MADRID.- La marcha de la recaudación por IRPF ha encontrado en la creciente debilidad del mercado de trabajo un gran convidado de piedra, un visitante que no estaba previsto cuando en 2007 se comenzaron a notar los efectos de la rebaja aplicada en el impuesto, según "Negocio".
El informe reservado del servicio de auditoría interna de la Agencia Tributaria expone con nitidez cómo las retenciones del trabajo aplicadas por las grandes empresas españolas (aquellas con facturación anual superior a 6 millones de euros) han ido perdiendo fuelle con una intensidad imposible de vincular directamente con el recorte de impuestos aplicado por el Gobierno de Rodríguez Zapatero.
Analizando la evolución, año a año, de las retenciones del trabajo se puede apreciar cómo las magnitudes totales manejadas en las sociedades de mayor tamaño alcanzaron en 2006 su crecimiento máximo del ciclo reciente, el 9,8%, para moderarse con fuerza en 2007, hasta marcar un ritmo del 5,9%.
La rebaja fiscal podría tener su parte de responsabilidad en esta desaceleración sensible de las retenciones. De hecho, el tipo medio efectivo de retención por IRPF, hablando siempre de grandes empresas, cayó dos décimas en 2007 hasta el 17,3% -nivel todavía más alto, por cierto, que el que existía en 2005, antes de la reforma del impuesto-.
Pero en su informe la Agencia Tributaria ya se encarga de despejar dudas. Hacienda aprecia una paulatina “tendencia a la baja” a lo largo de 2007 que achaca, directamente y sin ambages, a la “ralentización en la creación de empleo”. Esta fotografía de la situación económico-empresarial, al igual que otras apreciaciones de carácter negativo, no aparecía en el álbum de diciembre que elaboró la propia Agencia para su exposición pública.
Efectivamente, mes a mes el empuje recaudatorio de las retenciones en grandes empresas se va aminorando, desde el 7,9% de crecimiento que aún mantenían en enero, hasta apenas el 4,4% a final de año. En parte la caída se corresponde con una cierta contención del avance en las retribuciones brutas. Así, los salarios antes de impuestos y cuotas sociales crecían en diciembre pasado a ritmos del 5,5%, frente al incremento del 7,9% que se contabilizaba en enero de 2007.
Hacienda comprueba, de hecho, que la retribución bruta media en las actividades no financieras se ha mantenido estable a lo largo del año, en el entorno del 3,4%. Se demuestra así, una vez más, que la moderación salarial excluye al factor sueldo de los problemas de empleo e inflación que sufre la economía nacional en los últimos meses.
Sin embargo, no es la única razón. Las empresas de mayor facturación cerraron el pasado ejercicio con una ‘plantilla’ global de más de 6.120.000 personas y un crecimiento anual de estos perceptores cifrado por la Agencia Tributaria en un 3,2%, siete décimas inferior al de 2006.
Con todo, el avance en doce meses aún se muestra consistente. El gran problema es la situación que queda reflejada en los datos más recientes, ya que en diciembre se produjo, al igual que en noviembre, una pérdida de empleo con respecto al mes anterior.
En los últimos sesenta días de 2007 se ha producido una eliminación neta de casi 110.000 puestos de trabajo en estas 34.900 empresas analizadas por la Agencia Tributaria. Hasta abril no estarán disponibles los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre, que permitirán chequear cómo sigue la fragilidad del mercado laboral en su conjunto.
Por el momento, esa pérdida neta de puestos de trabajo se concentra en los sectores energéticos, donde en noviembre y diciembre pasados se han contabilizado sendas caídas interanuales de empleo del 4,9 y el 3%. En el informe de diciembre sobre “ventas, empleo y salarios” esta evolución sectorial de los perceptores quedaba perdida entre cifras.
El informe reservado del servicio de auditoría interna de la Agencia Tributaria expone con nitidez cómo las retenciones del trabajo aplicadas por las grandes empresas españolas (aquellas con facturación anual superior a 6 millones de euros) han ido perdiendo fuelle con una intensidad imposible de vincular directamente con el recorte de impuestos aplicado por el Gobierno de Rodríguez Zapatero.
Analizando la evolución, año a año, de las retenciones del trabajo se puede apreciar cómo las magnitudes totales manejadas en las sociedades de mayor tamaño alcanzaron en 2006 su crecimiento máximo del ciclo reciente, el 9,8%, para moderarse con fuerza en 2007, hasta marcar un ritmo del 5,9%.
La rebaja fiscal podría tener su parte de responsabilidad en esta desaceleración sensible de las retenciones. De hecho, el tipo medio efectivo de retención por IRPF, hablando siempre de grandes empresas, cayó dos décimas en 2007 hasta el 17,3% -nivel todavía más alto, por cierto, que el que existía en 2005, antes de la reforma del impuesto-.
Pero en su informe la Agencia Tributaria ya se encarga de despejar dudas. Hacienda aprecia una paulatina “tendencia a la baja” a lo largo de 2007 que achaca, directamente y sin ambages, a la “ralentización en la creación de empleo”. Esta fotografía de la situación económico-empresarial, al igual que otras apreciaciones de carácter negativo, no aparecía en el álbum de diciembre que elaboró la propia Agencia para su exposición pública.
Efectivamente, mes a mes el empuje recaudatorio de las retenciones en grandes empresas se va aminorando, desde el 7,9% de crecimiento que aún mantenían en enero, hasta apenas el 4,4% a final de año. En parte la caída se corresponde con una cierta contención del avance en las retribuciones brutas. Así, los salarios antes de impuestos y cuotas sociales crecían en diciembre pasado a ritmos del 5,5%, frente al incremento del 7,9% que se contabilizaba en enero de 2007.
Hacienda comprueba, de hecho, que la retribución bruta media en las actividades no financieras se ha mantenido estable a lo largo del año, en el entorno del 3,4%. Se demuestra así, una vez más, que la moderación salarial excluye al factor sueldo de los problemas de empleo e inflación que sufre la economía nacional en los últimos meses.
Sin embargo, no es la única razón. Las empresas de mayor facturación cerraron el pasado ejercicio con una ‘plantilla’ global de más de 6.120.000 personas y un crecimiento anual de estos perceptores cifrado por la Agencia Tributaria en un 3,2%, siete décimas inferior al de 2006.
Con todo, el avance en doce meses aún se muestra consistente. El gran problema es la situación que queda reflejada en los datos más recientes, ya que en diciembre se produjo, al igual que en noviembre, una pérdida de empleo con respecto al mes anterior.
En los últimos sesenta días de 2007 se ha producido una eliminación neta de casi 110.000 puestos de trabajo en estas 34.900 empresas analizadas por la Agencia Tributaria. Hasta abril no estarán disponibles los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre, que permitirán chequear cómo sigue la fragilidad del mercado laboral en su conjunto.
Por el momento, esa pérdida neta de puestos de trabajo se concentra en los sectores energéticos, donde en noviembre y diciembre pasados se han contabilizado sendas caídas interanuales de empleo del 4,9 y el 3%. En el informe de diciembre sobre “ventas, empleo y salarios” esta evolución sectorial de los perceptores quedaba perdida entre cifras.
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