BARCELONA.- Este año las empresas españolas tardarán una media de 94 días en hacer frente al pago de sus facturas, lo que significa un 15% de aumento. La crisis que ahora atraviesan los mercados tendrá una repercusión negativa en el índice de morosidad, según un informe hecho público hoy.
El 90% se enfrentarán a problemas de liquidez como consecuencia de la morosidad, mientras que la viabilidad de un 20% de las compañías peligrará por los problemas financieros que implican los retrasos.
Los bancos restringirán más las condiciones en la concesión de créditos, por lo que habrá más dificultades para afrontar pagos y la tasa de morosidad se verá notablemente incrementada.
El riesgo de impago en las empresas españolas se colocará entre el 2,5% y el 3% de pérdidas.
Los consumidores seguirán siendo los menos morosos pero los más afectados para poder pagar dentro de los plazos establecidos. La media podría ascender a más de 70 días de demora y a un 10% más que en 2007.
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