miércoles, 27 de febrero de 2008

Los continuos récords del euro despiertan temores en los industriales

PARÍS.- Los récords alcanzados sucesivamente por el dólar aumentan la preocupación de los industriales europeos, que intentan blindarse como pueden para resistir a los efectos perversos de una moneda fuerte.

El martes, el euro pasó por primera vez la barrera psicológica de los 1,50 dólares. A estos niveles "cada nueva progresión del euro será insoportable" para los exportadores europeos, indicó Nicolas Bouzou, economista de Asteres.

"El enriquecimiento del euro exige un cambio permanente de estrategia, simplemente para no perder terreno", según Luca Cordero di Montezemolo, presidente del grupo Fiat y de Confindustria, la patronal italiana.

La subida de la divisa europea pesa desde hace varios meses sobre las exportaciones de los fabricantes de automóviles y aviones, los grupos de productos de lujo y bienes agroalimentarios de la zona euro, ya que torna más caros sus productos en los mercados extranjeros.

En la industria del lujo, las políticas para protegerse de las variaciones del cambio y las subidas de los precios, que pretenden compensar la subida de la moneda europea, alcanzan sus límites. El riesgo es una pérdida de participación en el mercado, una disminución de los márgenes de beneficio y la obligación de adoptar medidas para la reducción de gastos.

Las consecuencias son ya visibles: "En el sector aeronáutico o del automóvil, vemos una presión para que las empresas subsidiarias se vayan al extranjero donde los costes son menores", según Bouzou.

Cuando el euro rozaba la barrera de los 1,49 dólares el 22 de noviembre, el presidente de la compañía aeronáutica europea Airbus, Thomas Enders, amenazó con nuevas medidas de ahorro. "Debemos revisar nuestro modelo industrial que, tal y como está ahora, no es lo suficientemente resistente", advirtió.

Algunos días después, el presidente de Dassault Aviation, Charles Edelstenne, avisaba de que iba a trasladar una parte de la producción a "zonas donde se pague en dólar o los precios sean menores".

Hasta ahora, el impacto de un euro fuerte ha sido muy sentido por los empresarios originarios de "países muy sensibles a la 'competitividad-precio', en particular Italia y Francia", explica Alexander Law, economista de Xerfi.

Los exportadores franceses e italianos, que a menudo ofrecen productos poco innovadores que apenas se diferencian de sus competidores, sólo pueden contar con difíciles alzas de precio para evitar los efectos del cambio.

Al contrario, Alemania, primera economía de la zona euro, disfruta de una posición lo suficientemente sólida en el extranjero como para protegerse del euro fuerte, al menos hasta ahora. Así, el ministro alemán de Finanzas, Peer Steinbrück, consideró a finales del año pasado que "un euro fuerte era mejor que un euro débil".

Refiriéndose a las exportaciones alemanas que "no dejan de crecer", el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, puso a este país como modelo recientemente.

En Italia y en Francia, "muchos sufren" con esta situación, avisó Mario Boselli, presidente de la Cámara de la moda italiana. El francés Alstom, está según su presidente Patrick Kron, en una situación "extremadamente difícil".

Por tanto, muchos instan al Banco Central Europeo (BCE) a transformar su política monetaria, hasta ahora orientada a luchar contra la inflación. Para Louis Gallois, presidente ejecutivo del consorcio europeo EADS, las autoridades europeas "deben despertarse".

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