento en que la evasión fiscal podría costar 10.000 millones de euros por año a este país.

Alemania atacó sin piedad a Liechtenstein, su secreto bancario y sus fundaciones opacas, y recibió el apoyo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que lamentó las prácticas de este "paraíso fiscal, que no coopera".

El asunto es complicado para Liechtenstein, un diminuto Estado que obtiene el 30% de su Producto Interior Bruto (PIB) del sector financiero, y que podría sufrir la pérdida de una parte de su clientela bancaria, sobre todo alemanes con jugosas cuentas.

Para esta investigación, el fisco y la policía se apoyan en datos confidenciales muy detallados que fueron robados de un banco del Principado por un informante que recibió de los servicios secretos alemanes (el BND) entre cuatro y cinco millones de euros. Liechtenstein ya había acusado a Alemania de atentar contra su soberanía por pagar a un informante a cambio de datos bancarios secretos robados.

Pese a la tensión reinante, el príncipe heredero de Liechtenstein, Alois von und zu Liechtenstein, confirmó que su país va a reformar las normas por las que se rigen las fundaciones o personas jurídicas presentes en su territorio.

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