viernes, 15 de febrero de 2008

Portugal mira con mucho recelo los riesgos que pesan sobre la economía y el empleo en España

LISBOA.- Tras ocho años consecutivos de marcha a contracorriente, durante los cuales la economía nacional tuvo un crecimiento inferior a la media europea y el país tuvo que pagar un precio elevado para situar el déficit presupuestario al nivel del 3% exigido por Bruselas, Portugal empezaba a vislumbrar el futuro con un cierto optimismo, según www.estrelladigital.es
Pero ante la grave crisis financiera mundial provocada por el escándalo de las subprime y, sobre todo ante los riesgos que pesan ahora sobre la economía y el empleo en España, muchos expertos económicos lusos ya no son tan optimistas y, al contrario, que el gobierno socialista de José Sócrates, pronostican ya un nuevo frenazo del PIB y también un aumento del paro.
Los factores de mayor incertidumbre están relacionadas con la evolución de la economía española. Y la razón es muy sencilla: al contrario de lo que ocurría y ocurre aún en España, el motor del crecimiento del PIB luso - no pasó del 2% en 2007 y podría caer este año al 1,9% - no es el sector de la construcción, que lleva ya varios años en crisis, pero sí las exportaciones, cuyo dinamismo reposa mucho sobre el mercado español: la creciente integración de las dos economías, desde la entrada de los dos países en la Comunidad Europea (1986), hace que España sea hoy el primer cliente de Portugal: de Enero a Noviembre 2007, absorbió el 28,2% de las exportaciones lusas, contra el 20% en 2003 y solo el 15% hace diez años.

Lo que más preocupa los expertos portugueses es la quiebra del mercado inmobiliario español. De un lado, las dos terceras partes de las exportaciones lusas de las industrias de acero, cemento, madera, plásticos y vidrio tienen como destino el sector español de la construcción, cuya reconversión no dejará pues de afectar muy duramente los fabricantes portugueses.
Y no hay que olvidar, por otra parte, que unos 100.000 portugueses ganan la vida en España, principalmente en la construcción, y muchos de ellos sin contratos o sólo con “contratos basura”, con lo que el incremento del índice del paro español traerá también, inevitablemente, mas desempleo en Portugal.
Esa relación directa será más sensible en comunidades como Galicia y Andalucía, donde hay más mano de obra lusa y donde crece más el paro en la construcción.

Aún así, el Banco de Portugal no considera que la degradación de la situación económica y del empleo en España suponga un riesgo importante para la recuperación de la economía lusa: en su último informe, no habla para nada de España, que también es ya el primero inversor extranjero en Portugal, y solo menciona dos grandes peligros, que son la crisis financiera internacional y el riesgo creciente de recesión en Estados Unidos.
La oposición es muy critica con el Banco Portugal, cuyo gobernador es el ex-líder del Partido Socialista (PS) Vítor Constâncio, sospechoso de apoyar los análisis mas optimistas de Sócrates, pero la mayoría de los analistas están de acuerdo en un punto importante: la diversificación del comercio exterior luso hace que la situación del primer cliente del país tenga un impacto menor en la economía nacional.

Ocurre, en efecto, que las exportaciones de maquinas y herramientas, coches, materiales eléctricas, etc, destinadas mas a otros mercados que a España, son las que registran mayores crecimientos. Así, por ejemplo, en el primer semestre de 2007, las exportaciones de productos de alta tecnología (“High Tech”), ya representarán 506 millones de euros, frente a los 447 millones para las importaciones, es decir, con un saldo positivo, lo que no había ocurrido nunca antes.
“Portugal empieza a recoger los frutos de la gran apuesta en el I+D y el desarrollo tecnológico de su aparato de producción”, dicen los responsables lusos, que apuestan también en la busca de nuevos mercados, como la China y la India, y mas aun en África, principalmente Angola, que es ya el segundo cliente de Portugal, tras España, y por delante de Francia, Alemania, ...

Además, aún pensando que Portugal tiene hoy mejores armas que España para hacer frente a la crisis financiera mundial y al riego de recesión en Estados Unidos – principalmente porque la economía nacional evoluciona a contra-ciclo, depende muchísimo más del dinamismo de las exportaciones que de la construcción y sobretodo ya inició la fase de recuperación - la mayoría de los expertos lusos manifiestan una gran admiración por las “performances” de la economía española.
Es decir, con Portugal creciendo a un ritmo de 1,9% u 2%, no entienden las críticas que se hacen en España a la política económica del gobierno socialista que, al final de una legislatura muy positiva en términos de crecimiento y de empleo, crece aún a un ritmo del 3,8%, superior a la media europea.
“Con las cuentas publicas y la seguridad social muy saneadas", dicen los analistas lusos, "España tiene margen para bajar los impuestos, aumentar las ayudas a la familia y relanzar así el consumo interno, lo que sería muy positivo para consolidar esta fase de recuperación de la economía portuguesa”.

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